Capítulo VIII

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—¡Tienen que encontrarlo, busquenlo por todo el reino y si es necesario busquen en los reinos vecinos! — ordenó con coraje y preocupación.

Jungguk no sabía que había ocurrido exactamente aquella noche, después de haber ido con Namjoon a la biblioteca, regresó a su habitación pero desde ahí se escuchaban los susurros de los sirvientes.

Confundido, salió de su habitación y camino por los pasillos del castillo, conforme caminaba, todas las voces comenzaron a callar y hacer reverencia en su camino.

Soltó un suspiro, pero cuando entre ellos escucho el nombre de Jimin entre aquellos susurros, su corazón se sintió oprirmirse.

Rápidamente corrió hasta la habitación de aquel joven, la cual estaba completamente vacía y lo único que notó fue una un sobre blanco en la cama...

Al leerlo, noto que no sólo era una carta, si no que trataba de expresar algún sentimiento de miedo y arrepentimiento... casi como un poema sin explicar algo exactamente.

El corazón de Jungguk dolía y sentía romperse al leer cada palabra de aquella carta

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El corazón de Jungguk dolía y sentía romperse al leer cada palabra de aquella carta. Sentía que en su garganta se formaba un nudo y su sangre hervía del coraje y la ira.

Apretó la carta con su mano y salió de la habitación azotando aquella puerta, inmediatamente dio la orden de reunir a todos los que vivían en el palacio.

Tras unas horas, todos se encontraban en el Gran salón, donde se encontraba el trono y una nueva corona dentro de una caja de cristal a un lado, junto con su cetro.

Las puertas se abrieron y todos abrieron paso a los dos príncipes pasar frente a ellos, haciendo reverencia.

En su camino, Jungguk detuvo su caminar frente a la madre de Jimin, quien se encontraba ahí sin saber que era lo que había sucedido. La miró sobre su hombro con un gesto de decepción y siguió caminando.

Al llegar hasta el trono, Taehyung mantenía una expresión tranquila y satisfecha, pues él tenía al alcance su trono... Lo que él no sabía, era que aquella seguridad desapareceria en cuestión de minutos.

—Pueden levantarse — dijo Jungguk. — Los he reunido aquí, para que me den una explicación y me aclaren todo lo que ha pasado desde ayer al dar la media noche. ¿Qué fue lo que sucedió?... Y esto no es un favor... es una orden, se los ordeno... como su rey.

La gente se estremeció al oír la voz fría y ronca del que anteriormente era su príncipe.

Pero quienes habían quedado sorprendidos habían sido Taehyung y la madre de Jimin.

—Tú... imbécil, me engañaste, me traicionaste, tú querías verme la cara de idiota... — susurro Taehyung mirándolo desde un costado suyo.

𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐋𝐚 𝐌𝐚́𝐬𝐜𝐚𝐫𝐚 𝐃𝐞𝐥 𝐑𝐞𝐲                              ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora