Capítulo 2: "Pequeño pero peligroso"

44 9 3
                                    

Diana me bajó de sus alas, en un lugar vacío para que nadie nos viera, y salí corriendo para entrar a tiempo, Diana no se quedó atrás, me siguió sin dudarlo, y aunque nadie la veía, ocupaba mucho espacio, llegué al aula y me senté en el mismo pupitre solitario en la parte trasera del salón esperando a que Miranda llegue tarde, como es de costumbre.

Sonó la campana, como lo predije, Miranda llegó tarde, por lo que no le dio tiempo de molestarme, pero no fue la única, 2 minutos después entró alguien más, era un chico, tenía la tez media, el cabello negro, y unos lindos ojos, ejem, digo y unos ojos marrones, nada en especial, el profesor llegó tras él y lo presentó:

- Alumnos, - exclamó el señor Díaz - él es Daniel, su nuevo compañero, espero lo reciban como se debe y se integre rápidamente al salón, ¿Algunas palabras?
- Bueno, - dijo el chico nuevo - como el señor Díaz dijo, soy Daniel, Daniel Sánchez, y estoy muy feliz de estar aquí con todos ustedes, deseo que nos llevemos bien y tengamos un año estupendo.
- Está bien alumno, lamentablemente nos retrasamos conversando en la oficina del director, por lo que los demás estudiantes se sentaron en los pupitres de adelante, ¿Podría sentarse al lado de la estudiante Fernández.

Y por supuesto, esa era yo, María Fernández, la antisocial, Daniel se acercó hasta mi pupitre y me saludo con una cálida sonrisa, se sentó a mi lado y el profesor empezó con su clase, al ser nuestro tutor hizo lo clásico en un primer día de clase, se presentó (al igual que el año pasado) e hizo que todos nosotros nos presentemos, llegó mi turno, me puse de pie y los las piernas me empezaron a temblar, Diana se puso a mi lado y me susurró: "¡Tu puedes María! ¡Ánimos!" Aunque sea difícil creerlo, esas palabras me tranquilizaron y dejé de temblar, me presenté: "Mi nombre es María, soy María Fernández, tengo 16 años y amo la lectura, los libros son lo más preciado que tengo" No fue muy difícil, me dije luego de terminar mi presentación.

Terminó la clase del señor Díaz e ingresó la señorita Robles a darnos la clase de matemáticas, me gusta su curso, pero se me hace bastante complicado. Para mi suerte, el chico nuevo era un experto, por lo que me ayudó a resolver los dos últimos problemas. 

*Ding-dong ding-dong* Sonó la campana, era hora del recreo, yo había traído: "La magia de los sueños" para poder examinarlo con la ayuda de Diana y poder entender lo que estaba sucediendo, así que decidimos quedarnos en el salón, porque estaba vacío.

Diana me contó que el mundo del libro era enorme, y que había muchas más criaturas, además, ya había pasado un día, y yo, tendría que traer a la siguiente criatura al mundo real, revisé el libro y vi que la segunda criatura era un duende, su capítulo se llamaba: "Pequeño pero peligroso", Diana me dijo que solo era travieso, y que no me asuste, así que repetí las palabras:

"Sabana rabana okis diher saker fissfer
Sabana rabana okudse gerf saker fissfer
Ogrus morus sueñus magicashiun
Hadyes mares apersivuesn nower "

Como la vez anterior, no pasó nada al instante, esperé 3 minutos para que el duende apareciera. Una vez afuera, empezó a dar brincos por todo el salón, hasta que Diana lo atrapó con su cola. Luego de tenerlo capturado nos presentamos.

- Hola, yo soy María, la dueña del libro, ¿Cómo te llamas?
- ¡Hola María! - dijo con voz chillona - Yo soy Carlos, el duende más divertido de todoooos
- Y el más travieso - susurró Diana
- ¡Ey! ¡Te he escuchado! - exclamó nuestro pequeño amigo
- ¡Paren los dos! - exclamé - Estamos aquí con un objetivo específico, Carlos, queremos ayudarte, ¿Qué es lo que quieres?
- ¿Qué es lo que quiero? - se preguntó - Yo quiero encontrarlo a él
- ¿Encontrar a quién? - le pregunté
- A un dueño de un libro - respondió Carlos
- ¿A un dueño de un libro? - cuestioné
- Verás Mari - dijo Diana - el libro que tienes tú no es el único que existe, hay 3 ejemplares, cada uno tiene un orden distinto, pero el contenido es exactamente lo mismo.
- Así es - contestó el pequeño - y yo era la primera criatura en uno de esos tres libros, por lo que pasé bastante tiempo junto a él, solo quiero volver a verle y pasar un rato a su lado, luego tendrás un favor mío a cambio.
- Me parece un trato justo, enton...

No había terminado la oración cuando de repente sonó algo afuera del salón, ¡alguien estaba escuchando! Al inicio me preocupé bastante y no sabía como iba a explicar la presencia de un dragón y un duende en el colegio, pero luego recordé que nadie que no sea una criatura mágica o dueño de un libro puede verlos, a lo mucho pensarían que hablo sola, lo cual, no me importa. Sin embargo, tenía que saber quién estaba ahí, así que me acerqué lentamente a la puerta, pero antes de que yo llegará, la persona misteriosa entró, y dijo:

- Parece que me descubrieron, después de todo no soy tan sigiloso...

Si lo que leo existe...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora