El despertador no dejaba de sonar, era un ruido estruendoso que hacía que la cabeza me doliera, estire la mano para apagarlo y cayó al suelo, "genial" pense.
Me levante como puede, los dolores de la golpista que mi padre me habia dado la noche anterior me dejo muy adolorida, el ojo ya ni estaba tan hinchado como ayer, estaba mas abierto y podía ver mejor.
Me dirige al baño para daeme una ducha rapida, me coloque una toalla alrededor del cuerpo.
Fui al armario y saque unos jeans ajustados color rosa, una ramera blanca sin mangas con diseño de encaje y unas vans del mismo color.
Fui al baño a cepillarme los dientes.
Cada dia que mi padre me golpeaba no queria ni verme en el espejo, cada vez era un moraton mas, un rasguño más, y del dolor, ni se diga.
Tome mi bolsa de maquillaje y comenze a poner un poco de éste en el ojo, me dolia un poco al contacto pero era un dolor soportable, y me puse un poco de labial para ocultar mi labio roto.
Me mire por ultima ves en el espejo y sali del baño.
Me fui al comedor y me encontre a mi madre cocinando, lo que me sorprendió ya que mi madre nunca cocina, la que cocina es nuestra sirvienta, y me pareció raro no haberla visto.
-Buenos dias, mamá- le dije sentandome en una de las sillas del comedor. Este tenia cuatro sillas y era en forma de circulo. La cocina es de color beige y es integral, combina muy bien con el resto de la casa, menos con mi cuarto.
-Buenos días hija, ay huevos, beicon y tortillas, tambien hay cereal, ¿Que quieres desayunar?- me pregunto con una sonrisa en el rostro.
-Huevos esta bien mamá- tomo un plato de la alacena y colocó dos huevos revueltos en éste, me los devoré como si fuera lo ultimo que hiba a comer, no me habia dado cuenta de que tenia tanta hambre.
Me levante de la mesa, no sin antes dedicarle un "gracias" a mi madre.
Cuando entré a mi cuarto, mi parte favorita de la casa, me recoste en la cama.
Mi cuarto estaba pintado de color lila con detalle de encaje negro, la cama eataba en el centro de éste, el baño estaba en la parte izquierda del cuarto, asi o tendria que salir por el pasillo para tener que usarlo.
El armario estaba a un lado de la entrada en la parte derecha, a cada lado de la cama tenia una mesita de noche donde reposaban dos lamparas negras, que combinaban con la tela de las sabanas.
Mi móvil estaba en una de las mesitas de noche, cuando resivo un texto.
Número desconocido: ¿Quieres salir hoy conmigo? :3
No reconoci el número asi que decidi no contestar, pero algome decia que contestara.
Andrea: ¿Perdon, quien eres, no reconozco tu numero?
Número desconocido: Soy Edward, ayer nos conocimos, ¿recuerdas?
En cuanto lei que era Edward no dude en agregar su numero a mi lista de contactos.
Mi corazón comenzo a latir desenfrenadamente
Andrea: Ola Edward, perdón no reconoci tu número, y si, claro que quiero salir contigo. :3
Edward: Esta Bien! Paso por ti a las tres, hermosa! Adios! :*
Me volvi a recostar en la cama mirando el techo con una sonrisa de oreja a oreja, no sabia porque estab tan feliz lo habia conocido apenas ayer, a las tres lo veria, no me cabia esa idea en la cabeza, lo veré a las tres.