22| El secreto de Capricornio

1K 98 7
                                        

Día 19

ESCORPIO

Con Piscis observábamos a Capricornio con determinación, esperábamos el momento justo en el que todos se fueran para poder hablar con el. El esperado momento que hablo llego rato después, cuando la gran mayoría decidió ir a comer o a hacer cosas que nunca lograron hacer por lo que les agarró.
Capricornio se estaba por ir pero yo rápidamente lo freno agarrándolo de su brazo, el chico me miró extrañado e intento hacer un movimiento para que lo suelte pero no lo hice.

— Necesitamos hablar. — dice Piscis a mi lado

Capricornio nos mira por unos segundos para luego ver a su alrededor, ya nadie más se encontraba aquí además de nosotros, por lo que termino rindiéndose y soltando un largo bufido por su boca.

— ¿Que necesitan? — pregunta el con su ronca voz

— Queremos que nos digas la verdad. — digo yo y el me mira seriamente

— ¿Q-que? — pregunta el con gran nerviosismo

— ¿Acaso tartamudee? — lo mire serio — Sabemos que nos estás ocultando algo y queremos saberlo.

La cara de Capricornio cambio, nos miraba nervioso y hasta podía ver pequeñas gotas de sudor calle do por su rojo rostro. El chico parecía estar en una batalla interna decidiendo si era correcto o no decirnos.

— ¿Vas a hablar o te comió la lengua el ratón? — Pregunta Piscis acercándose más a el

—   Nose que es lo que creen saber pero están muy equivocados. — dice el y con Piscis nos miramos divertidos

¿Tan malo era lo que había echo que no se animaba hablar? Ya harto lo agarre y lo empuje contra un árbol que se encontraba detrás nuestro. Capricornio era mucho más fuerte que yo pero precia como si ese "veneno" le había sacado toda esa fuerza y energía que antes tenía.

— ¿Ahora si vas a hablar?

— Okey, okey, voy a hablar — dice el y yo lo suelto — Pero prométanme que no le van a decir nada a los demás, en especial a Leo, Géminis o Virgo.

— Lo prometemos. — dice Piscis rápidamente y Capricornio suelta un gran suspiro

— Fui yo, yo empece todo esto.

CAPRICORNIO

Poco era lo que recordaba de ayer pero las memorias que tenían eran suficientes como para saber lo que había hecho.
Todo empezó a eso de las diez de la mañana cuando el sol se encontraba arriba nuestro, yo juntaba las frutas con Tauro. Ninguno de los dos se dirigía la mirada y era poco lo que hablábamos, ya sabíamos que todo nuestro pasado había quedado en el olvido para ambos, pero eso no significaba que las tensiones habían disminuido.
Entre los dos recogíamos las frutas que veíamos sin importarnos cómo se vieran, yo fui el que primero tocó esa pequeña fruta coños azul que crecía en un pequeño arbusto escondido por los árboles.

— No toques eso, quizás es peligroso. — recuerdo perfectamente las palabras de Tauro

— Vi a Acuario comiendo una parecida a esta la otra vez, no hacen nada. — digo yo sin darme cuenta que ambas frutas eran completamente diferentes

De un solo mordisco comí la fruta entera, la mastique rápidamente y pude sentir como su agrio sabor se mantuvo en mi boca por grandes minutos. Era como si el sabor se esparcía por todas mis papilas gustativas, el sabor era rico y no se sentía como algo malo, por lo que decidí ignorar todas las señales.
El cambio empezó a los minutos, mi visión comenzó a nublarse y podía sentir como mi boca se secaba, además de que mi memoria comenzaba a borrarse poco a poco, caminé hacia Tauro y rompí mi remera con una rama. Recordaba haber besado a Tauro y si no me equivoco también a Géminis, y estoy cien por ciento seguro de que así fue como comenzó todo.

Miraba la cara de Escorpio y Piscis mientras escuchaban mi relato, ambos se encontraban confundidos y no sabían que decir, como si no supieran que hacer con toda esta información que acababa de tirar.

— Sabía que escondías algo. — susurra Escorpio mientras me mira fijamente

— No le pueden decir a nadie. — digo yo asustado por lo que me puede llegar a pasar

No suelo hacer cosas malas o meterme en problemas por lo que siempre que lo hago un gran remordimiento me invade.

— Demasiado tarde Capri. — escuchó una voz en mis espaldas

ARIES

Había escuchado todo, llevaba al rededor de diez minutos escondido detrás de un gran árbol con la esperanza de que algo interesante pasara. Vi como Piscis y Escorpio se lo llevaban, era obvio que algo malo iba a pasar.

— ¿Escuchaste todo? — pregunta Capricornio con temor

— Si, de principio a fin.

— ¿Le vas a decir a los demás?

Me quede en silencio, no sabía que responder. Por un lado creía que todos deberían saber la verdad de lo que sucedió pero también por otro lado estaba la consecuencia que recibiría Capricornio por su acto, si lo llegaban a echar o darle un castigo seguramente terminaríamos muriendo, su logística e inteligencia es lo que nos mantuvo vivos hasta ahora.

— No, tranquilo. — digo yo y una cara de alivio aparece en su cara — Pero...

— ¿Pero?

— Quiero que me lleves a donde está ese arbusto, quiero ver la fruta. — digo yo seriamente

Con Escorpio nos miramos por pequeños microsegundos para que lo soltara, los cuatro comenzamos a caminar tratando de actuar como si nada hubiera pasado.

— ¿Que paso que desaparecieron? — pregunta Sagitario llegando com nosotros

— Nos quedamos hablando. — dice Piscis rápidamente

— La próxima inviten, estoy súper aburrida. — dice ella cansada — Están la mayoría comiendo y recuperando fuerzas así que estoy literalmente sola.

— Deberías it a cuidarlos, además tu también tienes que recuperar tus fuerzas, no queremos que te quedes sin energías o te desmayes. — digo yo con una media sonrisa

Sagitario se me quedó viendo para luego darse la vuelta e irse junto a los demás — los cuales se encontraban a unos metros acostados —. Al ver como ya se encontraba lo bastante lejos los demás decidimos comenzar a caminar hacia la fruta.
Caminamos y caminamos hasta que por fin Capricornio se detuvo mirando un gran arbusto vacío. El chico comenzó a sacudirlo rápidamente con una gran confusión y enojo en su cara.

— Les juro que este era el arbusto. — dice Capricornio

— Toda la isla se ve igual, quizás te equivocaste. — dice Piscis tratando de encontrarle sentido a todo lo que sucedía

— No creo que se equivoque.

Con mis suaves manos agarre un pequeño pedazo de tela marrón que colgaba de una rama, la remera era igual a la de Capricornio, aquí es donde se había atorado por lo que si, ahí debería estar el arbusto.

— Alguien debió haber sacado las frutas. — dice Escorpio un poco asustado

— ¿Quien haría algo así?

『 LO S T』ᶻᵒᵈⁱᵃᶜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora