Capitulo Nueve

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April me mira confundida. Le devuelvo la mirada lo más calmada posible.

—T…t…ú—dice temblorosamente––me hablaste––sigue––en la mente––ríe histéricamente demasiado alto.

Hago un mohín y asiento lentamente con el temor de que salga chillando y corriendo como loca.

Ella me mira detenidamente por lo que me parecen horas mientras la tensión entre nosotras se podría cortar con un cuchillo.

— ¡Cariño! ––escucho gritar a Dominick a lo lejos.

Cierro los ojos con alivio. Volteo con la desesperación en los ojos.

< - Le hablé a April -> le digo < - a su mente ->.

Él se detiene de golpe y me mira con los ojos abiertos.

< -¿Cómo pudiste ser tan descuidada? -> escucho explotar en mi mente < -¡Esto es malo! -> grita mentalmente tan fuerte que salto producto a sus fuertes pensamientos.

< -¡Se me fue! -> le devuelvo furiosa. Sé que he cometido un error muy grave, pero no esperaba ese tipo de reacción por su parte.

Escuchamos aclararse la garganta a alguien y volteamos a ver para encontrar April mirándonos con ojos abiertos como platos.

< - Lo siento -> decimos Dominick y yo sin pensar, hacia su mente lo que la hace saltar.

—T..tú también—dice mirando a Dominick.

Él me mira duramente y asiente hacia ella.

— ¿Son vampiros? ––alterna su mirada entre nosotros.

Dominick ríe y niega la cabeza.

— ¿Por qué siempre meten a los vampiros? ––niega sonriendo.

Ella ríe, y yo también, aunque mi corazón esté explotando por dentro. Ella no reaccionó como yo esperé que lo haga, y eso me sorprende. Me hace ver lo fuerte que es.

—Te pedimos—empieza Dominick muy serio—que no se lo digas a nadie—sigue—quedarás como loca y nos afectarás a nosotros.

April asiente vigorosamente.

—Lo entiendo—dice.

—Estás tomándolo muy calmada—le digo en un susurro.

—Sigues siendo Antonella—se encoje de hombros—eso no ha cambiado.

Se acerca y me da un abrazo tan fuerte que temo que rompa mis costillas.

Yo solo atino a devolverle el abrazo y sonreírle con alivio.

***

Todo estaba yendo perfecto. April no nos puso presión en nuestro secreto que indiscreta y descuidadamente revelé. Mi relación con Dominick estaba relativamente bien… Solo quedaba una preocupación. Ellos me buscarían dentro de unas cuantas semanas para sacrificarme. Dominick se estresaba más con cada día que pasaba.

—Mierda. Faltan pocas semanas, Ann—dice renegando—interésate más.

Ahora él trataba de enseñarme defensa personal, pero en esto era un completo desastre. Antes de empezar a dar patadotas y puñetes que dañen, tenía que calentar mis músculos para evitar algún desgarro.

Me tiro en el pasto suave dejándome llevar.

—Si quieren llevarme—digo respirando con dificultad—que me lleven—grito, dándome por vencida.

—Arriba—dice tirándome del brazo.

Al ver que no reacciono ni me inmuto, siento que se acuesta sobre mí sosteniendo su peso con sus antebrazos en el pasto.

AnormalidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora