Capítulo veintitrés

311 65 129
                                        

Estaba caminando por el instituto hacía mi taquilla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaba caminando por el instituto hacía mi taquilla. Parándome y frunciendo la frente ante cada póster, cada luz y adorno, que me recordaba al puto baile de Anti Navidad. El techo estaba decorado con luces brillantes que colores que parpadeaban al ritmo de un villancico que sonaba por los altavoces.

Un villancico que hablaba de arrasar un pueblo y quemarlo hasta los cimientos, todo muy poético.

Había muérdago en cada esquina y los estudiantes se agolpaban debajo para comerse la boca como hienas voraces y sedientas de sangre. La primera vez que mi novio me había llevado debajo de uno de esos, le había pegado un puñetazo en la boca del estomago. Yo no me besaba en público, otra vez.

Por no hablar de los armarios de la limpieza, eso debía de estar infestado de chinches y con un olor a fluidos corporales que tiraba para atrás. Pero la vida de instituto era así, jóvenes con ganas de meneo y con las hormonas por las nubes.

Pasé por delante de un póster que promocionaba el baile, con una pareja en medio de la pista. Me dieron ganas de vomitar.

Llegué a mi taquilla, dejé los libros y partí hacia mi última clase del día. Por fin.

Entré al pabellón deportivo donde estaban todos los alumnos del nivel avanzado del instituto. Entre ellos estaba Belcebú que me sonrió desde una esquina. Estaba con sus amigos y preferí no molestarle. También es que me gustaba estar sola y no meterme en follones.

Ya a estas alturas me tenéis que conocer, lectores de Ginny.

La profesora de gimnasia monstruosa nos llamó a todos. Era una demonio de cuernos verdes y pelo lila, que tenía unos músculos en los brazos con los que podía partir un árbol si quisiera. Se ajustó la gorra y nos sonrió a todos.

—Buenas tardes alumnos. Hoy vamos a practicar gimnasia de fuerza en pareja.

Un gran murmullo se extendió entre todos. Hablaban entre sí para hacer las parejas.

—Un momento, yo formare las parejas. Tenéis que estar equilibrados.

Todos los alumnos se callaron debido a la decepción.

La profesora comenzó a hacer las parejas. A Belcebú lo juntaron con su compañero del equipo y cuando llegó a mi me miró de arriba a abajo.

— Tienes bastante fuerza para lo menuda que eres, Usagi. Te voy a poner con Melancolia. Las dos sois buenas con las acrobacias.

Rodé los ojos, me tocaba estar con la barbie de las tetas grandes.

Mel se acercó a mí con cara de pocos amigos y no me dirigió la palabra, tampoco hizo contacto visual conmigo.

Cuando terminó de hacer las parejas nos empezó a dar órdenes gritando.

—Quitaros los zapatos y poneros encima de las colchonetas.

Miré a Mel que seguía sin mirarme a los ojos. La notaba extraña y nerviosa, como si estuviera asustada.

—Mira Mel, yo no te gusto y tu no me gustas, pero tenemos que hacer esto.

Ella me miró con las mejillas encendidas y con cara de rabia. Sus ojos verdes chispeaban al mirarme. Que coño le pasaba.

—Uno de vosotros abre las piernas y flexiona las rodillas. El otro debe de subirse a sus muslos —dijo la profesora dirigiéndose a toda la clase.

—Yo me quedo abajo, tu sube. Tienes más práctica.

Mel asintió, entonces nos descalzamos. Yo me coloqué sobre la colchoneta en la posición que nos habían indicado. Ella se acercó a mí, se apartó el pelo de encima de los hombros y me dió las manos. Eran suaves y delicadas.

La miré a los ojos y ella se puso roja como la sangre. Suspiró y sus manos comenzaron a temblar. Era la primera vez que estábamos tan cerca la una de la otra sin querer matarnos. Me relamí los labios dado que los tenía secos y ella se mordió los labios nerviosa. Era tan guapa, y tenía un cuerpo tan hermoso.

No sé porque estaba pensando en ella así, pero me dieron ganas de abrazarla y olerle el pelo. Como si su olor fuera una droga para mi. Nos quedamos mirándonos y al final ella se acercó lo suficiente como para subirse encima de mis piernas.

Pero en el segundo movimiento su pie falló y acabó sobre mi. Las dos estábamos sobre la colchoneta. Su cuerpo sobre el mío, su corazón palpitante i que pegaba con fuerza contra mi piel. Mis manos le rodeaban la cintura. Su boca estaba a unos centímetros de la mia, jugosa y fresca dispuesta a ser besada. Me quedé sin saber que decir o que actuar. Su pelo dorado caía sobre su cara y mis hombros. Cubriéndonos como una cortina dorada.

Realmente era tan hermosa como el sol, y sus ojos eran del color del bosque en verano. Llenos de vida y de esperanza.

—¿Estás bien? —dije casi sin aliento.

—Si —le temblaba la voz.

Noté su aliento contra mi boca y una sensación eléctrica recorrió toda mi piel.

—Eres hermosa —dije sin pensar.

Ella se apartó de mí lo más rápido que pudo y yo mientras me levantaba hice que no había dicho nada.

—Volvamos a intentarlo—se agarró el cuerpo con los brazos y no me miró.

—Será lo mejor.

Durante el resto de ejercicios estuvimos las dos nerviosas. Yo no sabía que me estaba pasando y Mel tampoco quería colaborar mucho. Parecía algo de hacía años cuando ambas nos peleábamos siempre que nos veíamos. Ahora la joven bruja no podía ni mirarme a la cara y yo no podía olvidar sus labios tan cerca de los míos.

 Ahora la joven bruja no podía ni mirarme a la cara y yo no podía olvidar sus labios tan cerca de los míos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hola a todos:

El gay panic es intensito en esta escena.

Tengo ganas de que llegue el baile, a ver cómo se comporta Usagi.

Otra cosa, he cambiado la portada dado que estoy remodelando mis historias. Tengo que cambiar la de Wings que ya no pega ni con cola y la de las Valkirias (que es la continuación de Instituto). Si teneis ideas soy todo oidos jajajaja.

Quiero informaros de que mañana voy a hacer en mi instagram una dinámica sobre "que personaje dijo esto" por si os apetece participar. Mi cuenta es ginny.light

Nos vemos la próxima semana.

Ginny :)

Instituto InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora