13: Sincero.

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Y allí estaba, contando los pasos conforme se iba acercando a la cancha, viendo como el grupo de amigos de Mashiho ya estaba allí, incluyendo al mencionado. Parpadeó varias veces, sensible a la luz del Sol, mientras caminaba. Cuando ya estuvo con ellos Mashiho le puso una mano en el hombro, infundiéndole una pizca de confianza. A pesar de ello, sentía que el corazón le iba a mil.

-Chicos, este es Junkyu.- Dijo el japonés, presentándolo. Saludó con la mano por puro instinto.-Va a jugar con nosotros.

Los chicos le miraron; alguno que otro le saludó con una venia, otros se encogían de hombros, indiferentes.

- Hagamos un tres contra tres. Junkyu y Yoshinori se vienen conmigo...

Mashiho le sonrió, haciendo que automáticamente su rostro se sintiera más caliente. El otro participante del grupo, un chico también japonés de la clase de al lado, le saludó amistosamente. Con timidez se lo devolvió.

El partido empezó poco después. Como era de esperar, Junkyu era una hormiga al lado de gigantes, pero no por ello le hacían el vacío. De hecho, se sorprendió al ver que sus compañeros trataban de integrarlo en el juego lo máximo posible, cosa que agradeció internamente.

Sin embargo, no dio mucho tiempo a que el partido continuara, porque pronto sonó el timbre, haciendo que su momentánea diversión se esfumara por completo. Yoshinori, quien estaba a su lado, le miró encogiéndose de hombros con una pequeña sonrisa, y siguió botando el balón mientras se encaminaban a la entrada.

-Ha estado bastante bien, ¿vendrás mañana?

-Claro...- Dijo, encantado.

Mientras tanto, los demás de adelantaban a ellos, liderando el camino.


Los ojos de Junkyu se cruzaron con los de Jihoon cuando este decidió bajar a la pirámide, con la ligera duda de si Park estaba allí o no

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Los ojos de Junkyu se cruzaron con los de Jihoon cuando este decidió bajar a la pirámide, con la ligera duda de si Park estaba allí o no. Hacía días que no lo veía por allí, lo que no era nada usual, así que verlo en aquella casita de madera lo hizo sentir varias emociones encontradas.

El chico se veía más triste de lo normal. Su cara estaba un poco más pálida, y sus ya prominentes ojeras estaban más hinchadas que de costumbre. Suspiró, sintiendo automáticamente su corazón más pesado al verlo así. Su compañero estaba sentado, viendo hacía apenas unos segundos otras pruebas desinteresadamente, aunque sus ojos no estuvieran registrando realmente aquella nueva información que tenía ante él.

-Hola...- Dijo el de cabellos cobrizos, arrastrando las palabras.

Se acercó a él, haciendo una venia con la cabeza, y se sentó a su lado, encorvando la espalda en cuanto su trasero notó la dura superficie del banquito de madera.

-No...- dijo, sabiendo que no se le daba bien hablar con los demás.- No tienes muy buena cara.

-¿Tanto se nota?- Dijo Jihoon, con una sonrisa amarga, mientras seguía mirando aquél transparente panel como si no tuviera otra cosa que hacer.

La piramide della felicità (JiKyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora