Semana 1

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Fuertes pasos se escuchaban por todo el edificio.

El grupo de chicos corría con una sola dirección en mente.

La enfermería.

Entre tantos presentes abrieron la puerta de un golpe.

- ¡Bakugo! - se escuchó al unísono.

El rubio veía atónito cómo era posible que entraran tantos chicos en una sola sala.

- Chicos, gracias por venir - declaró el bicolor.

- No te preocupes por eso Todorki-kun, hemos estado intentando entrar a la enfermería desde ayer pero no nos lo permitían - mencionó la pequeña chica de cabello castaño.

- Hoy en la salida nos anunciaron que ya podíamos entrar y llegamos lo más rápido que pudimos - la chica de piel rosa sonreía.

Un silencio de formó en la sala.

Todos recordaron algo.

Katsuki no escuchaba.

Los rostro de los chicos se fueron decayendo lentamente.

El feliz ambiente se estaba tornando triste nuevamente.

Pero cómo siempre.

Alguien debía impedirlo.

- ¡Katsuki! - saltó directo hacia el rubio chico apretándolo en un entusiasmado abrazo. Desde que llegó había querido abrazarlo, estaba muy feliz de poder ver su cara con el ceño fruncido.

Katsuki se sacudió un poco sobre su lugar para poderse liberar del fuerte agarre pero aún así no logró su cometido y se rindió.

- ¡mírate! ¡te ves horrible! - grito haciendo un puchero, habían arruinado el precioso rostro de uno de sus mejores amigos.

Todos en la sala rieron por las acciones de Kaminari.

Realmente apreciaban tener personas cómo estas en ese tipo de situaciones, siempre alegraba el ambiente.

Nuevamente todos sonrieron entre sí.

- ¡Bro! - ahora el chico pelirrojo saltó sobre el rubio para dejar un beso al estilo Recovery girl sobre su frente.

Nuevamente todos los presentes rieron, sabían que Katsuki estaba permitiendo esto únicamente porque se encontraba herido, de no ser así probablemente todos estarían muertos.

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Todos habían abandonado la sala, aunque no se sentía muy diferente a cuándo estaban presentes.

Después de todo el silencio era interminable.

Hace unos pocos minutos su novio salió de la sala para traerle algo de comer.

Quería intentar algo nuevamente.

Hablar.

Ahora que no había nadie era el momento indicado.

Posó una de sus manos deliacadamnete sobre su cuello.

Empezó a aplicar un poco más de fuerza en sus cuerdas vocales.

Un pequeño sonido salió de su garganta.

Había dolido, pero no tanto cómo los días anteriores.

TU VOZ [Todobaku] (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora