『 ＬＯ Ｓ Ｔ』ᶻᵒᵈⁱᵃᶜ

24| Amor en el aire

Día 21

TAURO

Observaba a Leo irse, ya cuando el chico estaba lo suficientemente alejado me acerqué a la chica. Sus marrones ojos me miraban atentamente y hasta podía sentir como estos le atrapaban y no me dejaban ir.

— ¿Vas a hablar? — habla Libra sacándome del trance

— Si, solamente me quede observando tus ojos, son demasiado lindos.

— ¿De eso querías hablar? — pregunta ella con un sarcástico tono

— Tu sabes de lo que quiero hablar, nose tu pero yo recuerdo todo a la perfección.

— Nose de que me hablas. — responde ella con un pequeño nerviosismo en su voz

— Se que lo recuerdas y nose porque actúas como si nunca paso.

— Realmente no quiero hablar de eso.

— Bueno pero yo si, desde que despertamos no paro de comerme la cabeza con toda esta situación. — hago una pausa para respirar — Y entiendo si tu no quieres nada pero me gusta tener las cosas claras.

Me quede en silencio esperando una respuesta, ella ya no me miraba, solo agachaba la cabeza. Necesitaba una respuesta pero me daba cuenta al cabo de los segundos que seguramente nunca la conseguiría, o por lo menos no conseguiría la respuesta que estaba esperando.

Lo que parecían ser segundos pasaron a convertirse en minutos, minutos donde la boca de Libra parecía sellada.

— ¿Podemos ir a otro lado a hablar? — pregunta Libra luego del largo silencio y yo solo asiento

Ambas comenzamos a caminar hacia los adentros de la isla, lugar donde la única luz que había era la de la gran luna que había sobre nosotras.

— Si te tengo que ser honesta, yo también pienso mucho en el beso. — dice seriamente Libra y yo no puedo evitar sonreír — Pero nose si quiero estar en una relación ahora contigo, estamos en el medio de la nada y quien sabe si viviremos un día mas.

— Por eso mismo, ¿que mejor que arriesgarse y vivir hasta el último momento que nos queda juntas?

— Creo que has visto demasiadas películas románticas.

— Yo solo te advierto que soy demasiada terca como para darme por vencida, en especial sabiendo que tu tambien gustas de mi. — y sin más me fui

GEMINIS

Ya se acercaba la hora de irse a dormir y yo no podía esperar para acostarme en la mojada arena, literal que extraño mucho mi cama, en estos momentos me conformaría hasta con una madera.

— Ya vas a ver que cuando lleguemos a casa vas a poder dormir por días en tu cama. — dice Capricornio llegando junto a mi

— ¿Como sabias que estaba pensando en eso? ¿Acaso lee's las mentes? — pregunto yo sorprendida

— Creo q ir es porque te conozco desde hace muchos años, ya parece que compartimos cerebro. — ríe el al igual que yo

Yo volví a observar la arena en un gran silencio, luego de eso volví a mirarlo a él quien aún estaba con una sonrisa en su cara.

— Me alegra estar aquí con gente que conozco, en especial contigo y Virgo. — hago una pausa — nose que haría sin ustedes.

— Seguramente ya estarías muerta. — dice el y yo le pego en el pecho

Igualmente sonrió sin pensarlo, Capri era de mis mejor amigos, sin el estaría perdida.

— ¿Sabes lo que podríamos hacer?

— ¿Que? — pregunta el con curiosidad

— Juntar ramas y esas largas hojas, con eso podríamos hacer una balsa. — digo yo mientras en mi mente me lo imagino ya hecho

— Podríamos intentarlo, pero nose si lo podremos lograr.

— Tu confía en mi. — le digo yo

Lo observé con esa cara de perrito triste que siempre usaba cuando quería conseguir algo, soy una chica que no se suele dar por vencido fácilmente y Capricornio lo sabe, por lo que no dudo en aceptar luego de la quinta vez que se lo pedí.

— ¿Si te digo que si dejarás de molestarme? — pregunta el mientras se acerca a mi

— Sabes que eso nunca sucederá.

Yo me puse en puntitas de pie para poder darle un beso en la mejilla y luego desaparecer.

ACUARIO

Mi mirada se encontraba centrada en el movimiento del agua, veía como la marea subía y bajaba, como pequeñas olas se formaban más en el fondo y como la luna iluminaba todo el mar haciéndolo brillar.

— ¿Banana? — pregunta Cancer a mi costado

A los dos nos tocaba hacer guardia esta noche — la cual parecía ser bastante tranquila —. Más que una guardia, yo veía este momento como una forma de hacer lazos e interactuar con personas que quizás nunca lo haría, como era el caso de Cáncer. Con el hablaba pero mínimas palabras, es un chico bastante reservado si lo comparamos con los demás.

— No gracias, estoy bien. — digo y el se encoge de hombros — ¿Algo interesante para contar?

El se gira a verme para luego reírse, como si la situación le pareciera graciosa o el comentario que yo dije.

— ¿Acaso dije algo gracioso? — rio yo por culpa de su risa tan pegajosa

— Es solo que no creo que haya nada interesante para contar dada la situación. — dice señalando la isla entera

— Tienes razón, pero bueno, quería sacar tema.

— Deberíamos hablar de algo, sino serian las cinco horas más aburridas de nuestra vida.

— ¿Se te ocurre algo para hablar? — pregunto y el niega con la cabeza — Emm, ¿que tal si me cuentas un poco de tu vida?

El me miro con un poco de vergüenza pero igualmente comenzó a hablar por largos minutos, me contaba de sus padres y de su vida en el colegio. No era lo más entretenido del mundo pero por lo menos ya no estábamos en un completo silencio como antes.

— ¿Y tenias pareja allá?

— No, es difícil encontrar pareja en mi pueblo

— ¿Por? ¿Acaso están todas las chicas ocupadas?

— Más bien digamos que es un pueblo muy religioso y cerrado, en cuanto podía me pensaba ir de allí.

— Te entiendo. — digo yo mientras pequeños recuerdos de mi infancia aparecen como un flash en mi cabeza

El silencio nos inundó devuelta, un silencio incómodo que seguramente iba a ser difícil de romper. Siempre fui bueno comunicándome con la gente pero esto parecía ser un caso aparte.
Gire a ver a Cancer quien parecía estar mirándome hacia ya rato, cuando nuestras miradas chocaron yo solamente agaché la cabeza y el desvió la mirada.

— Bueno... — digo yo pero nada más sale de mi boca

Cáncer me observaba y yo a él, poco a poco nos fuimos acercando, como un iman hacia otro iman. Nuestras cabezas chocaron y ninguno sabía que hacer, poco a poco el espacio comenzó a disminuirse y nuestros labios poco a poco comenzaron a rozar, hasta terminar en un beso que ninguno de los dos se esperaba.