Capitulo único

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¿El destino nos trae sorpresas no es así? Se dice que el amor lo podemos encontrar en los lugares menos pensados ¿será cierto? ¿Cómo es que una sola persona nos puede hacer sentir completamente felices?

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¿El destino nos trae sorpresas no es así? Se dice que el amor lo podemos encontrar en los lugares menos pensados ¿será cierto? ¿Cómo es que una sola persona nos puede hacer sentir completamente felices?

Esas eran algunas de las preguntas que se hacía Harry mientras estaba recostado en el sofá, tomando chocolate, con su marido acurrucado contra el, envuelto en una cobija verde y plácidamente dormido. Acarició su cabello rubio platinado, alguna vez pensó que este estaba pintando pero resulta que no, ese cabello era completamente puro y real al igual que su amor por Draco Malfoy.

¡Así es señoras y señores, Harry Potter el salvador del mundo mágico estaba locamente enamorado de ese rubio orgulloso ex-mortífago!

Pero la verdad esos prejuicios ya no le importaban, él era feliz y sabía que Draco también, solo eso le importaba. Seguía divagando en sus pensamientos y siempre terminaban en el mismo punto ¿Qué hubiera pasado si en primer año no hubiera rechazado la mano de su actual pareja? No sabía, y nunca lo iba a saber por lo que se conformaba con lo que tenía ahora, pero dentro de su mente se estaba formando otro pensamiento: la guerra.

Hace un buen tiempo que no pensaba en esas cosas, ni tampoco recordaba el sufrimiento y las muertes, pero si lo miraba poniéndolo junto a su vida amorosa había un antes y un después muy notables, y juntando sus últimas ideas podía hacer una comparación de algunos momentos medianamente parecidos.

Recordaba cuando Draco le ofreció su mano en el expreso de Hogwarts la cual el rechazó (lo que ahora consideraba un grave error) y se podía asemejar a cuando le pidió matrimonio hace ya casi tres años, estaban cenando en una terraza de un restaurante en París y llevaba toda la noche con la cajita en uno de sus bolsillos, sabía que en un momento sonaría esa canción que les encantaba a ambos y cuando esta sonó se arrodilló y le hizo la propuesta, notó la incertidumbre que alguien puede experimentar esperando una respuesta afirmativa para entablar una relación (amistad, noviazgo, matrimonio, etc.) y deseó que Draco no le jugara una mala broma devolviéndole el rechazo en primer año, afortunadamente no pasó eso, sino que comenzó a llorar de felicidad y le dijo «en esta y mil vidas te diría que sí».

También en segundo año, en el club de duelo cuando le dijo «Asustado Potter»y como respuesta hubo un «ya quisieras», esa misma escena se repitió el día de la boda, justo antes del beso que sellaría la unión de sus magias. En uno de sus incontables días de pereza en la cama Draco le contó que cuando supo que se había desmayado por los dementores se había preocupado muchísimo pero no era fácil para el demostrar sus sentimientos de esa manera. Y en cuarto había pasado lo mismo y si lo pensaba bien, ¿Quién se subía a un árbol solo para desearle mala suerte? El resumen de los siguientes años de sufrimiento tanto para él como para su huroncito dormilón se remontaba casi un año atrás, llegaba de una reunión de trabajo a casa y vio a Draco en una silla con unas cartas en las manos y los ojos completamente rojos, Harry se asustó y le preguntó que pasaba ahí, fue cuando Draco le dijo que habían envenenado a su padre (que en ese entonces seguía en Azkaban aunque ya le faltaba una semana para poder salir) y a su madre la habían atacado, ninguno de los dos sobrevivió a los atentados contra ellos y ese día Harry supo toda la verdad detrás de esa marca tenebrosa en el brazo de su amado, los castigos cuando no cumplían una misión, el asco y miedo que sentía su pareja en su época y otros traumas de los que no sabía nada.

Un antes y un despuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora