CAPITULO 2: DESCONCERTADO

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—Descubre tu túnica exterior y bájate los pantalones. —Shen Qingqiu no vacilo en ninguna sola silaba. Su orden era impecable.


— ¿Qué? Shizun...Shizun, ¿De que estas hablando?—Luo Binghe estaba completamente perdido.


— ¡Apúrate o te cortare la lengua!—Shen Qingqiu ya arto lo volvió a golpear, justo en el mismo lugar, pero eso no cambio la mirada desorientada del menor, por lo que opto el mismo sacarle la ropa.

El mayor lo tomo del pelo para acercarlo hasta él y arrastrarlo junto a la silla.


— ¡Shizun! ¡Espera! ¡Espera!—Binghe comenzó a patalear inconscientemente, dando golpes a su maestro, pero Shen Qingqiu era implacable.

El mayor se sentó en la silla donde antes descansaba y posiciono a Binghe sobre su cuerpo, intentando sacarle la ropa.


—Quédate quieto o llamare a Ming Fan para que te desvista. —dijo con veneno en sus labios.


Luo Binghe se quedó quieto de inmediato.


Shen Qingqiu sabía que insistiendo con este tema lograría hacer que el mocoso se quedara tranquilo cada cierto tiempo, sabía que el perro bastardo lo odiaba de alguna manera, pero odiaba aún más a Ming Fan, estaba seguro de ello y se aprovecharía de eso si era necesario.

No dejaría que un pequeño bastardo como él le siguiera llevando la contraria.

Shen estaba cegado por su superioridad como maestro y no se percataba realmente de que estaba pasando a llevar ciertos límites, así como una de las reglas que el mismo impuso.


"Los discípulos aprenderán solos, solo se les indicara que hacer, no se les mostrara el como"


Aunque en realidad había algo mas importante y era no relacionarse con los discípulos de ninguna manera, esto quería decir que los discípulos no podían ser amigos, no podían ser amantes, ni compañeros, solo discípulos.

Ahora comenzando a dejar a la vista el ombligo de Luo Binghe, había pasado un gran límite, de "no tocar, a no ser que sea para golpear al discípulo"


—Shizun, basta, basta...—El menor estaba tan asustado de todo que mantenía los ojos cerrados con gran fuerza, como si el mundo se fuera a acabar cuando los abriera.

Binghe sentía las manos frías de su maestro recorrer rápidamente su cuerpo, agarrando la ropa con fuerza y jalándola para terminar rompiéndola. Las brizas heladas tocaron su piel expuesta, haciéndole entender que ahora no llevaba nada desde la cintura hacia abajo.

El pequeño loto quería llorar de la vergüenza que se cargaba en su rostro.

Apenas podía pensar, solo sabía que sus orejas y mejillas ardían como las brasas de la cocina y que sus manos se aferraban con fuerza alrededor del cuello de su maestro por el miedo de lo desconocido.


—Bien. Ahora será más fácil que hagas caso. —Shen Qingqiu se sintió satisfecho al haber terminado con la parte más difícil del tema, el quitarse la ropa era algo que a todos los discípulos les había costado realizar, aun más que el siguiente pasó...—Mira a tu maestro, es una orden. —

El menor se alejó un poco de su maestro, dejando que este ahora viera el rostro lloroso del más joven. Shen Qingqiu se sintió muy poco culpable, pero aunque era un poco, para él ya era bastante raro. Su ceño se frunció nuevamente.

Con un apretón de brazos Shen Qingqiu logro con enojo que el contrario abriera los ojos, quedando frente a frente con los de su maestro.

Luo Binghe sintió que su mente quedaba en blanco al notar que sus piernas estaba alrededor de Shizun, como si estuviera sentado sobre el y con sus rostro a tan solo treinta centímetros de distancia o menos. Allí, justo en ese momento, Luo Binghe se percató de algo que ya sabía, pero que no quería admitir.


Su maestro era realmente muy hermoso...


Su corazón se aceleró de un momento a otro y la vergüenza fue mayor cuando noto que su propia mano era movida por la de Shizun para terminar sobre "aquello".


— ¡Shizun! ¿! QUE HACES!?—Luo Binghe grito exasperado y sus nervios se desataron por todo su cuerpo.


—Prometiste cumplir con esto, ahora obedece o te expulsare sin piernas y sin lengua. —Shen Qingqiu lo amenazo con su mano retorciendo su cuello.


Luo Binghe arrugo su rostro y dejando caer sus lágrimas comenzó a pasar su mano temblorosa por su propia intimidad.

Resulta que Shen Qingqiu creo una extraña, pero ciertamente acertada en una de sus enseñanzas. El cree que al llegar a la adolescencia sus discípulos no serán capaces de concentrarse completamente en sus deberes y su crecimiento como cultivador, ya que estarán con las hormonas desordenadas, para esto lo mejor era mantener la mente equilibrado y uno de los puntos clave era aquello por lo que todo varón debe pasar.

La masturbación.

Era una enseñanza y orden bastante criticable, pero que hasta ahora había dado buenos resultados, teniendo discípulos adolescentes que aprendían con rapidez y esto lo comprobó porque mantuvo a otros sin esta enseñanza durante un tiempo.

Para la desgracia de Luo Binghe, Shen Qingqiu tenía razón.


El mayor noto como el perro comenzaba a intentar cumplir con su deber, pero era obvia su estupidez e ignorancia en el tema.

Aun así deicidio no decir nada por el momento y tomo su abanico para poner una "barrera" entre ellos dos, así también desvió su mirada, ignorando al muchacho al igual como lo había hecho con todos sus discípulos, solo que esta vez tenia al mocoso muy cerca y sobre sus piernas.


—Shizun...No se...No sé qué hacer...—Luo Binghe trataba de procesar lo que debía hacer, pero no lo entendía del todo. 

El Orgulloso camino del villano escoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora