Estaba hundiéndose, no sabía si era un lago, un río, o incluso el mar pues todo lo que veía era oscuridad.
Patalea, fue la orden que pasó por su mente y la obedeció automáticamente, utilizando todas sus fuerzas restantes para mover sus piernas, sus brazos y al mover estos, sintió un dolor penetrante en su pecho y por su mente pasó el pequeño instante en el que Sasuke había atravesado su pecho con su Chidori, probablemente perforando hasta un pulmón.
Hizo una mueca, y estuvo por tragar agua pero se mantuvo firme, siguió nadando y tomó una gran bocanada de aire cuando llegó a la superficie, aunque el gusto le duró poco cuando fue arrastrada por una ola.
Bueno, parece que estoy en el mar.
Volvió a nadar y asomó su cabeza a la superficie, si hubiera tenido suficiente chakra habría incluso caminado por encima del agua, pero ahora mismo estaba sin reservas suficientes para eso, y el zorro durmiendo dentro de ella probablemente se encontraba más ocupado curando su herida para que su recipiente no muriera desangrada.
Entonces, al sus ojos librarse del agua que impedía su completa visión, pudo ver un barco a lo lejos. Sonrió aliviada por un instante hasta que volvió a ser arrasada por otra ola.
Siguió nadando, sus ganas de sobrevivir y darle un puñetazo en la cara a Sasuke era más grande que aquellas olas.
Salía a la superficie de vez en cuando para tomar aire cuidándose de las olas mayores y apenas importándole las pequeñas.
Pero claro que Naruko no tenía ojos en la espalda para ver la gran ola que se acercaba desde detrás de ella.
La arrastro con fuerza, velocidad y violencia hasta el barco, cosa que hubiera estado bien, de no ser por el golpe que se metió al hacerlo.
Tres personas que acababan de salvar recién a una persona de morir ahogado en el mar se sobresaltaron al escuchar el golpe contra uno de los lados del barco y se acercaron corriendo, se asomaron por la borda justo a tiempo para ver como una chica rubia vestida en su mayoría de un color naranja, se hundía.
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Cuando Naruko despertó, lo primero que vió fue un hombre con lentes inclinarse sobre ella, con los labios listos para darle respiración de boca a boca.
Pero bueno, ella no iba a dejar que nadie pegara sus labios con los de ella, no, gracias.Soltó un pequeño chillido, levantó su puño y lo estampó contra la mejilla de aquel hombre, mandándolo hacia atrás por la fuerza de su golpe.
El capitán del barco y todos los demás presentes abrieron los ojos con sorpresa, la niña rubia era, bueno, una niña muy pequeña y esbelta, aún así, había mandado a volar a un hombre que era más grande que ella por poco más de medio metro.
—¡¿Qué te sucede?! ¡Estoy tratando de ayudarte! —se quejó Leorio, poniéndose de pie y acercándose a ella con gesto enojado.
Naruko lo ignoró olímpicamente mientras se ponía de pie y miraba alrededor, obviando las miradas de las personas a su alrededor y centrándose en el que parecía ser el capitán.
—¡Oiga, usted! ¿Qué tan lejos estamos de Konohagakure no sato? Tengo que regresar para darle una paliza a alguien —le preguntó la de ojos azules, sobresaltando a algunos por su tan agresivo tono de voz.
El capitán metió una mano a su chaleco, sacó una botella de algún licor, le dió un buen trago y suspiró.
—No sé de que me estás hablando —le respondió el capitán, ganándose la mirada incrédula de la rubia.
—Konohagakure, pertenece a una de las Cinco Grandes Naciones Shinobi, ¿no? —preguntó una voz detrás de ella, ganándose la atención de todos.
Naruko parpadeó, hasta antes de escuchar su voz, pensó que esa persona era una chica, por sus rasgos tan finos. La de ojos azules asintió, viendo al único otro rubio presente.
—No sabría decirte si estamos lejos o cerca, las Naciones Shinobi siempre han escondido su presencia del resto del mundo, por lo que sé, solo los Cazadores tienen alguna oportunidad de acceder a esas tierras, y ni siquiera son oportunidades muy grandes.
—¿Cazadores? —preguntó ella, frunciendo el ceño, confundida.
—Personas con permisos especiales, con acceso a conocimiento confidencial y habilidades diferentes.
Naruko se dejó caer en el suelo, cruzando sus piernas al estilo mariposa, hizo un puchero y entrecerró los ojos, pensando.
Seguro que Sakura debe de estar muriendo de preocupación, razonó, sintiéndose miserable, no pude cumplir mi promesa de llevar a Sasuke de regreso, soy una amiga terrible, seguro que ahora me volverá a odiar como antes.
Tsunade-obaachan también debe estar preocupada, y tal vez Ero-sennin también, ¡y además, tengo que regresar para darle a Sasuke su merecido y llevarlo de regreso a la aldea!
Cazadores, ¿y cómo demonios me convierto en una?
Todos los marineros habían regresado a sus puestos por orden del capitán y ahora solo se encontraban cuatro personas mirándola fijamente, el tipo que había intentado darle respiración boca a boca, el rubio con rasgos femeninos, el Capitán, y un chico completamente vestido de verde, que debería de tener la misma edad que ella.
—¿Cómo me pudo convertir en un Cazador? —preguntó entonces ella, sorprendiendo a la mayoría de los presentes.
—Estás de suerte, justo nos dirigimos a hacer el examen —le habló el niño de verde por primera vez, con una sonrisa amigable en su rostro, se acercó hasta ella y le ofreció su mano—. ¡Mi nombre es Gon! ¡Gon Freecss!
La rubia miró su mano un segundo para entonces tomarla, a modo de saludo.
—Yo soy Naruko Uzumaki, ¡y voy a convertirme en Hokage, de veras!
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Una nueva historia, ¡wuu!
Debería de aclarar un par de cosas primero: esto sucede justo después de la pelea entre Naruto (en este caso, Naruko) y Sasuke en el Valle del Fin, en ese momento de la historia tienen ambos 13 años, pero para acoplar mejor a Naruko en este mundo, ella aún tiene 12 cuando conoce a Gon y a los demás.
La verdad no sé que me traigo con hacer genderbend y convertir a hombres en mujeres, pero espero les guste y lo acepten.
¡Espero les guste la historia!
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Naruko Uzumaki: Lejos de Casa.
FanfictionNaruko Uzumaki tenía una vida que para ella era normal. Aunque claro, lo que para ella era normal, para nosotros bien vendría siendo raro. Arriesgando su vida desde que tenía 12 años y siendo tratada como una plaga desde siempre. Si eso no era lo s...