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- Shuhua, ¿Todo bien?

Salí de mi ensoñación, no sé bien en qué momento dejé mi vista en cualquier punto fijo y terminé ignorando a la tailandesa.

Sonreí culpable.- Lo siento, Unnie. No sé qué me sucedió.

Agitó su mando despreocupada, restándole importancia.- Suele pasar. Te estaba preguntando si querías ir a comer ya, que luego de nos hace un poco tarde. -señaló la mayor con una sonrisa, últimamente pasar tiempo con Minnie me distraía mucho de pensamientos poco agradables, o temas pesados.

Eso incluía la situación con Soojin.

Me sentía en un punto en el que dudaba de lo que estaba sucediendo, como si en cualquier momento pudiera descuidar me y todo volvería a ser como antes. Demasiada paranoia para mi.

- Claro, luego de regreso veremos una película con YuQi, ¿Recuerdas? -la mayor asintió y continuamos caminando.

Seguíamos en el parque, por lo que ir y buscar un lugar donde comer tardaría un poco. Tampoco nos preocupaba mucho, pues solo estábamos a quince minutos de los departamentos.

Sin embargo, a pesar de mi paranoia, debía admitir que Soojin se estaba esforzando, no podía dejar pasar el hecho de que buscaba diferentes formas de demostrar sus sentimientos hacia mí, dejando de lado toda aquella imagen que proyecta entre su indiferencia y fría actitud.

¿Tanto me estaba costanto creer en ella? Definitivamente las malas costumbres estaban pasando factura en mi cabeza.

- Diez wons por tus pensamientos. -nuevamente la voz de la rubia hizo eco en mis pensamientos, haciendo que caiga en cuenta en donde estoy y con quién estoy. Me sentía un poco idiota.

Reí apenada.- Mis pensamientos no valen tanto, Minnie-Unnie. -negué sonriendo.- ¿Puedo hacerte una pregunta?

- Ya lo estás haciendo. -rió.

Le golpeé levemente en el hombro siguiendo su risa.- Sabes a lo que me refiero. -asintió.- Ah, Unnie. ¿Qué piensas del amor? -me atreví a preguntar.

- ¿Del amor, dices?

Tarareé en respuesta. El silencio tomó lugar entre nosotras sin detener nuestra caminata, entonces Minnie solo se desvió un poco hacia una banca, bastante cerca de la salida del parque. Sin pensarlo mucho me senté a su lado.

- Bueno, es una pregunta un poco compleja, ¿Sabes? -suspiró, su sonrisa decayendo un poco.- El amor nunca es algo sencillo, creo que es mucho más difícil de comprender que la música. Y eso que la música tiene su propio idioma. -señaló divertida.- Mientras que el amor... ¡Es muy confuso! Utilizan tantas intenciones ocultas entre otras que es difícil de leer hasta el más mínimo pensamiento, ¿A quién se le ocurrió que eso era divertido? -soltó quejumbrosa.

Reí ante sus palabras.- Yah, que igual es difícil de ignorar la existencia de "dichas" intenciones. -mencioné haciendo comillas con mis dedos.- Pero como lo dices, da mucho miedo.

- ¡Exacto! Da tanto miedo que pensar en amar o ser amado te hace temblar. -un escalofrío se hizo notar.- Por eso el amor no solo es complicado, no está hecho para cualquiera. Sólo para personas valientes, que estén dispuestas a arriesgarse para amar y ser amado. -concluyó, reiterando sus palabras. Esta vez más apacible.

- Entonces, si alguien no puede amar, ¿Sería actuar como un cobarde? -asintió con lentitud.- Yo no lo creo así. -musité.

- ¿Ah, no? ¿Entonces?

Lo pensé un poco, entonces la imagen de la pelinegra de labios carnosos volviendo a mi cabeza, haciéndome sonreír instintivamente.

- Creo que el amor es para todo aquel que quiera amar. -murmuré con calma.- Puede que no sea el más valiente, ni el más osado; pero si tiene la oportunidad de amar, debería aprovecharla. Sobretodo si se es correspondido. -empecé a jugar con mis dedos sobre mi regazo.- Puede que la persona que lo esté intentando ahora, haya sido un cobarde en el pasado. Un pasado no tan lejano. Entonces, si lo está intentando, es porque realmente quiere amar; aún teme. -continué, hablando con mayor convicción.- Pero si ve que su contrario, que lo motiva a amar, igual tiene miedo, ¿No lo hace más real? Ambos sienten miedo, tal vez miedo a no ser correspondidos con la misma intensidad, miedo a perderse.

- O solo miedo a lo que los rodea. -agregó la tailandesa. Nuevamente una sonrisa asomando por sus labios rosados.- ¿Sabes que otra cosa da miedo?

Negué.

- Que ese amor llegue a su fin, y no puedas olvidarlo. -explicó.- Siempre habrá miedo. Así que, volviendo a tu principal pregunta, sobre que pienso del amor. -asentí efusivamente.- Pues, el amor es un asco.

Asentí de acuerdo.- Sigue siendo lindo.

- Pero asqueroso. -ambas reímos.- ¡Bien! Vamos a comer antes de que sea más tarde. -jaló de mi brazo para que la siguiera.

Aún así, vale la pena. Tengo que hablar con Soojin-Unnie.

Every Night  » 𝑆𝑜𝑜𝐒𝐡𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora