5- La diosa de Poseidón

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Nuevo Domingo, nuevo capítulo, este va para una seguidora que me pidió una dedicación, LivingWithSmoke, gracias por tus lindos comentarios, no me da tiempo de responderles pero les prometo que las leo, me hacen reír todas, de verdad... Espero que disfruten de este capítulo...

Toda la cafetería se quedó muda, y la sonrisa de James era de orgullo, Sean negó con la cabeza y tomó de su jugo mientras se sentaba al lado de Reyna quien miraba a James con las cejas levantadas.

─Oh, así que eres un dios también… Te felicito ─respondió Reyna y se volvió hacia su comida, Angelina casi escupe lo que comía por soltar una carcajada y en el rostro de Sean se dibujó una pequeña sonrisa burlona.

Estaba claro que James era el bravucón del instituto de dioses, y Reyna parecía ser indiferente a ese prejuicio, estaba acostumbrada a ello sin quererlo, en sus escuelas ella era la famosa aunque no quisiera la atención.

Las personas de la cafetería empezaron a murmurar conmocionados mientras otros chicos se enamoraban más de Ray por su valentía y su belleza, sin duda Reyna era la fantasía de todo hombre.

─¿Te burlas de mí? ─preguntó James indignado y Ray puso los ojos en blanco.

─¡Oh, señor! ─se quejó Reyna─. Estoy tratando de comer, por el amor de Dios… ¿Te importa?

James apretó los dientes y se alejó con su grupo de allí, mientras todos se quedaban boquiabiertos hacia Reyna, quien ignoró a la multitud y al ver la expresión divertida de Angelina, sonrió.

─¿Qué? ─preguntó Ray.

─Eres mi nuevo ídolo de ahora en adelante, Iron man quedó en el pasado ─dijo Angelina con regocijo y le dio un breve abrazo pasándole el brazo por los hombros, Reyna rió, y luego se percató de la presencia de Sean.

─¿Qué te trae hoy aquí? ─le preguntó bastante sorprendida.

─El chico se estaba volviendo agresivo, vine por si acaso… ─se explicó Sean.

─¿Estabas protegiéndome?

─Es mi trabajo ─dijo Sean encogiéndose de hombros y guiñándole un ojo a Reyna que por poco sufre un paro cardíaco al verle hacer ese gesto.

Los tres jóvenes terminaron de comer su almuerzo, mientras Angelina y Ray comentaban muchas cosas de la academia, Sean dedicaba la mirada fija al frente para divisar a Reyna con su periferia, sin duda era hermosa, y provocaba en él una calidez al verla sonreír… ¿Por qué? ¿Por qué ese sentimiento de odio y simpatía al tiempo?

No lo entendía.

Las chicas dejaron a Sean hablando en la cafetería con otros guardianes, mientras que éstas se dirigían a su habitación compartida, Reyna rezaba para no encontrarse con Katelin, no tenía ganas de un enfrentamiento que seguro habría si se topaban…

Casi llegando a la entrada del pasillo, un chico alto, tatuado y con sonrisa torcida se cruzó en sus caminos, tenía una mirada simpática, y parecía tener buenas intenciones, o eso creía Reyna.

─El cielo parece iluminarse más hoy… ¿Cómo están, chicas? ─el joven hablaba muy seguro y Reyna divisó un rubor en las mejillas de Angelina, no había que ser adivino, a ella le gustaba, y aunque todavía no quería creerlo, Reyna percibía perfectamente que el sentimiento era mutuo, era su don, por lo que sonrió.

─Hola ─saludó Angelina tímidamente.

─¡Hola! ─Reyna fue más efusiva en su saludo─. Mucho gusto, soy Reyna, pero puedes llamarme Ray…

Ray le tendió la mano al joven quien se la estrechó amigablemente, no había rastro de lujuria en sus ojos, y se sintió bien, por un momento, ella no percibió esa conducta hormonal de hombre ante su belleza… Eso le hacía sentir cómoda.

La Reencarnación De AfroditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora