Daryl Dixon One Shots

5º

Los diálogos en español serán así: holis holis 7u7

Advertencias: un poco del delicioso y lenguaje.

La historia será un poco parecida al capítulo donde van por las armas a Atlanta pero tendrá algunos cambios :)

"Maldito Miguel te voy a partir la madre cuando te vea de nuevo" pensaba mientras seguía mirando desde mi posición hacia donde se encontraba el bolso de armas entre aquellos muertos y esperaba la señal que tenía para distraerlos. Muy bonito, yo quería ayudar a llevar provisiones al asilo para los abuelos y en mi primera misión me toca arriesgarme; eso me pasa por querer hacer mas que lavar ropa y cuidar desde dentro del asilo. Ya estaba cansada, llevaba mas de veinte minutos esperando, espero por su bien que no me hayan abandonado u olvidado sino les jalaría las patas si llego a morir.
Seguía esperando mi señal cuando de repente escuché unos chirridos de carro... el carro donde vinimos... ¡hijos de perra me abandonaron!
Tenía que pensar rápidamente en que haría y como sobreviviría pero antes de siquiera poder correr escuche unos pasos atrás de mí.

—Deja tu arma en el suelo—. Me ordenó una voz ronca.

—No tengo armas—. Dije mientras levantaba mis manos.

—T, revísala—.

—Epa epa ni se te ocurra tocarme—.

—¿Qué dijiste?—.

—Que ni se les ocurra ponerme un solo dedo encima si no quieren que les patee las bolas—. Dije volteando y mirando a los dos hombres frente a mi.

—¿Estabas con los hombres del carro?—. El hombre moreno me preguntó.

—Estaba hasta que decidieron abandonarme.. pendejos—. Los dos se voltearon a ver un segundo para luego mirarme a mi de nuevo.

—Lo siento pero necesito que vengas con nosotros—. Dijo el hombre vestido de sheriff.

—¿Para qué o qué?—.

—Si estás sola y sin armas necesitaras ayuda—. Torcí un poco mi boca mirándolos, tenían razón.

—Bien pero que ni se les ocurra tratar de propasarme conmigo, soy buena dando chingadazos—.

—Ten por seguro que no trataremos—. Dijo el hombre moreno. —¿Cual es tu nombre?—. Preguntó llegando a mi lado para empezar a caminar por el camino que ellos al parecer sabían que era seguro.

—Mi nombre es Esmeralda, ¿el de ustedes?—.

—Mi nombre es T-dog y el de allá es Rick, un gusto chica—. Respondió tomando mi mano.

—Igualmente T—.