Capítulo 39: Realidad

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Naruto y Sasuke realizaron el sello que liberó a todos del Tsukuyomi Infinito.

La pelirroja parpadeo un par de veces para acostumbrarse a la luz natural.

Volteó a su alrededor y había otras personas en sus mismas condiciones.

Dio un suspiro y un sentimiento la invadió.

Se levantó de donde estaba y se ató el cabello en una chongo flojo con ayuda de sus palillos, que estaban en su porta armas.

- Hey... - esta abrió los ojos saliendo de sus pensamientos - ¿estas bien?

- Si - contestó la pelirroja sería - estoy bien Ino.

La pelirroja comenzó su caminata a un lugar que sólo ella sabía.

La Yamanaka continuó viéndola con extrañesa.

- Ino... - esta volteó encontrándose con su compañero de equipo - ¿Haz visto a Sumi?

- Si, se fue por allá Shikamaru - esta señaló la dirección en la que sa había ido la Sarutobi - no se veía del todo bien

- Entiendo... - murmuró el Nara - gracias Ino


La Sarutobi se detuvo al llegar a aquel claro en el campo de batalla. Tenía uno que otro golpe y un rasguño en la mejilla derecha, todo esto por las peleas que había tenido.

Su vista estaba en aquel lugar donde había enfrentado sus demonios que la perseguían desde que tenía seis años. Todo había pasado ahí...

Vio a su alrededor aún viendo las raíces de aquel árbol que había atrapado a todos en aquel sueño.

Saltó, para bajar de la rama en la que se encontraba y acercarse a la razón por la que había ido desde un principio.

Camino alrededor del lugar curando de uno a uno los cuerpos de sus hermanos, los colocaba cerca de donde yacía el del ojivioleta. Los contempló, sus cuatro hermanos y el que sería su primer padre. Y él sentimiento que llevaba arrastrando desde que abrió los ojos y no se encontraba en aquella casa... le oprimía aún más el pecho. 

- Voy a corregir todo lo que causamos y podríamos causar - hablo viendo a su antigua familia - ojalá todo hubiera sido diferente. 


- Asumi ~ pronunció el Nara al verla sentada

Está estaba cerca de un bosque ya destruido por todas las consecuencias de la guerra, estaba sentada de rodillas con un pergamino de sellado a un lado de ella.

- Regresó en un momento - contestó la Sarutobi

- ¿Ocurre algo malo? - se atrevió a preguntar el pelinegro

- ¿Está bien que... - dijo la Sarutobi viendo al cielo -... que quiera regresar a aquella mentira?

- No logró entender

- ¿Está bien... - el Nara estaba a un lado de la pelirroja - que no me sienta... feliz por volver aquí?

- No ~ susurro el Nara para ponerse en la misma posición de la Sarutobi pero frente a ella

Está tenía la mirada en sus manos lo que hacía que su fleco cayera ligeramente hacia delante.

La Sarutobi contenía las lágrimas, el Nara acercó su mano y tomó a la chica por la mejilla haciendo que conectaran miradas.

- No se enrralidad que hayas visto en aquella ilusión... - el Nara veía aquellos ojos verdes que lo miraban con lágrimas - pero no es real, todo lo ocurrido ahí no es real

La Sarutobi dejó de ver al Nara a los ojos a lo que el Nara movió ligeramente el rostro de ella pidiendo que lo viera; al conseguirlo acarició el rostro de la chica con su pulgar

- Pero... - el Nara dudo un momento para después hablar - quiero demostrarte que esa felicidad también la puedes vivir aquí, sin ilusiones o mentiras

- ¿Cómo? ~ preguntó suave la Sarutobi

El Nara le dio una sonrisa pequeña para después acercarse y unir delicadamente sus labios con los de ella.

Las lágrimas salieron al momento en que la Sarutobi cerró los ojos. El Nara se separó de sus labios sin romper la cercanía de ambos; y con su pulgar limpió las lágrimas de la Sarutobi.

- ¿Quieres... - dijo suave el Nara - intentarlo?



- ¿Entonces... - habló la Sarutobi - Hokage, eh?

- Si, así es - habló el peliplata

- Que bueno por ti - habló la chica

Ambos estaban sentados uno al lado del otro en el techo de la que sería la oficina del Hatake

- ¿Y... cuándo te vas? - preguntó el peliplata

- Mañana - murmuró la Sarutobi - y regresó en un año

- Exactamente para...

- Para encontrar las guaridas de Taiki y destruir toda información de sus experimentos - completó la pelirroja

- ¿No es demasiado tiempo? - preguntó el Hatake 

- Son cinco guaridas, y sólo tengo recuerdos vagos de una, la cual no se si todavía haya usado cuando se volvieron ninjas renegados 

- Valla - soltó el Hatake en un suspiro - ¿Y que vas a hacer con el Nara? 

- Ya lo sabe, por lo que... ambos vamos a esperar para comenzar algo formal. 

- No había mejor decisión - hablo el Hatake - aún no entiendo... 

- ¿Qué? - soltó extraña la Sarutobi 

- El por qué él fue la causa de tu cambio - dijo el Hatake viendo a la chica 

- Pues... - la pelirroja veía a la aldea - también es un misterio para mí 

- Solo espero que si él falla... - la pelirroja conectó miradas con el mayor - No te undas más profundo que antes 

- Si lo hace... - comenzó la chica - lo cual no creo que pase; no me undiría, por qué ya tengo a otros en quien confiar 



Roja [Shikamaru Nara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora