Mistletoe |Larry Stylinson| [2]

Capítulo 12.

—Mira lo que tengo para ti— Louis sale de sus pensamientos cuando Harry deja una taza frente a él— tiene un toque de vainilla, espero te guste— Louis sonríe y se quita los guantes de Harry para luego dejarlos sobre la mesa.

Toma la taza entre sus manos y sopla con suavidad antes de darle un pequeño trago.

El líquido caliente se siente reconfortante dentro de su cuerpo y el sabor que tenía era impresionante.

—Está riquísimo— Harry sonríe ante eso y finalmente toma un trago de su café, el ojiverde mira a través del ventanal y Louis aprovecha ese momento para mirar su precioso perfil.

Sus largas pestañas casi rozaban sus cejas y sus ojos esmeraldas se veían brillantes ese día, su cabello estaba oculto bajo el gorro que llevaba y Louis realmente agradecía eso, porque cada vez que veía uno de sus rizos le invadían unas ganas de tocarlo con sus manos y comprobar si eran tan suaves como parecían.

Louis vuelve a tomar un trago de su té cuando Harry vuelve a poner sus ojos sobre él.

—Gracias por aceptar salir conmigo— Louis se atraganta con el líquido y baja la taza de inmediato, comienza a toser mientras golpeaba su pecho con suavidad.

Cuando la tos pasa, comienza a reír y baja la mirada.

—Si no lo hacías tú, sinceramente lo terminaría haciendo yo— Harry ríe ante eso y arquea una de sus cejas.

—Determinado, me gusta.

—¿Qué te impulsó a vivir aquí? Todo es tan diferente... — Harry vuelve a mirar hacia afuera y una sonrisa nostálgica se forma en sus labios.

—Viajaba muchísimo, estuve en varios lugares alrededor del mundo y este lugar me atrapó por completo, la gente, la vibra, las estructuras, la nieve, la montaña— murmura con suavidad el precioso ojiverde— tiene magia, es algo indescriptible, deberías ver este lugar en primavera, las flores y la vegetación... Es algo totalmente precioso, el sonido de los pajaros, no existe el ruido de los vehículos, no está esa desagradable contaminación, es fantástico.

Louis intenta imaginarse todos esos escenarios y su mente logra atraparlo, sonaba totalmente agradable y único, daría lo que fuera para ver este lugar en primavera.

—Te enamoraste de este lugar— Harry asiente y vuelve a tomar de su café.

—La gente es bastante amable también, todos nos conocemos y protegemos, recuerdo que cuando tuve el accidente, sólo llevaba un mes quedándome aquí como turista y aún así Jace y Allison, una adorable pareja de ancianos que trabajan en su florería me llevaron un ramo de margaritas— Harry sonríe enternecido ante el recuerdo, Louis igual estaba enternecido, pero preocupado.

Estaba seguro que había escuchado la palabra accidente.

—¿Tuviste un accidente?— Harry hace una mueca y asiente con lentitud, Louis nota como el cuerpo del ojiverde se había tensado ante esa pregunta, por lo cual le da una sonrisa tranquila y desliza su mano por sobre la mesa.

Toma la mano de Harry con la suya y la acaricia con suavidad, logrando calmarlo.

—No hablaremos de eso si te sientes incómodo, olvídalo— el ojiverde mira como el ojiazul seguía acariciando su mano y eso lo hace sonreír, con esa misma mano toma la de Louis y mira sus pequeños dedos.

Juguetea con ellos y finalmente se decide a entrelazar sus dedos.

Louis se queda sin habla ante esa acción, en cambio Harry vuelve a tomar de su café con su mano libre, como si no fuera la gran cosa.

|❄️❄️❄️|

—No, mira, prueba este— Harry se detiene frente a Louis y este entreabre sus labios recibiendo el maní que le ofrecía el ojiverde.

Louis degusta el sabor y asiente estando de acuerdo.

—Era de plátano— Harry asiente confirmando el sabor y vuelve a revolver su pequeña bolsita con frutos secos, Louis hace lo mismo con la suya y esta vez el se pone delante de Harry.

—Oh, ese ya lo he probado.

—Pues finge como si lo hubieras probado por primera vez—Harry ríe y asiente antes de entreabrir sus labios para recibir el maní con sabor a moras.

—Mmm, estaba muy bueno—Louis ríe ante la exageración de Harry y finalmente decide guardar sus frutos secos en uno de sus bolsillo, mete su mano dentro del bolsillo de Harry y entralaza sus dedos con los de él.

El día había terminado de la mejor manera.