ᴀʀᴇs - 𝗦

𝟤𝟥 - 𝐐𝐮𝐞?¿

Narra Nicki

Adelantando un poco los hechos... Habían pasado unas semanas desde que salí del hospitál. Me sentía recuperada y lista para acabar mi trabajo.

Después de que me hubieran recordado las causas del tiroteo, me juré a mi misma acabar con la vida de ese cerdo, pero aún pensando en la vida que crecía en mi interior.

Aún no le había contado a nadie que estaba embarazada, no tenía ni idea de como se lo tomarían.

Supongo que aún me costaba asimilarlo yo misma y no estaba como para contarselo a nadie, o sí? Quizás era buena idea contarselo a Jack...

Así podria volver a acercarme a mi padre.

Despues de aquella rabieta que tuve en el hospitál como una niña pequeña... Ha pasado un tiempo desde que no me hablo con el y ya es hora de recuperar el vínculo con mi padre, no era el momento de joderlo todo ahora...

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—Nicki, tas bien? -pregunto Tonet mirandome con preocupación-

Estaba distraída, miraba a la nada en silencio mientras los demas hablaban del atraco que haríamos esta tarde.

—¿Qué, ah, sí sí... -desperté de mi momentaneo trance-

—Segura? Estás muy distraída -habló esta vez Armando-

—Solo pensaba en mis cosas, no os preocupeis -le resté importancia-

Ellos siguieron hablando sin importarles lo anterior, y como era de esperar, me volví a distraer con mis asuntos y teorías sobre que contarles en el momento adecuado.

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El atraco estaba listo... Estabamos en la joyería preparados. Llevábamos nuestras armas, una buena bolsa oara guardar todas las joyas e incluso trajimos a una rehén para conseguir un bailecito por parte de los policías.

—Ares, vete para atras con la rehén, Xiamo vete con ellas -ordenó Juanjo desde la puerta usando nuestros habituales nombres en clave-

No contesté, solo acaté sus ordenes. Tenía demasiadas cosas en la cabeza como para ahora ponerme a hablar.

—Nicki, dime pol favol que te pasa -hablaba Yun a mi oído-

—Cielo, estoy bien, no te preocupes. Solo estoy algo distraída -contesté acariciandole el hombro de manera tranquilizadora-

El se apoyó en una de las vitrinas repletas de joyas...  El se puso a hablar con la chica que nos conseguiría un bailecito al estilo policial. Al parecer la chica era bastante amable.

Ellos hablaban y me metí un poco en su conversación escuchandolo todo, esto em despejaría un poco.

—Y tu como te llamas guapo? -preguntó la chica con actitud coqueta hacia Yun-

—Cierra esa bocaza mal operada si no quieres que te meta una pistola hecha de oro 24 killates por el culo -hablé de un suspiro-

—Palese que te ha contestado la plincesa -rió y me abrazó por los hombros-

Una actitud positiva o negativa que siempre he tenido es al de ser celosa, no me agrada que se metan con lo ajeno. Y en este caso para callarla a ella.

—No sabía que el bombón venia con perrita de regalo -comentó ella-

—Has pensado en lo que acabas de decir te puede costar la vida, zorrita? -repliqué ante su comentario-

La chica tragó en seco mientras yo sacaba una pistola de mi bolsillo trasero. Oí decir a Yun por radio; "Ya no tenemo' lehén, ahola tenemo' una muelta".

—Gilipollas... -la insulté una ultima vez mientras apretaba el gatillo dentro de su boca, causandole una muerte rápida pero dolorosa-

Recordáis cuando dije lo de que soy celosa? Bueno, vale, me expresaría mejor diciendo que estoy al mismo nivel de toxicidad que Chernobyl.

—La partida empieza en 10 9 8... -anunciaba Juanjo por radio-

Yo me limité a apartar al cuerpo sin vida de la ex-rehén de nuestro camino y cubrirme en la parte trasera de la joyería.

—3 2 1... -terminó la cuenta atrás- Nadando cuidado desde las alturas con el "franco" -habló esta vez por radio, advirtiendo al tirador-

Segundos después lo único que se podía lograr escuchar eran disparos y casquillos de bala cayendo.

Me asomé, estaba a nada de apretar el gatillo a la cabeza que veía directamente delante de mi. Traje, camisa blanca, corbata negra... El superintendente. Mi cabeza decía que no disparase pero mis manos querian.

Un último disparo sonó. Yo había disparado? O había sido el?

En ese momento de duda fue cuando me empezaron a temblar las piernas, perdía el equilibrio y mi hombro sangraba. Mi pregunta había sido respondida. El ganó.