Mistletoe |Larry Stylinson| [2]

Capítulo 17.

Harry estaba a punto de meter la última galleta de jengibre en su boca cuando golpean su puerta.

No esperaba visistas ese día así que no tenía idea de quién pudiera ser, probablemente era Niall, le encantaba ir a su casa y dormir en su sillón.

El ojiverde se levanta de la mesa de su cocina y camina hacia la puerta principal, abre esta esperando encontrarse con los característicos ojos celestes de su amigo, pero en cambio unos ojitos azules lo recibieron.

Louis estaba frente a él.

El ojiazul lo mira como un cachorro asustado y abre sus labios para decir algo.

—Lamento venir sin avisar— es lo primero que dice y aun así Harry no puede evitar pensar que era una agradable sorpresa, diría que la mejor de todas— pero traje esto para tí, las hice yo mismo.

En ese momento Harry nota la pequeña bolsita de papel que traía entre sus manos, una sonrisa se forma en los labios del ojiverde ante el adorable gesto, se hace a un lado para invitarlo a pasar.

—Entra, pronto caerá un frío horrible— murmura Harry y Louis entra a su cálido hogar, el rizado antes de cerrar la puerta fija su mirada en el cielo.

No tenía buena pinta y juraría que venía una tormenta.

—Hice galletas— Harry cierra la puerta y se voltea a mirar a Louis el cual le tendía la bolsa de papel, Harry ríe y se acerca a abrazar a Louis, esconde su rostro en su cuello aprovechando de respirar su característico olor, debía preguntarle que perfume usaba.

—Eres adorable, copito— deja un beso en su mejilla y se separa otra vez de Louis.

Harry mira hacia su cocina y una brillante idea pasa por su mente.

—¿Quieres hacer galletas navideñas conmigo?— la gran sonrisa que se forma en los labios de Louis era digna de admirar.

—Claro que sí.

|❄️❄️❄️|

—Bien... Somos un desastre— Louis intenta limpiar su ropa la cual estaba llena de harina, Harry hacía exactamente lo mismo pero con sus manos.

Sí, definitivamente eran un desastre.

—Eres pésimo cocinero— el ojiverde deja de limpiar sus manos y se gira para mirar a Louis, eso lo había indignado.

Sólo un poco.

—¿Yo? Claro que no— Louis arquea una de sus cejas y asiente decidido.

—Claro que sí.

—Claro que no.

—Que sí.

—Que no.

Louis rueda sus ojos y decide mantenerse callado, de reojo ve el paquete de harina abierto sobre la mesa en la cual habían cocinado, una pequeña sonrisa se forma en sus labios ante la grandiosa idea que había pasado por su mente.

El ojiazul toma la harina disimuladamente y cuando mete su mano dentro de esta para agarrar un puñado siente que algo es lanzado contra su rostro.

Deja caer la harina y sacude su rostro, Harry le había lanzado harina en la cara.

El ojiazul le lanza la harina que tenía en su mano y rápidamente recoge la bolsa que había botado al suelo, Harry no se queda atrás y vuelve a lanzarle harina.

Ambos comienzan a reír fuertemente, se veían bastante graciosos estando cubiertos de ese polvo blanco.

Cuando ambos se quedan sin harina se miran fijamennte, Harry inclina su cabeza y con una de sus manos sacude su cabello tratando de quitar la harina sobre este, Louis pasa sus manos por su  rostros e intentaba que no le entrara a los ojos.

—Estoy hecho un desastre, creo que debería volver antes de que caiga la noche— Harry vuelve a mirar a Louis, no quería que se fuera, no aún.

—No sé si te has dado cuenta, pero hay una tormenta de nieve afuera— el ojiazul frunce su ceño ante eso, su mirada se pone en la ventana de la cocina del ojiverde y corre la cortina con una de sus manos.

Ve como los árboles son fuertemente azotados por el viento, la nieve caía fuertemente y a simple vista no se distinguía nada.

Joder.

—¿Qué hago?— Harry se acerca hacia Louis y deja un beso sobre su cabello, importandole poco sentir el sabor de la harina en su boca.

—Quédate conmigo esta noche, no dejaré que salgas, puedes ducharte por mientras limpio todo, te prepararé un té— el corazón de Louis late con fuerza y muerde su labio inferior intentando disipar su emoción.

—Te ayudaré a limpiar primero, todo este desastre también fué mi culpa.

—Está bien, puedes ayudarme.

—¿Hoy tendremos una pijamada?— Harry ríe y asiente con lentitud.

—La mejor de todas sin dudas.