Capítulo 7.2

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«Para mi próximo número necesito que me beses y haré aparecer mágicamente mariposas en tu estómago»
ANÓNIMO.

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Quedando solo un día para el cumpleaños de Martina, Marcel había pensado cuidadosamente en el regalo para su prometida; aunque por un lado estaba molesto por no haberlo sabido antes y evitarse haber corrido contra el tiempo. 

Ese día se habían reunido para admirar el trabajo terminado en el ala este de la casa. Los trabajadores por fin habían terminado de remodelar y los sirvientes de limpiar. Todo se veía tan bonito, justo como Martina quería, pero ella notaba que Marcel en vez de disfrutar el trabajo que tantas semanas le había costado prefería tener una expresión pensativa y su boca casi en una mueca.

—¿Por qué estás tan raro hoy? —preguntó ella después de un rato.

—No me dijiste que mañana seria tu cumpleaños  —Martina solo sonrió con desinterés. Ni siquiera se había acordado que eso, sería mañana.

—Así que era eso.  —ella se encogió de hombros —Mi cumpleaños siempre me pasa por alto o se me olvida. No te sorprendas tanto, a mis padres sobre todo a mi madre le molesta que tenga tan poco interés en celebrarlo.

—Aunque no esté de acuerdo en que no te emocione la fecha de tu nacimiento. No fue cómodo enterarme por boca de tu madre que ibas a cumplir mañana. —Martina se cruzó de brazos y lo miró con una ceja levantada.

—Te recuerdo que no me lo preguntaste. Si lo hubieras hecho, yo misma te lo habría dicho.

—Lo sé. —respondió en un suspiro —Y no te lo tomes como si te estuviera recriminando, es solo que estoy molesto conmigo por no haber preguntado antes.
Marcel cortó el espacio que había entre los dos y sus manos rodearon la estrecha cintura de Martina, acercándola a él.

—Cariño mío, mañana quiero invitarte a mi residencia. Tengo una sorpresa para ti, por favor dime que iras. —ella sonrió, apoyando sus manos sobre sus hombros.

—Cuando me lo pides así de tierno, casi suplicante es difícil decirte que no. ¿Y si adelantas mi regalo de cumpleaños y me das un besito? —pidió haciendo un puchero casi infantil que hizo reír a Marcel.

—La última vez fuimos descubiertos por tu hermano y esa niña.

—Solo uno. Chiquito. —Marcel ni siquiera volvió a objetar y la besó, sintiendo de nuevo esa energía vibrante que le recorría todo el cuerpo.

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Apenas abrió los ojos, Martina se encontró con su hermano Albern a un lado de su cama. Soñolienta, estrujó sus ojos y vio que el niño tenía una rosa en su mano.

—Feliz cumpleaños —ella sonrió, sentándose en la cama para sujetar la flor que su hermano le ofrecía.

—Gracias pequeño  —Albern le sonrió y luego salió del dormitorio.

A su madre siempre le molestaba su desinterés en este día. Para ella su cumpleaños era solo otro día mas del año, una afirmación que era un año más vieja. Martina se levantó de la cama, se sentía curiosa y emocionada por saber cuál era la sorpresa que Marcel le había preparado.

Una doncella la ayudó a vestirse y cuando bajó al comedor todos la felicitaron. Su madre la llenó de besos, Cato y su padre la abrazaron hasta casi alzarla del suelo. « Admito que disfruto muchísimo sentir el calor, cariño y amor de mi  familia en este día. No deseaba que se celebrara nada, con recibir un delicioso desayuno junto con mi postre favorito y me daba por bien servida »…

©𝑆𝐸𝑅𝐸𝑁𝐷𝐼𝑃𝐼𝐴. Saga: Palabras Hermosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora