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– Ya la llame a su celular, pero me manda a buzón – un Jimin preocupado y desesperado caminaba por la estancia de un lado a otro. En esos momentos desearía poder salir en busca de su prometida y verificar con sus propios ojos que siga bien – Tengo miedo.
– Jimin – Hobi se acercó al menor y reposar una mano en su espalda en forma de calmarlo – Ya hablamos de esto. Te dije que Rosie estaría bien, tengo una corazonada que me dice Rosé estará sana y salva.
Jimin dejó su mirada perdida mientras escuchaba al hermano de su prometida decir aquello. Reaccionó al ínstate y ascendió su cabeza lentamente, hasta que sus ojos terminaron chocando con los de su cuñado
– ¿Sabes?, ahora que lo mencionas – el rubio lo miró fijamente, pensando mucho en lo que estaría apunto de decir – Yo también tengo el presentimiento de que algo pasara con Rosé, pero algo me dice que no me será algo bueno para mi...
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– ¿Qué tal van las cosas por allá Rosie?
Roseanne mantenía su mirada puesta en la larga carretera por la que manejaba mientras sostenía su teléfono con una mano. Y si, sabía qué hacer aquello estaba mal y conllevaría alguna tragedia, pero la carretera iba totalmente despejada y podía concentrase bien.
Ahora que lo pensaba, ¿por qué todo incluyendo la carretera estarían totalmente desiertos? ¿Acaso todos se habían organizado para no salir por día o algo?.
Extraño.
–Bastante bien.– Roseanne replicó algunos segundos después. Estaba feliz por que estaba en camino a ver a las chicas, pero sentía que algo no iba bien – Ahora estoy en camino para halla.
– ¡Espera, espera...! – la voz de la tailandesa que sonaba atea vez de la línea se escuchó un poco exaltada después de escuchar las palabras de su amiga – ¿Estas viniendo hacia acá ahora mismo?
La rubia frunció el entrecejo confundiéndose al instante por la reacción asustadiza y preocupada de Lisa. ¿Que pasaba ahora que no sabía?
– Si, voy en mi auto y-
– ¡Por dios roseanne! – Lisa exclamó con pánico interrumpiendo a Rosé. ¿Es que acaso no sabía sobre la tormenta que se venía? ¿Ahora como rayos saldría de aquella? – ¿Acaso no sabes que dentro de poco una tormenta caerá?
"¿Por que las dudas?"
"Tal vez por el clima dice que lloverá, y fuerte"
"Rosé, ¿crees poder ir con una tormenta que está apunto de caer?"
Rosé quedó en un transe donde le ruido a su alrededor se alejaba poco a poco de sus tímpanos y solo los recuerdos del por qué todo parecía extraño pasaban como flashes por sus ojos. Ahora todo tenía sentido, el por qué la cuidad y las carretearas poco a poco quedaban solas hasta quedar abandonas, el cielo grisáceo y un viento infernal moviendo todo a su paso agua fuera.
