Sinceramente, la rubia no sabía qué rumbo estaba tomando.
Fue compulsivo el salir del auto y correr hacia el bosque, pero no contaba con lo mucho que sufriría. El viento frió chocaba con su cuerpo que ni siquiera tenía la fuerza de correr correctamente. En un intento de abrazarse a sí misma, las gotas grandes y heladas caían sobre ella una y otra vez hasta colarse por toda su ropa y dejarla empapada.
Con todo el esfuerzo que junto, con sus ojos comenzó a observar a su alrededor, pero simplemente no había nada más que árboles. Juraría que faltaba poco para entrar en pánico y desesperarse por no encontrar lugar para resguardarse. No tenía idea de a donde dirigirse y tampoco podía quedarse en medio de la nada. El camino por el que había entrado se había perdido a sus espaldas.
Tal vez así moriría, partida por el rayo de una tormenta...
Por favor roseanne, no seas patética.
Cerró sus ojos y los apretó cuando su misma subconsciente le había humillado.
Camino unos pasos más por el bosque, por qué la verdad no tenía un camino fijo por donde ir. Hasta que sus ojos se ensancharon, su boca igual, y sus esperanzas cobraron vida cuando sus iris melosos divisaron una pequeña luz tenue, ni tan lejos, ni tan cerca de donde estaba.
Sonrió, y no dudo para correr hacia aquella luz.
Se detuvo abruptamente cuando observó más de cerca y verificar que aquella luz, provenía de una cabaña. Una gran cabaña que no se tomo el tiempo de observar y solo quería correr y resguardarse de una vez.
La tierra se colaba en sus zapatos, su ropa y su cabello estaban chorreando de agua, y aún que aquello fuese increíblemente incómodo no se detuvo hasta subir las pequeñas gradas de la cabaña y llegar hasta la puerta cerrada.
– ¡¿Hola?! – la rubia gritó dando fuertes tocadas a la puerta con la esperanza de que alguien le abriera y la recibiera – ¡¿Hola?! ¡¿Pueden abrirme?!, ¡por favor!
Más la puerta nunca abrió como deseaba. Roseanne suspiro fatigada, dejando caer su frente sobre la puerta y soltar un largo suspiro. ¿Ahora que haría?.
Casi caía de bruces cuando la puerta se abrió lentamente al estar recargada sobre ella, aún que alcanzó a sostenerse antes. La rubia observó confundida hacia dentro de la casa.
No había nadie.
Entonces ¿quien había abierto la puerta?
– ¿Hola...? – la rubia susurró, adentrándose lentamente hacia la cabaña y pasando su mirada por el lugar con cautela.
ESTÁS LEYENDO
𝐅𝐀𝐍𝐂𝐘 𝐘𝐎𝐔 | r.k
Fanfiction𝐅.𝐘 | "- 𝙉𝙤 𝙚𝙨 𝙘𝙖𝙨𝙪𝙖𝙡𝙞𝙙𝙖𝙙 𝙦𝙪𝙚 𝙝𝙖𝙮𝙖𝙨 𝙫𝙪𝙚𝙡𝙩𝙤 𝙖 𝙢𝙞, 𝙘𝙖𝙧𝙞𝙣̃𝙤. 𝙇𝙤𝙨 𝙙𝙤𝙨 𝙨𝙖𝙗𝙞𝙖𝙢𝙤𝙨 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙞𝙚𝙢𝙥𝙧𝙚 𝙚𝙨𝙩𝙪𝙫𝙞𝙢𝙤𝙨 𝙙𝙚𝙨𝙩𝙞𝙣𝙖𝙙𝙤𝙨 𝙖 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙧 𝙟𝙪𝙣𝙩𝙤𝙨" Y Roseanne nunca se esperó qu...