—¡Ya llegué! —avisé, cerrando la puerta. Cuando me giré, observé cómo Logan estaba parado enfrente mío con el ceño fruncido—. ¿Qué pasa?—¿Cómo que qué pasa? —su tono de voz hizo que temblara.
Los nervios ya se estaban haciendo efecto en mi cuerpo, haciendo que juntara mis manos y presionara una contra otra.
—¿Qué sucede? —fruncí el ceño. ¿Acaso ha cogido la prueba?
—¿Dónde estabas? —se lanza a mí, envolviendome en sus brazos—, me has asustado, que lo sepas.
—te dejé una nota —reí por no llorar de los nervios.
—hey, no hace gracia —me da un beso en los labios—. Mientras que yo estoy con el corazón en la garganta, tú te ríes de mí. Que fuerte, Hannah.
—lo siento —sujeté su cara con mi mano y estampé mis labios contra los suyos.
—tal y como unos adolescentes —sonríe por mi gesto.
—literal —le guiñé un ojo.
Los nervios que tenía antes ya se me quitaron gracias a su presencia. Mi boca se abrió con intención de decirle a donde fui, pero luego me di cuenta de lo que realmente iba a decir y cerré la boca. Él frunció el ceño y yo sonreí arrugando mi nariz. Con su mano acaricia mi mejilla y comienza a hacerme acaricias. Yo formo mis labios en morritos y él rápidamente ríe fuertemente.
—que mona —me abraza.
—estás hoy muy cariñoso, ¿No? —reí.
—gracias a ti —comienza a dejar besos por toda mi cara y cuando sus labios cada vez van bajando más, se para en mi escote tapado por la camisa, reposa la cabeza sobre mi pecho y suspira fuertemente.
—pareces un bebé —acaricié su pelo.
—amo que me hagas eso —alza su mirada.
—te mando muchos besos —bromeé.
—¡No! —niega con la cabeza—. Me los tienes que dar tú esos besos enviados.
—no no no —moví mi dedo índice hacia los lados.
—me los das —se incorpora y yo alzo mi cabeza por la altura que me saca. Él al verme con la cabeza alzada comienza a reírse y se agacha al suelo para seguir riendo.
—¿De que te ríes? —me avergoncé.
—eres muy baja —sigue riendo.
—tu sigue —le advertí.
—vale, vale, vale —se pone resto y hace un gesto que suelen hacer los del ejército—. A tu disposición, jefa.
—dejate de tonterías —le pegué en el hombro—. Levántate del suelo, que pareces un bebé.
—como el que tú y yo tendremos —me saca la lengua.
¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?
¿Lo sabe? Imposible, si yo no le he dicho nada. ¡La prueba de embarazo que había dejado bajo el lavabo del baño! Mierda.
—es broma —sonríe.
—si —le seguí el rollo para que no se viera mi nerviosismo. Tengo que sacar de una vez la prueba, puede ser que algún día, antes del viaje, la vea y toda la sorpresa se vaya a la basura.
—¿Por qué tan pálida? —coge mi cara y acerca la suya a la mía.
—solo me impresionó lo que tú dijistes —hice el intento de sonreír, pero los nervios hicieron que hiciera una cara de confusión y desagrado.
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TU Y YO Y NADIE MÁS
RomanceHannah Baker es una chica que decide mudarse antes de que empiece la universidad. Pero lo que ella no sabe es que deberá compartir casa con el chico mas popular y deseado de la universidad. ¿Podrá soportar vivir con el durante 4 años? ¿Se odiarán o...