El coche que estaba esperando aparcó enfrente suya, dejando el motor encendido. La mujer se bajó de él, mirándolo con pena, y se acercó a él para ayudarlo con las maletas. Seunghun debía de haberle contado lo que pasó hacía ya poco más de media hora, porque se le salían muecas de tristeza al mirarlo.
Se sentía patético.
En cuanto ambos terminaron de colocarlas en el maletero se deslizó dentro del auto, ocupando uno de los asientos de atrás. Su amigo, desde el asiento del copiloto, le brindó una pequeña sonrisa, tratando de darle algo de confianza. Hizo un amago de sonrisa para no preocuparlo, pero tampoco es que le saliera demasiado convincente. No tenía ánimo suficiente como para fingir estar bien así que agradeció que la penumbra de la noche apenas hiciera visible su rostro desde allí.
Miró por la ventana, apreciando como el coche comenzaba a circular, y se mordió el labio, mirando como poco a poco se iba alejando del edificio que tantos dolores de cabeza le estaba dando.
Sus ojos se aguaron de nuevo, picándole, pidiéndole un poco más de agua para poder soltar sus emociones a gusto. Se sobó estos, apretando la carne entre sus dientes.
El interior del coche estaba en un silencio sepulcral. Probablemente su amigo y la madre de este tan siquiera supieran qué decir, o decidieran no articular palabra alguna por la inestabilidad emocional que la situación conllevaba.
Se cubrió la cara con una mano y lloró en silencio, mientras el ronroneo del coche acariciaba su cuerpo.
Iba a ser una noche muy larga.
Para cuando llegaron a casa de los Kim sus ojos pedían ya clemencia, y se había tapado la cabellera con la capucha de la sudadera.Al parecer la llamada los había pillado cenando, porque la comida estaba todavía en la mesa. El señor Kim estaba sentado en la silla, al parecer esperándolos, porque se acomodó en la silla cuando los vio entrar, haciéndole una venia con la cabeza.
Por supuesto ya había conocido antes a la familia, así que no era tan violento como podría haber resultado en otra ocasión. Varias veces se había pasado por allí, y la familia siempre se mostraba agradable con él.
Seunghun lo ayudó a poner las maletas en su habitación mientras la madre llenaba un plato más de comida para él.
El mayor suspiró, dejando caer accidentalmente una bastante pesada mochila al suelo.
Pronto recibió un par de palmadas en la espalda, seguidas de una pequeña sonrisa.
-Bienvenido a casa. Puede que nos haya pillado un poco de sorpresa, pero sabes que eres bienvenido aquí.
-Gracias...- No tenía humor para hablar, pero agradecía que el chico tratara de hacerlo sentir mejor. Era un buen amigo.
-¿Qué llevas aquí? Esto pesa como un muerto...- Se giró a él, bromeando.- ¿No traerás un cadáver, verdad?
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La piramide della felicità (JiKyu)
FanficUna caja negra, una llave dorada y un universo alternativo. Aquellas tres cosas significaron tanto para Jihoon que por un momento creyó que se estaba volviendo completamente loco. Y, sin embargo, pronto pudo comprobar que no era el único. +Los pasad...