CAPÍTULO VII

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Capítulo siete

Después de salir de las clases, me apresuro a llegar al entrenamiento, luego de cambiarme, guardo mis cosas

—Sophia, llegas temprano— dice Miranda cuando cierro mi taquilla

Miranda es una de las jugadores mayores del equipo, siempre ha intentado demostrar que es mejor que yo, no tengo idea de porqué

—Si— forzó una sonrisa—quiero calentar antes del entrenamiento

—Tienes razón, puedes lesionarte

—Si, mejor me voy— salgo de los vestidores

Llego al campo y empiezo a estirar, saltar, calentar, luego de 15 minutos ya estoy lista para entrenar

Me fascina el fútbol, siempre jugaba con mi padre de pequeña cuando llegaba a casa después de trabajar y los fines de semana, desde que entré a la preparatoria, mi padre se enteró que habían convocatorias, me sugirió que entrara ya que a mi me gustaba mucho jugarlo y ya en el colegio lo podría practicar profesionalmente, tenía razón, así que entre desde primer año

Llega el entrenador cuando todas las jugadoras estamos en el campo

—Ya es hora de entrenar— estira su brazo para hacer un ademán de juntarnos

***

Pueden irse la práctica termino por hoy— dice el entrenador antes de salir del campo

Después de decidir, dejarme el uniforme para llegar a mi casa a bañarme, salgo de los vestidores y me encuentro con Michelle

—Sophia

Volteo a verla—¿Que paso?

—Será que me puedas a ayudar con la tarea de Historia

—Claro, ¿que no entendiste?

Me considero responsable pero no una chica lista, participo en las clases de historia porque me encanta esa clase, así que siempre, me piden ayuda los chicos del salón y Michelle no es la excepción

—Pues no entendí, lo de la guerra de mayo

Me hace reír—No es una guerra, es solo una batalla y fue en Puebla

Bufa—No importa guerra, batalla lo mismo da, ¿si me ayudaras?

Vuelvo a reírme—Claro

—Entonces vamos a mi casa

—De acuerdo

***
La camioneta de Michelle es pequeña pero muy linda, se la regalaron sus padres cuando entro a la preparatoria

—Vamos— dice Michelle desde la puerta del piloto, asiento, antes de abrir la puerta y subirme

Durante el camino, le aviso a mi nana que estaría en la casa de Michelle antes de llegar a casa

***

—Ya vamos a llegar no te preocupes

—De acuerdo— es la décima vez que me da esa respuesta, después de tantas vueltas—. Oye pero por aquí no es tu casa— digo volteando a ver a todos lados

—No es que perdón, yo no quería— dice mientras da un giro al volante, haciendo al carro dar una vuelta rápida

—Michelle, ¿Qué haces?

—Lo siento, de verdad

—¿Que pasa?— intentó desabrochar el cinturón de seguridad

—Es que quise venir a comprar unas donas, ya sabes, como bocadillos

Eres de élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora