*̥˚ CAPÍTULO 1 *̥˚

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La despedida

La línea de la vida, muchos llaman a esta línea un espacio perimetral entre los vivos y los muertos, una línea desconocida para los vivos, en cambio, para los muertos desesperados en recuperar lo que perdieron, se derrumban por conseguir traspasarla, cayendo al olvido y la melancolía vagando por el mundo sin restaurar su alma rota y solitaria.

Los fantasmas, espectros, almas en pena o espíritus, son parte de una leyenda contada por muchos siglos atrás, básicamente resume que son personas olvidadas o asesinadas por otras que buscan resolver lo que no cumplieron en vida, buscan alivio de su  pesar. Muchos de ellos eran personas llenas de amor a la vida, pero el destino es cruel, y terminan de una manera trágica... tal vez al nacer están destinados a fallecer por el camino sin cuplir todo lo que desearon.

Años y años vagando sin ni siquiera tener derecho a ir al cielo o no... sólo quedan aprisionados a un destino cruel, a un mundo cruel pero a la vez maravilloso, porque así es la vida cruel y maravillosa como ninguna, difícil de entender, pero fácil de disfrutar, es un paradigma perfecto y odioso. Porque lo perfecto es odioso.

***

El paisaje soñoliento se dejaba ver, la serena mañana del viernes comenzaba a despertar, la cuidad de Trost, se alistaba para un día pacífico y transcurrido como siempre. El otoño en la ciudad era único, un paisaje que demostraba tranquilidad y añoranza, los pájaros cantaban y las hojas de los árboles caían en calma.

Gente iba y gente venía, apresurados y distraídos. Desde el balcón se podía apreciar sus rostros cansados y preocupados por la jornada que les tocaría.

Ya harto de ver la patética gente que pasaba, cierto joven se retiró del balcón, para hundirse entre las sábanas blancas y pulcras de su lecho. Suspiró y lentamente cerró sus ojos para adentrarse a un torbellino de miedo y ansiedad que le provocaba estar en ese lugar... y en ese estado tan demacrado.

─Un día más estando así ─dijo, dejando en silencio el lugar.

***

Instituto Titán, aula 10-4

─Bien jóvenes... no pierdan el tiempo y saquen sus biblioratos para comenzar.

El maestro dio por comenzado su clase de biología, empezando a escribir algo en la desgastada pizarra con un libro en manos.

Distraída qué cenará hoy, Sasha dio un salto atrás al darse cuenta que su amiga Mikasa estaba tomando tranquilamente una siesta, si el maestro Shadis se diera cuenta la mataría.

Intento despertarla con un susurro pero la pelinegra no daba signos de querer despertar, así que la tomó por el hombro y la sacudió intentado de nuevo despertarla.

─Mikasa... oye tonta, despierta...

Sonrió al ver que a su amiga se le caía la baba, una fotografía no le caería mal, bromeó, pero ya era tarde, Mikasa despertó de un salto mirando asustada a su alrededor.

─Hasta que la bebé dormilona despertó ─murmuró alegre Sasha.

Mikasa solo se limpio la baba que caía de su boca y suspiró aliviada.

─¿No se dio cuenta?─preguntó refiriéndose al maestro Shadis.

─No, tienes suerte.

Suspiro de nuevo y contestó ─Menos mal...

La castaña observó atentamente los párpados de Mikasa, notable era las ojeras oscuras de esta.

─¿Dormiste bien?

Un Fantasma llamado Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora