Ignis, una pelirroja que llega a Forks justo cuando termina la batalla contra los neófitos.
Ella demostrará su poder y dejará en evidencia las verdaderas intenciones de Bella, así como también, hará ver a cierto cobrizo que se ha equivocado de comp...
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Narrador Omnisciente
Un gran ejército se aproximaba al prado cubierto de nieve a paso lento y deteniéndose en una distancia considerable. Las túnicas negras los cubrían de pies a cabeza, impidiendo que su rostro se viera.
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Aro, como siempre, era el que dirigía. Sin duda habían armado un gran batallón, y era mucho más grande que el de la pelirroja.
Todos se quitaron los gorros de las capas, dejando ver su rostro. A excepción de uno, que desde lejos se podía ver una sonrisa ladina.
Aro buscaba con la mirada a la pelirroja y la pequeña Cullen. Se dio cuenta que la rubia Hale tampoco se encontraba en el lugar, sin embargo, la que más le importaba no daba señales de presentarse.
Al no tener más alternativa, tuvo que hablar al líder del Clan Cullen.
—¡Vaya Carlisle! Me dejas si palabras al ver el batallón que armaste en nuestra contra.
—Nos vimos obligados al tener a un integrante de nuestra familia en peligro.
—Ignis nos es parte de tú familia —dice el líder Vulturi con desprecio.
—Claro que lo es —responde con un poco de enojo el cobrizo.
Se escucharon pasos acercándose, todos voltearon y vieron a tres hermosas chicas caminando sobre la blanca nieve.
La rubia llevaba un conjunto café que se amoldaba perfectamente a su cintura. La chica de cabello azabache, llevaba un conjunto negro y parecía que flotaba sobre la nieve. En medio, se encontraba la pelirroja, con un conjunto rojo —tan característico de ella— que contrastaba perfectamente con su tono de piel.
Las chicas caminaban despacio, parecía que se acercaban en cámara lenta, como si caminaran en una pasarela. De un momento a otro, ya se encontraban a lado de los Cullen y los vampiros aliados.
—¡Ignis! —exclama el líder Vulturi— Pensé que ya no vendrías —la pelirroja solo se encogió de hombros al mismo tiempo en que la manada Quileute salía de entre los árboles. Eso alertó de sobremanera a los Vulturi.
