El miedo. La ansiedad. El dolor de no ser suficiente.
Esa sombra oscura que se posiciona delante de tus ojos, recordándote y dándote a entender qué podría salvarte de lo irreal. De lo irrelevante.
Amaneces tranquilo después de la pesadilla en la que todos te miran a los ojos, esperando una respuesta, una acción, un milagro de tu parte.
Soluciones y nociones inconclusas.
El agua estancada que llega hasta tu barbilla recordándote qué cosas no debiste haber hecho antes.
Terrible. Despreciable y un profundo mar de confusión, de perdición.
25112020