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Con el pasar de los días, terminamos retomando nuestra rutina silenciosa del principio. Con ligeros cambios.

Pero supongo que la esencia era la misma, no habían muchos cambios que se pudieran considerar radicales como para hacer algún escándalo en mi interior. Sin embargo el sentir mis hombros liberados de todo aquel peso puesto por "el resto del mundo" era más que apreciado, la brisa refrescante en pleno verano.

Soojin me miraba imperturbable, tan perdida en sus pensamientos que, curiosamente, no provocaba interrumpirla siquiera un poco. Nuevamente terminábamos en una cama donde el espacio y tiempo era lo de menos y solo disfrutar de nuestra compañía mutua era lo mejor que podía pedirse, o al menos es lo que dábamos a entender.

- Deja de mirarme así. -sonreí tímida encontrándome en un punto donde su mirada hacia arder mis mejillas y mi corazón parecía tener un ataque de lo fuerte que bombeaba.

La mayor solo esbozó una sonrisa traviesa en sus labios rojizos, siendo significativamente una señal de peligro y que fuese precavida en el presunto juego de coqueteo casi silencioso que tendría lugar ahora -apostaba a por ello.- sin remedio.

- Lo haría si no fueses tan endemoniadamente atractiva, Shushu. -habia humor en sus palabras, un rastro de afecto pero una tensión inconfundible.

Hice el ademán de hablar, pero ningún sonido salía de mi boca por lo que procedí a morderme el labio inferior apostando por tonos rojizos en mi pálido rostro. Y con el mismo silencio me balance sobre ella hundiendo mi rostro entre su suéter. Sus brazos rodearon la extensión de mi cuerpo y con sus manos en mi espalda comenzó un leve vaivén de caricias sin objetar nada, transmitía calma a mis nervios descontrolados sin razón aparente.

- ¿Mejor? -soltó asentí con lentitud.- ¿Piensas moverte? O ¿Debería resignarme a no recuperar mi cuerpo de tu comodidad?

Un "Sí" amortiguado contra la tela de su ropa la hizo reír, y que gratificante se sentía escucharla. Ya no habían razones para no disfrutar de esto. Nuevamente nos sumimos en el silencio cómodo que nos rodeaba segundos atrás, la luz tenue de mi habitación no era para nada molesta, sino que agregaba algo de ambiente y tranquilidad a mi ser.

- Shushu... -murmuró casi al nivel de mi oreja, llamando mi atención obligándome a dejar mi estado adormilado.- Ya es muy tarde y ambas debemos dormir. -recordó.

Suspiré casi rendida, debía admitir que no quería que se fuera, por razones nada complicadas más que el solo gusto que genera tener su compañía y su calor abrazándome.

- No quiero... -levanté un poco el rostro sin soltarla, ansiando perderme en sus ojos llenos de adoración y amor palpable.- Sólo por esta noche, quédate.

Ahora parecía que quién se había quedado sin palabras era ella, ya que solo estiró las comisuras de sus labios en una sonrisa floja. Hasta este momento no había caído en cuenta en las enormes ganas que tenía de besar aquellos labios carnosos y seductores, o como; si levantará todo el rostro, podría besarla.

- Sólo por esta vez.

- Sólo por esta vez. -repetí.- Aunque no me importaría que sucediera más de una vez. -murmuré con una esbozando una leve sonrisa.

Escuché su suave risa, aquella que siempre hacia agitar a mi corazón con suma emoción.

- ¿Sabes? Entre todo esto, hay algo; una cosilla que me encanta repetir una y otra vez desde que comenzamos, otra vez. -insinuó, aumentando mi sonrisa.

Terminé de levantar mi rostro de su escondite y rocé su nariz con la mía, a este punto las palabras obviamente sobraban, y las acciones se pedían a gritos que solo eran soltados por nuestras miradas deseosas de aquel contacto tan íntimo.

Soojin se inclinó hacia mí, haciendo que suspire sobre sus labios al mínimo contacto con ellos, la sensación de ser besada por la pelinegra era algo que no podía poner en palabras por más veces que sucediera, era algo inefable. Y no podía evitar pensar en lo que había llevado a esto, lo que sucedió los últimos meses era necesario, como tocar fondo. Soojin se ha esforzado para que esta vez funcione.

Me separé de sus labios menos rojizos que antes, no podía evitar mirarla con los ojos cargados de anhelo y cariño hacia ella, y todo lo que representa para mí. Hemos recorrido un camino espinoso y este momento lo demuestra.

- Unnie. -suspiré.- Ahora cada noche no deberé contenerme. -murmuré con rastros de emoción.- Porque ahora podré desbordar mi amor sobre ti.

La mayor rió, acomodando un mechón rebelde de mi cabello detrás de mi oreja.- Entonces que nada te detenga. -respondió en el mismo tono.

Me separé un poco para luego terminar sentada sobre su cadera, mirándola desde arriba con suma apreciación.

- Sigue enamorándote cada noche de mi, Yeh Shuhua. -tomó mi mano entre la suya, entrelazando nuestros dedos.

Sentía mi corazón latiendo con velocidad, acciones tan comunes con significados tan íntimos como para dejar mis latidos desbocados.

- Como la primera vez, Seo SooJin.

Every Night  » 𝑆𝑜𝑜𝐒𝐡𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora