¿Qué siento por ti?

VII. Mi amor eres tu

-Tu -volvió escuchar Ramón preocupado por como se sentía la troll que amaba.

Ramón cada segundo que observaba a la troll rosada que amaba en esa tristeza le partía el corazón, deseaba ver otra vez a esa Poppy adorable, alegre, algo fastidiosa, pero la más pura e adorable de todas, Ramón sería capaz de ir a cada semana de Arroyín y bailaría y cantaría las canciones más extravagantes y ruidosas con tal de volverla a ver como antes.

-Poppy se que estas triste y te sientes mal, pero déjame explicarte lo que viste y ..-el troll azulado es interrumpido por una mano rosada en señal de no querer escuchar más, en eso Poppy trata de sacar una sonrisa aunque más que sonreír parecía tener dolores estomacales.

-Quién dice que estoy triste, te equivocas Ramón yo no podría estar más que feliz por saber que tu tienes novia, a pesar de haber sido una gran amiga contigo, tu no me contaste nada de tu noviazgo y tuve que enterarme por mi misma viéndote besar a otra troll (en vez de besarme a mi) -empieza a caminar para su habitación y encerrarse allí- aun así estoy muy orgullosa de que aquel troll tímido que conoci por fin declare su amor a alguien, y espero que tengas una vida perfecta con tu perfecta novia (que espero que se pierda en el bosque) -a pesar de que ella decía estar feliz por su amigo, Ramón sabía que Poppy no estaba realmente tan feliz como ella presumía estarlo.-

-Poppy espera -la persigue poniéndose en el marco de la puerta para evitar que ella se encierre- tu no me engañas, se nota que estas mal, tus colores se van oscureciendo poco a poco, por no mencionar que no te pareces lo opuesta a la Poppy alegre y entusiasta que conozco.

Poppy no tenía ganas de hablar con él sobre el tema, por una parte quería respetar la decisión de Ramón con salir con otra troll si eso le hacía realmente feliz a él, sin importar lo miserable y adolorida que ella se sintiera, Poppy no podía obligarlo amarla. Sin embargo por otro lado también ella quería pelear con él para saber ¿por qué rayos prefirió a esa otra y no ella?. Se suponía que ella fue dulce, linda, comprensiva y prácticamente la principal razón de que él volviera a ser feliz; si alguien debería ser la novia de aquel lindo troll azulado debería ser ella y ninguna otra troll. Los típicos dilemas de ser un buen amigo y respetar las decisiones de quien amas o ser una mala amiga y tratar de convencerlo de que abandone a la otra y se quede con su amada reina.

-Por favor Ramón solo sal de mi casa y diviértete con tu novia, te prometo que estoy bien solo dame un tiempo a solas para pensar algunas cosas -pide la troll rosada tratando de no derrumbarse en frente de él o escuchar esa voz que demandaba besarlo y apropiarse de él.

-Pero ese beso que viste fue -es empujado por Poppy cayendo al suelo, la troll rosada no tenía ningún interés aun en revivir ese horrible recuerdo-, ouch eso si dolió -se empieza a sobar el trasero por la caída- pero lo que te estaba diciendo era que ese beso -ahora Poppy se había lanzado encima de Ramón para taparle la boca y no oírlo.

-¿No lo entiendes tonto? -fija su mirada en Ramón- Te digo que estoy bien, estoy de acuerdo con tu relación si eso era lo que buscabas de mi -decía Poppy quien empieza a derramar lagrimas-. No tienes que decirme nada solo se feliz con tu maravillosa novia.

En eso Ramón comenzaba a impacientarse por culpa de Poppy, él podía entender que su amada estuviera triste y no quisiera hablar sobre ese maldito beso, y no la culpaba por tratar de evitar ese tema, pero si tan solo ella le pudiera dar unos cinco minutos para explicarle y demostrarle que él solo la amaba a ella y a nadie más, entonces Poppy se daría cuenta de que no tendría razones para estar triste. Sin embargo esa dulce troll rosada le ponía difícil las cosas y no estaba dispuesta a escuchar por las buenas, así que Ramón en unos pocos movimientos logra cambiar de posición con Poppy ahora él estando arriba de ella, le sujeta sus brazos para evitar que haga algo y acerca su rostro para que asegurarse de que ella lo mire.