Caítulo 4

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La noche se fue en un abrir y cerrar de ojos. Marc dormía plácidamente, Nathaniel empezaba a despertar, apenas abrió los ojos se dio cuenta que tenía a Marc a su lado, se cubrió la boca para no despertarlo, salió en silencio de la habitación.

Se mojó la cara y empezó a maldecirse a sí mismo, no sabia que hacer ni como reaccionaria Marc. Primero recogió la ropa que estaba en el suelo y la puso a lavar. Lo más seguro es que Marc quiera irse de inmediato y nunca volver a verlo. Pero Nathaniel quiere, y tiene que, hablar con él.

Fue al salón, acomodó todo para el desayuno y al momento de recoger la mesa, vio el celular de Marc, tenía 20 llamadas perdidas y 31, 32, mensajes. Apenas abrió el celular entró una llamada a la cual Nathaniel respondió por error. Y escuchó la voz de una mujer:

—¿Hola? Marc, ¿estás bien?, ¿dónde estás? Responde.

—¿Hola?

—¿Quién eres tú?

—Perdón, soy Nathaniel compañero de Marc. Dejó su celular en silencio y en el salón.

—Vaya, lo siento mucho. Ayer nos dijo que iría a casa de un tutor, no de un compañero.

—Ya veo, en realidad soy estudiante de último año. Y era parte de mi proyecto estar con los de primer año, tanto como compañero y tutor.

—Entiendo, pero dónde está mi hijo ahora.

—Ayer... nos quedamos hasta tarde y por eso se quedó a dormir. estaba cansado, así que lo dejé descansar.

—Está bien, en cuanto despierte pásale el teléfono por favor.

—Está bien, hasta luego señora.

—Hasta luego, gracias.

Colgó el celular, pero en cuanto lo hizo escuchó un golpe arriba. Subió rápidamente y encontró a Marc en el suelo con algunas sábanas.

—Marc —dijo azotando la puerta —¿Estás bien?

Marc tomó las sábanas, se cubrió y recorrió hacia atrás con miedo como si no supiera donde ni quien es. Nathaniel vio este comportamiento se puso de rodillas y con sus manos le hizo señas de calma.

—Marc, tranquilo, estás en mi casa. Soy Nathaniel, ¿me recuerdas?

Marc tomó aire, vió toda la habitación y reaccionó, se sonrojo y con la cabeza baja dijo:

—Si lo sé, perdón. Dónde está el baño.

—Halla —señalo el baño de la habitación —te deje ropa y puedes usar lo que necesites.

—Gracias, podemos hablar de lo que pasó, después de que me duché.

—Si claro, por cierto tu madre llamó, quieres que te pase tu celular.

—Si por favor.

—Está bien, ya vuelvo.

Nathaniel bajó al salón por su celular, al volver Marc ya estaba en la ducha así que tocó la puerta del baño y al entrar vio a través del vidrio esmerilado la silueta del cuerpo de Marc, lo que confirmaba algo que él no había notado. Se siente atraído por Marc.

Dejó el celular y salió, para preparar el desayuno.

Con Marc, las cosas eran más confusas. Cuando despertó pensó que había vuelto a cuando tenía 15 o 16 años, en ese viaje familiar con su pareja. Pero apenas recordó un momento doloroso se dio cuenta que no estaba en el momento ni el lugar que imaginó, se asustó y cayó de la cama.

Vió como un desconocido entró, después de unos segundos se dio cuenta que tenía más de 20 y que él llegó ahí por su cuenta.

Ya en la ducha se dispuso a llorar en silencio, en su mente solo se había avivado el momento de más dolor en su vida. Pero también dentro muy dentro de él, sabía que se había vuelto a enamorar, o por lo menos se había vuelto a acostar con alguien. Y él tiene miedo a ser abandonado... otra vez.

Nathaniel x Marc~OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora