El es Mi Omega

El Día en el que todo Cambio

"Siempre era lo mismo, promesa tras promesa y aquella palabra que tanto solía hacerlo feliz se convirtió en su más cruel maldición", Te amo.... Aiga

El Akaba se despertó nuevamente mientras intentaba recuperar el aliento, habían pasado dos días desde que se quedó en el departamento con la nueva pareja, sin embargo comenzaba a tener dificultades para conciliar el sueño. Los recuerdos del pasado no tardaron en acosarle durante las noches y terminaba por desahogarse en silencio.

Aunque en está ocasión fue escuchado por Valt, el cual salió de la habitación y fue a su lado para intentar consolarlo, tomó asiento y lo envolvió entre sus brazos. Este opuso falsa resistencia al principio, pero no pudo más y terminó cediendo ante esa calidez que su compañero estaba dispuesto a mostrarle.

— Aiga todo estará bien, nosotros estamos contigo

— No nada estará bien, mientras yo siga aquí...

Esto molesto al Omega mayor.

Lo que ocurrió en la playa privada del Komurasaki, el problema con Shu ¡¿y ahora esto?!.

Cuanto más tendría que sufrir el pobre para aceptar los hechos y seguir adelante.

— ¡No vuelvas a decir eso! nuestra manada no estaría completa sin ti — le tomó de las mejillas para que lo observará a los ojos.

— ¡Tú no lo comprenderías! — intentó desviar su mirada pero el susodicho no se lo permitió.

— Entonces haz que lo comprenda, yo siempre estuve y estaré ahí para ti

Free que se encontraba escuchando desde el marco de la puerta se acercó y bajo la atenta mirada de ambos se recostó sobre el otro mueble mientras cerraba sus ojos, lo mínimo que podía hacer era escuchar ya que se sentía culpable por ocultar un secreto, aunque tarde o temprano se lo diría.

— No sé por dónde comenzar....

— ¿Qué tal si empiezas con lo que ocurrió en la mansión? — dijo sin más para soltarle de las mejillas, Aiga se puso nervioso y su rostro enrojeció, ¿cómo se supone que explicaría aquello? ¿y más a alguien como Valt?.

— Él no aceptará un no o una mentira por respuesta, así que lo mejor será que confirmes sus sospechas — el peli rubio se unió a la conversación al notar las intenciones del oji turquesa, el cual suspiro a modo de derrota y asintió débilmente.

— En realidad no estábamos peleando, Shu vino a conversar conmigo porque en estos días he actuado de una forma extraña al igual que Fubuki y quería descubrir el motivo, eso fue todo — confesó en voz baja e intentó no ser tan evidente con lo que sentía.

— Aiga... es lo que estoy pensando ¿no es así? — susurró sorprendido, un silencio sepulcral se apoderó de la habitación y el otro solo pudo asentir para confirmar sus dudas.

— ¿Desde cuándo? ¿en la mansión te forzó a hacer algo que tú no querías? — su mirada se afiló al pensar en esa posibilidad, ahora entendía porque Wakiya se molestó en sobremanera.

— N-No me hizo nada, ¿intenta calmarte si?

Ese arrebato por parte del chico logró intimidarlos, sin duda alguna no querían verlo enfadado, así que decidió explicarse antes de que este hiciera algo de lo que se arrepentiría.

— En respuesta a tú pregunta, supongo que desde el inicio, hubo un tiempo donde el comenzó a trabajar en nuestra relación como compañeros, pero yo decidí rendirme porque pensé que tú eras el indicado....

— ¡¿Porqué todos son así?!, ustedes siempre deciden que es lo mejor para mí sin siquiera consultármelo, ¡¿qué acaso no tengo opinión?! — no dudo en reclamar al ver la expresión de derrota que portaba su amigo, ¿todos se aplacarían por el y se rendirían en sus propósitos si eso lograba hacerlo infeliz?, tenían que estar bromeando.