CAPÍTULO I

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Capítulo uno

—Faltan 10 minutos para que vayas a la escuela —oigo la voz de mi padre, al otro lado de la puerta

—Falta 1 hora y 10 minutos exactamente papá —le corrijo con los ojos en mi reloj de lado de mi cama

Típico de padres quitarte más sueño del que es suficiente

—Apresúrate que es tu primer día —contesta entre risas

Me levanto de mi cama a buscar mi uniforme en el armario, después de una ducha de 20 minutos me doy cuenta que no están mis medias

—Nana —llamo a mi nana al salir de mi cuarto para bajar por las escaleras—. Nana

Encuentro a mi nana en la cocina

—¿Que sucede mi niña? —me contesta

—¿No sabes dónde están mis medias? —preguntó echando un vistazo al desayuno—. Solo eso me hace falta nana

—Todo pierdes, Sophia —comenta mi padre, sentándose en el comedor

Volteo a verlo, —No papá solo mis medias —contestó antes de tomar mi jugo de manzana

—Ya las buscaste en el cajón de tu ropa interior —comenta mí nana—. En donde guardas todas tus medias.

No lo había pensado

—Voy a ver —les digo subiendo las escaleras

Entro a mi cuarto para revisar en mi armario ese  cajón y no encuentro ninguna de mis medias, solo unas medias de red negras.

No puedo usarlas, o ¿si?
***

—En el reglamento del colegio no dice nada de usar o no usar medias de red — explico viendo la cara de reprobación que tiene mi padre.

—Niña, no crees que te dirán algo —comenta mi nana al verme con el pequeño repuesto que le hice a mi uniforme

Meneo la cabeza

—No, deben entender que es el primer día —les aseguro a mi nana y a mi padre

Bufa, — Espero que no te sancionen en tu primer día de clases —dice mi padre muy serio

—Claro que no, vamos que solo faltan treinta minutos para llegar —lo apresuro—. Y siempre se tarda 20 minutos de camino —le recuerdo con una cara de regaño

—Ja, esta bien —dice tomando las llaves de su camioneta—. ¿Tienes ya todo listo?

Asiento y me despido de mi nana

—Suerte— le oigo decir a mi nana, antes de usar mis audífonos

***

Ya en la entrada del Colegio Hidalgo, mi papá me recuerda que tenga cuidado y les preste atención a las clases

—Lo tendré, tu también ten suerte en tu trabajo hoy —digo antes de salir de su camioneta

Al entrar al colegio me percato de unas pocas miradas de chicas y chicos, espero que no sea por mis improvisadas medias

—!Sophia! ¡Sophia! Sophia —grita Valentina, volteo y veo a mi pelirroja mejor amiga corriendo hacia mí— Te dije que me mandaras mensaje para que nos viéramos antes de clases —me recuerda

—Pero nos vemos en las clases —le contraataco riéndome—. Y además eso me lo dijiste el sábado en mi casa

—Está bien, te perdono —le hago una cara de "enserio, gracias"—¿Por qué usas sexis medias?— pregunta con mirada pícara

—Te juro que no encontré las correctas —confieso mirando hacia mis piernas—. Además el reglamento no dice de no usar este tipo de medias

—En eso tienes razón, pero —menea la cabeza—. Yo creo que lo hiciste para atraer más miradas

Sabía que iba a decir un comentario así, la conozco tan bien, desde pequeñas, aveces hasta pienso que tenemos los mismos pensamientos

—De eso nada, no quiero más miradas de las que ya tengo —le digo viendo a los chicos pasar por mi casillero

—¡Si!, por favor desde que entraste al equipo de fútbol mejoraste tu físico —me recuerda riendo

Tiene razón Valentina desde que entré al equipo de fútbol de "Las Cobras", mejoré mi figura pero seguía siendo la misma Sophia de siempre

—Ya cállate, tonta —le digo—. No me lo recuerdes

—Está bien —cede—. Hay que buscar a Smith

—Espero no se haya perdido el primer día de clases—digo viendo por todos lados, encontrándome con rostros conocidos y con rostros que nunca antes había visto

—No lo creo, me había escrito anoche, pero ir no encontrarías
—Siempre se olvida de nosotras —decimos ambas al mismo tiempo

—Si, vamos por el rubio.

***

—Señoritas —nos saluda mi bronceado amigo cuando lo vemos en la entrada de la cafetería

—Torpe —dice Valen dándole un sape a Smith—. Juraste que nos encontrarías a nosotras primero

—Es que se me antojo una lechita de fresa —explica Smith señalando su mano derecha

—Está bien, Valentina —le digo a la pelirroja—. Ya solo faltan 5 minutos para la primera clase

—De acuerdo —dicen mis amigos al mismo tiempo

Mientras me río por la típica pelea de mis mejores amigos al decir lo mismo al mismo tiempo, voy hacia al baño para ver si necesito un retoque de rubor o corrector. Confirmo que no necesito más maquillaje en mi rostro mirándome al espejo.

Saliendo del baño me doy cuenta que cometí un error en el primer día de clases, al tropezarme con un alto chico con cabello castaño de tez blanca y unos preciosos ojos azules acompañados con unas pestañas envidiables.

Parpadeo apenado con la cara roja con tropezarme con semejante chico

—¿No es ese el baño de chicos?— pregunta con una voz tan atractiva pero dulce, con la mirada hacia la puerta donde acabo de salir

Doblo mi cuello, para comprobar y aceptar, que efectivamente, él baño donde acabo de salir es el de los varones

—Si —contesto tartamudeando—. Me equivoqué —confieso

—De acuerdo —contesta con una sonrisa de boca cerrada antes de entrar al baño de chicos

Qué lindo chico, debe de ser nuevo ya que no usa el uniforme, antes de oír gritar a mi mejor amigo para dirigirme al salón de clases.

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Eres de élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora