¿Qué siento por ti?

IV. Hasta una reina necesita ayuda

-Abriendo libro de recortes-

Los trolls somos muy buenos en cuanto ayudar se trata -Troll azul: ¿Necesitas ayuda? Troll verde: Si una mano me vendría bien), apenas uno ve a un pobre troll que requiera de un poco de ayuda aun si es algo mínimo o diminuto, puedes contar con cualquier troll para ello (Trolls: ¡Si!). Pero nadie ayuda más a los troll como su reina, el ser reina es más que tomar decisiones y decidir cuando festejar, también es la de brindar ayuda a todos los trolls por igual y asegurarse que todo este en orden y que nadie requiera de asistencia. Pero ¿qué pasa cuando la misma reina de los trolls requiere de ayuda también?.

-Entrando a escena-

Poppy estaba caminando cansada hacia su capullo, el día de ella fue muy agotador, programar 20 coreografías, cortar el listón para darle la bienvenida a 200 flores, bailar y cantar al menos 40 canciones y bailes espontáneos, preparar las fiestas y juegos de más de 100 trolls le habían sido demasiado dura para la pobre. El ser reina de la villa es algo que ella estaba orgullosa y siempre le brindaría la ayuda a todos los trolls de su reino por más pequeño o grande que fuera la necesidad, ella estaría más que encantada de apoyar y ayudar a todos. Sin embargo ella no era de acero y tampoco una maquina, estaba agotada, un poco adolorida y lo único que su mente estaba era la imagen de su cama y ella durmiendo plácidamente.

Estos son los días donde Poppy llamaba, los días duros de ser reina. Y no es que ella odie estos días, simplemente aquí sentía que se ponía aprueba su capacidad y fortaleza para hacer a todos feliz.

-Hola Pops- saluda Ramón quien esperaba a su amiga en su capullo.

-Hola Ramón- dijo sin su usual tono alegre de siempre debido a su cansancio.

-Wow mírate amiga te vez muy agotada ¿día duro de ser reina?- pregunto el troll viendo más detenidamente a su amiga agotada la cual ella asiente cansada.

-¿Se te ofrece algo mi buen Ramón? -Poniendo su mejor cara a su amigo.

-No importa Poppy, será mejor que te deje descansar y no veamos en otro momento -dice el troll superviviente .

-No no tranquilo, si necesita ayuda o quieres hacer algo permíteme ayudarte soy la reina y es parte de mis responsabilidades ayudar a todo troll que lo necesite -responde ella agarrando un brazo de Ramón para que no se fuera.

-Tranquila Poppy, si necesitas descansar hazlo tranquilamente -le dice con una sonrisa a ella- igual le puedo pedir ayuda a otro trolls, lo importante es que la reina descanse cuando ella lo requiere.

Poppy no escucho a su amigo así que decidió seguirlo para que él la dejara ayudarlo, pero por más que este insistiera en que ella descansara que él mismo encontraría la manera de resolverlo solo o con otro troll, ella simplemente hacía caso omiso a los comentarios de Ramón.

Poppy y Ramón fueron a una zona del bosque el cual la troll rosada no reconocía gracias a los tantos arboles que había en la zona, parecería que se hubieran perdido en el bosque, la troll rosada ve a su amigo quién estaba tranquilo caminando sabiendo en donde estaban y donde estaban yendo. Los dos trolls después de un rato de caminar habían llegado a un campo de hermosas flores de varios colores y bellas criaturas alrededor del sitió, este parecía un especie de paraíso secreto, pero Poppy no podía distraerse con el hermoso paisaje que tenía en frente ya que ella trataba de saber que era exactamente lo que necesitaba el troll azulado en que lo ayudara.

-Ramón este lugar es increíble, mira las flores, mira esas mariposas y el cielo se ven hermoso todo -asombrada de cada belleza que pudiera contemplar con sus ojos-, pero dime en que necesitas que te ayude -enfocando su atención ahora en el troll quien la observaba alegre.