Insecticida

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- Ayer vomite mariposas muertas

- ¿Qué comiste? – Pregunto asombrada

- ¿Recuerdas el kilo de ilusiones que me regalaste?, estaban vencidas.

Así fue, me robaste el alma y me rompiste después, me diste un puntapié y me enviaste al exilio, solo miro vestigios de lo que tanto anhele, relación versión Express, este es el fin de nuestro idilio…

Dije: “Haz conmigo lo que quieras” y me dejaste hecho un desastre, pasaste de ser mi sastre a ser quien me deshilacha, a partirme en dos con tu hacha luego de que me flechaste, hoy me desechas como a un traste, como a una vil cucaracha…

Ciertamente lamento como todo término, mi imperio se esfumo, junto con su emperatriz, se corroe la matriz de lo que se construyó, creo que se te olvido que prometiste hacerme feliz…

Te amé, pero me equivoque, creí que sería eterno lo que solo era efímero, ¿Lo ves?, otra vez choque, me quemaron cual pagano por adorarte cual ídolo…

Fui ingenuo al pensar que me amarías igual, con la misma fuerza y empuje de un huracán, fui una pequeña foca que nunca aprendió a nadar, y tú eras una orca que me acechaba desde el mar…

Mira la rapidez con la que me desintegro, mi corazón de cedro fue traspasado por tu calibre, mi amor era tan único, se obtenía en el mercado negro, el tuyo tan común, lo vendían en el mercado libre…

No soy demasiado listo, pero tengo claro lo que es el amor, no creo que sea hermano del dolor y de la iniquidad, pero la toxicidad se adueñó de su sazón, ahora se entrega un corazón y se recibe la mitad…

Mis ojos aun brillaban como en la primera cita, eras mi diosa afrodita, me incitabas a pecar, me hiciste estallar con toques de dinamita, y al final tu área chica me puso fuera de lugar…

Ojala dejases de retozar estúpido órgano latente, y así arrancar de mi ente todo aquello que me daña, el pesar se ensaña contra el afecto carente, por aceptar ciegamente las caricias de tu guadaña…

Baje la guardia y me asestaste un estoque, ante ti Willie Coyote deje expuesto mi corazón, quise ser tu adoración, también propinarte mi toque, pero en tu pecho reinaba un bloque de hormigón…

Eran falsas, de plástico, las flores que me entregaste, muchas cartas me obsequiaste, pero nunca tu poesía, estoy tirado en la vía donde me atropellaste, te creí 18 quilates, solo eras bisutería...

¿Acaso no te bastaba con el cariño que te ofrecía a diario?, tal vez un tanto estrafalario, pero solo a ti te lo obsequiaba, todo ciclo se acaba, se cerró el escenario, ahora te busco en el diccionario y ya no significas nada…

No sé si lo sabes pero agrietaste mi armazón, me pregunto ¿Para qué?, si ahora si más te retiras, no sé si lo sabes, pero es de mala educación decir “Te amo” si tienes la boca llena de mentiras…

Se agotó la magia de este abracadabra, una sensación macabra me dejo abatido, aunque por ti he admitido estar más loco que una cabra, para ti mis palabras tan solo eran ruido…

Mis mariposas junto a las tuyas querían coexistir, coincidir y convivir en este círculo ambiental, pero tú que tenías el poder de hacerme sonreír, me elegiste herir y hacerme llorar…

Lo superare, no viviré de recuerdos, ni tampoco será eterno tu existir en mi vocablo, prenderé fuego al establo, que arda como el averno, te mandaría al infierno ¿Pero qué culpa tiene el diablo?

Cerrare mi interior, no dejare que nadie entre otra vez a mi mente y desordene mi vida, me olvidare de coloridas relaciones adolecentes, a las mariposas de mi vientre les han rociado insecticida...

Sin Flores No Hay PrimaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora