Al bajar las escaleras, detras de mi madre, nos dirigimos al comedor que estaba en la cocina.
Habia dos comedores en mi casa, el de la cocina y el que estaba reservado solo para cuando había visitas importantes, mi padre, Ryan, era un empresario muy famoso en la ciudad, tenia varias sucursales de ropa deportiva, y tenia demasiados socios importantes.
-Porque tardaron tanto?- su voz detonaba enojo, rabia, y me hacía temblar de miedo.
-Pe-perdon padre, es que me-me estaba cambiando- no podia evitar que mi voz tartamudeara del miedo que sentia al ver a mi padre tan enojado.
-Deja de tartamudear, pareces estupida- me grito, como siempre- anda ya siéntate que tengo hambre, y tu- dirigió la vista al umblar donde estba mi madre, Susan, parada- sirve de cenar, rapido- mi madre se apresuro a sacar una bandeja de pollo que estaba cocinando en el horno.
Cuando la saco mi madre, por accidente, dejo caer la bandeja en el piso esparciendo la comida por todo el piso causando un ruido estruendoso.
-Mierda, Susan, ni siquiera para darme de comer sirves, eres una inútil- le escupió a mi madre que estab en el piso juntando la bandeja, la tomo de los cabellos y se la llevó arrastrando asta la sala.
-No, padre, por favor no le hagas daño- hiva corriendo detrás de el y le gritaba, ¿porque le grite?, ya se como se pone cada vez que lo contradecimos.
-¿Que dijiste Andrea?- solto a mi madre de los cabellos y ella cayó al suelo de rodillas, escuche como la madera crujió y di un pequeño salto por el susto.
-N-no le hagas daño, padre- mis ojos estaban a punto de soltar un mar de lágrimas pero me las trague no quería llorar, tenia la cabeza gacha y los puños apretados, ya sabia lo que me esperaba.
-Nadie me dice lo que tengo que hacer- su puño se estrello contra mi mejilla izquierda haciendo que me cayera al piso, su pie me dio justo en el estomago haciendo que me doblara en dos por el dolor tan agudo que me habia provocado, sentí mi cara mojada, pense que los golpes que mi padre me habia dado habian hecho que me sangrara la nariz, pero eran lágrimas, no queria llorar, pero cada golpe que resibia hacia que una lagrima nueva apareciera.
Las manos, mis pies, mi codos, ya no sentia ninguna parte de mi, lo que sentia era lo de siempre, dolor.
Mi padre me siguio golpeando asta que mi madre le dijo que parará, entonces comenzó a golpearla a ella.
Me levante como pude y me fui corriendo a mi cuarto tratando de no caerme.
Me acoste en la cama. Lloro, lloro, lloro, mis sollozos cada vez eran más altos, ¿porque? ¿porque me pasa esto a mi?, mi cuerpo punzaba de todos los golpes que habia recibido, hoy, ayer, hace una semana, hace un mes, hace un año, no entiendo porque mi madre y yo hemos aguantado este maltrato.
Se escucharon unos golpes suaves en la puerta, levante la cabeza para ver si entraba alguien, pero no, nadie entro, pero los golpes siguieron, solo podia ver con el ojo derecho el otro lo tebia hinchado y no miraba nada.
Me levante de la cama como pude tomándome el estomago del dolor que sentia. Abri la puerta y mi madre estaba parada en el umbral de la puerta con la cabeza mirando al piso.
-¿Puedo pasar hija?- me hice a un lado para que pudiera pasar, cuando me quite del camino pide ver que tenia una bolsa con hielos en la mano derecha y en la izquierda tenia un botiquín de primeros auxilios.
-Pasa, mamá- le dije para que pasara.
-Hija, lamento no po...-
-No mamá, no digas nada- no deje que terminara de hablar, era siempre la misma disculpa 'perdon por no deter a tu padre' o 'ojala hubiera sido yo', siempre era la misma diculpa.
-Esta bien hija, pero dejame curarte el ojo- dijo levantando la cabeza para mirarme a los ojos, bueno, solo al que tenia abierto.
-Esta bien- me sente en el borde de la cama y abri las piernas, mi mamá se puso de rodillas en medio de mis piernas y comenzó a limpiar el ojo con agua al principio me dolio un poco pero despies ya no sentia nada.
De pronto comenzó a limpiar tambienmi labio inferior, no me habia dado cuenta de que tambien lo tenia lastimado.
-Creo que tu padre se a pasado está vez- mi madre rompió el silencio, no un silencio incomdo, sino un silencio relajante.
-Me ha hecho cosas peores, ¿te acuerdas?- dije levantando mi blusa color azul celeste para que observará la cicatriz que estaba desde el inicio del ombligo asta unos 3 centimetros al lado derecho.
-No me lo esperaba recuerdes, quisiera borrar ese momento de nuestras vidas- dijo parandose del piso y sentándose a un lado de mi.
-Creeme que yo tambien quisiera- ese momento nunca lo borraria de mi mente, siempre me perseguiria a donde fuera.
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Oh sister!I will help you out!
Oh! If the sky comes falling down.
For you
There's nothing in this world
I wouldn't do.
Hey brother, de AVICII, amaba esa canción, me encantaba escucharla mientras leía "50 Sombras De Grey", mi libro favorito, tenia los audífonos a todo volumen y no escuchaba nada.
La puerta se abre de un poryaso y veo a mi padre parado en el umbral de la puerta, rápidamente me quito los audífonos.
-Te e estado hablando desde hace ya rato, ¿que mierdas estas haciendo?- estaba realmente enojado, tenia la cara roja y tenia los puchos apretados.
-E-estaba leyendo- deje el libro en la mesita de noche, que estaba del lado derechi de mi cama.
-¿Leyendo?- se rio de una manera que hizo que se me pusieran los cabellos de punta- no seas estupida, ni siquiera hay escuela- dijo acercadose rapidamente a mi libro, lo tomo con la mano y comenzó a arrancarle las ojas estrapitosamente- ¡Dejame estupida, ¿quien te cres para golpearme?!- no me habia dado cuenta pero mis manos hechas puño le estabn golpeando con fuerza la espalda.
Tiro el libro al piso, o almenos lo que quedaba de el, y tomo un cuadro que estab en una de las repisas y lo arrojó al suelo haciendo que el vidrio se quebrara.
-¡NO ME VUELVAS A TOCAR EN TU VUDA!- dicho esto mi padre tomo un vidrio del piso y lo encajo en mi vientre.
El dolor era el peor que habia sentido, siempre miraba en las peliculas que las personas que les encajaban un cuchillo o cosas por el estilo siemore seguian como si nada les hubiera pasado, pero eso eran, peliculas, no como en mi caso era la vida real, mire asta donde estaba la herida, habia mucha sangre en el piso, y mis manos estaban llenas de ella.
-¿Co-como pudis...- no pude terminar la frase porque caí de rodiilas al piso.
-Hija, perdoname pero tu me provocaste, sabes que aun asi te quiero- salio corriendo de la habitacion y llamo a mi madre que estaba en la sala, dormida, con razón no pudo escuchar los gritos que estabamos provocando mi padre y yo.
-¡Hijaa!- fueron las ultimas palabras que escuche antes de quedar inconciente.
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-Lamento no poder haberte ayudado, sino hubiera sido porque me quede dormida nada de esto te hubiera pasado, y no hubieras estado a punto de morir, de verdad lo siento- alcance a ver que una lagrima se escapo de su ojo, me di la vuelta y la abrace.
-No fue tu culpa mamá, mi padre y sus ataques de locura lo provocaron- dije sepatandome de ella.
-Me voy hija, no vaya a ser que tu padre vaya a subir y nos vuelva a golpear- dijo parandose y dirigiéndose a la puerta.
-¿Mamá?-
-¿Si, Hija?-
-Te quiero- una lagrima se escapo de mi ojo, el que estaba bien.
-Tambien te quiero hija- y salio de la puerta dejandome con una sonrisa en la cara y una tristesa en el corazón.