ᴀʀᴇs - 𝗦

𝟤𝟢 - 𝐁𝐚𝐥𝐚𝐬

Antes que nada quiero avisar que en este cap di rienda suelta a los insultos, losiento no lo leas si no quieres acabar con la lengua y la mente sucia ;)

Narra Nicki

~Proximamente~

Mi vista estaba nublada. Apenas podía distinguir la luz de la oscuridad. Caminaba con dificultad y pesadez, estaba a punto de desmayarme.

Había recibido dos disparos, uno en mi hombro, muy cerca de la yugular y otro en la zona de mi abdomen.

Otra vez esa sensación tan familiar...

Una pequeña luz pasó por mi mente. Al instante me desplomé golpeandome directamente en la zona trasera de mi cabeza.

~Vuelta atras del tiempo~

Lo teníamos, estaba aquí.

-Hola, muy buenas -me acerqué a el siendo coqueta-

Todo era parte de un plan, un estúpifo plan. Los chicos habían decidido que tenia que tratar de seducir y drogar a uno de los lideres más poderosos de la mafia enemiga. ¿Que podría salir mal? Ya te lo imaginarás.

-Valla, buenas señorita. No sabía que había chicas como tu por aquí, habría venido antes -se acercaba lentamente hacia mi-

Me estaba poniendo nerviosa, si se acercaba de más a mi, Yun reaccionaría o si este hombre trataba de matarme lo haría en este momento.

Tragué en seco, calmé mis ánimos y seguí hablando.

-Una pena, yo me voy dentro de un rato... Querrás acompañarme -esta vez me acerqué ligeramente hacia el-

Noté una mirada clavada en el, Yun lo vigilaba, lo observaba con desprecio y celos ya que el hacía bastante que ni me tocaba, no me dejaba.

-Pues claro, será todo un honor enseñarle a la reina de las serpientes quien 'manda' -dijo mientras sujetaba mi mano admirando mi caracteristico tatuaje-

Si había una cosa que me delataba ante mi nombre era el tatuaje. Un tatuaje de serpiente que comenzaba en mi mano y se deslizaba por mi brazo hasta llegar algo más alto del abdomen.

El movía su mano lentamente, acercaba sus manos a mí, comenzó agarrandome la cintura y poco a poco deslizando sus manos hasta quedar a escasos milimetros de mi trasero.

Me moría de ganas de acribillar a balas a ese cerdo. Todo era por nuestro bien, no podía pararlo ahora.

Una de sus manos se movió, me agarró de la muñeca haciendome querer llevar a algun sitio.

se acercó a mi y susurró algo a mi oido.

-Vamos pequeña perrita, te enseñare en los baños eso que llevas buscando toda la noche, como la zorra que eres -susurraba con desprecio en mi oido, a el le resultaba excitante, a mi asqueroso y depravado-

No me resistí más, con mi tacón de aguja lo pisé, clavandoselo en el pie y sacandolo con fuerza para causarle más dañi y huir corriendo.

-Zorra será tu difunta puta madre -clavé mis afiladas uñas en su mano quería soltarme pero el no cedía, me arrastraba con fuerza a la vez que cojeaba-

Le mandé una mirada de socorro a ellos, estaba en problemas.

Al instante recibieron mis suplicas, se acercaron a nosotros con rapidez.

-Ya le ha dicho la señorita que no quiere ir con usted, suéltela, si es tan amable, caballero -hablaba Armando mientras posó su mano sobre su hombro-

Su voz siempre me resultó tranquilizante pero ahora más que mis lagrimas estaban al borde de salir. Aunque yo fuera fuerte, tenía mis limites y más despues de todo lo vivido.

-Y si quiero matarla ahora mismo, ¿Que pasaría? -preguntaba retóricamente el hombre mientras posaba la boca de su arma sobre mi cuello-

Este era mi fin, ya está, se acabó.

Eran los pensamientos que pasaban por mi retorcida mente, siempre fui negativa, para ser sincera.

Me fijé en la puerta principal, vi a tres hombres entrar, me resultaron muy familiares sus atuendos. No me jodas, Volkov, Greco y mi padre, Jack Conway.

Una lagrima caia por mi mejilla, una helada lágrima. Mi mente estaba nublada, al igual que no podía distinguir las palabras que se escuchaban a mi alrededor, no las entendía, estaba cegada por completo. Era un gran estado de nervios el que sentía ahora mismo.

Apretó el gatillo, dos veces, dos disparos había recibido con una pistola semiautomática. Uno en mi cuello y otro en el pecho, ni idea de cómo apuntó pero lo hizo. La sangre comenzó a gotear, la sala se sumergió en solo sonidos de disparos. Todo estaba consumido en un macro tiroteo.

No podía estar quieta, quería ponerme a cubierto hasta que todo esto acabase, incluyendo el tremendo dolor que sentía.

Mi vista estaba nublada. Apenas podía distinguir la luz de la oscuridad. Caminaba con dificultad y pesadez, estaba a punto de desmayarme.

Había recibido dos disparos, uno en mi hombro, muy cerca de la yugular y otro en la zona de mi abdomen.

Otra vez esa sensación tan familiar...

Una pequeña luz pasó por mi mente. Al instante me desplomé golpeandome directamente en la zona trasera de mi cabeza.

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Uy lo volvi a hacer. Intriga de cenar AAAAA

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