Ravi es un ser feérico quien desde que tiene memoria ha vivido sometido a YongGuk, quien lo utiliza no solo para satisfacer su apetito sino para intercambiar su deliciosa sangre con otros vampiros.
Es por esto último que es entregado a Leo, un int...
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Mientras la pelea se había mantenido en una velocidad tal que ni siquiera la podía seguir, lo siguiente que ocurrió pareció ser en cámara lenta. Apenas pudo voltear hasta el peliazul que le había disparado pero antes de que llegaran a él su Leo se colocó frente a él.
Lo escuchó gruñir, e incluso pudo ver cómo la sangre salía de él, gritó su nombre preocupado pues luego de recibir los impactos Leo terminó con una rodilla en el piso.
La otra criatura apenas tuvo tiempo de regodearse, aún resonaba el eco de los disparos cuando otro par de ojos violeta brilló tras él, otra criatura alta y delgada apareció y lo sujetó por el cuello.
—Se les dijo que no intervinieran —dijo otra voz al fondo.
Sorprendido, Wonsik desvió la mirada, detrás de cada uno de los otros 4 secuaces restantes había aparecido una segunda criatura que lo inmovilizaban para ese momento. Corrió entonces al lado de su Leo paro apenas había llegado cuando recibió un empujón de su parte.
Leo se levantó pesadamente para desviar el golpe que en ese momento le soltaba un desesperado YongGuk, Wonsik trastabilló hasta que fue detenido por una de las criaturas recién llegadas, ambos se mantuvieron viendo la pelea que continuaba.
La velocidad era un poco más baja, podía notar los movimientos de su Leo más lentos que antes y aunque ahora solo peleaba contra uno, aún así recibió varios de los golpes del contrario.
—¿Por qué no lo ayudan? —preguntó Wonsik en voz baja, preocupado.
—Él mismo ordenó que no se interviniera en su pelea ¿recuerdas? Hemos eliminado a quienes no respetaron la regla, pero tampoco nosotros debemos romperla, —le contestó la criatura que lo había detenido.
Se dio cuenta entonces que los otros cuatro llegados observaban la pelea de su Leo con la misma fría atención, ninguno intervino ni hizo mayor movimiento. Notó entonces que, a pesar de las heridas, Leo seguía superando a su maldito captor, con cada golpe que lograba acertar su preocupación iba menguando.
Luego de algunos instantes Leo logró inmovilizar a YongGuk, Wonsik solamente pudo notar cuando ya lo tenía atrapado, con un brazo doblado tras la espalda. Escuchó el crujido de su piel cuando Leo lo mordió directamente en el cuello, por primera vez desde que lo conocía notó en él la ferocidad que había conocido en otras criaturas.
La sangre comenzó a correr por el cuello y el pecho de YongGuk mientras que sus forcejeos y sus gritos iban perdiendo poder. Al final dejó caer la cabeza y el único brazo libre, se había quedado sin fuerzas.
Leo se separó entonces de su cuello, aunque su sangre oscura manchaba su boca y su barbilla.
—Siwon, —gruñó Leo sin soltar a su presa.
Una de las criaturas que observaban comenzó a moverse, como si se tratara de una estatua que cobrara vida. Era alto y de piel ligeramente bronceada, sus rasgos mixtos podía definirse fácilmente como bellos.
El mencionado se inclinó para recoger una de las pistolas que habían quedado tiradas por ahí. Pero, en lugar de apuntar a YongGuk, avanzó con el arma hasta llegar al lado de Ravi.
—Esta es tu batalla. —Le tendió la pistola por el mango—. La venganza te corresponde a ti.
Wonsik tomó la pistola con algo de duda, nunca había disparado aunque Hyuk les había explicado un poco cómo utilizarla. Además, su deseo de acabar con toda aquella pesadilla tan larga, así que la levantó hasta apuntar a su antiguo captor.
Leo asintió, tomando a YongGuk por el cabello para obligarlo a levantar la cabeza. Wonsik pudo observar esos mismos ojos llenos de maldad y odio que tan bien conocía, en ningún momento pareció arrepentirse o suplicar por su vida.
Wonsik respiró profundo, tensó todo su cuerpo y apretó el gatillo: uno, dos, tres disparos salieron del arma, los mismo que le habían disparado a su Leo, quien se había retirado al primero.
YongGuk recibió los impactos de lleno, y aunque Ravi no había dado en algún punto mortal, pronto las balas de plata comenzaron a surtir su efecto: su cuerpo se fue convirtiendo en cenizas a partir de donde había sido herido.
Mientras veía esto Wonsik ni siquiera habia cambiado de posición, y no se dio cuenta hasta que Leo llegó a su lado, lo hizo bajar la pistola y soltarla antes de abrazarlo.
—Muy bien mi pequeño Ravi, lo has hecho muy bien. Ya todo ha terminado, —le susurraba el mayor hasta que logró tranquilizarse.
Sólo entonces levantó la vista hacia el resto de criaturas que lo esperaban pacientemente. El primero de ellos, el que le había dado la pistola, se acercó entonces a él.
—Dame un minuto más y podremos irnos, quédate un paso detrás de mí, —le pidió Leo a Ravi antes de por fin mirar directamente al otro—. Siwon, muchas gracias por venir y por tu ayuda.
El moreno hizo una ligera reverencia con la cabeza, entonces Leo levantó la mano izquierda hacia él, como si fuera a saludarlo. Siwon la tomó pero la llevó a su boca, como si fuera a besarla.
Ravi se sorprendió al ver esto, pero se dio cuenta que, en lugar de hacerlo, el nombrado Siwon mordió la parte carnosa de su mano, tomó un sorbo de la poderosa sangre del bibliotecario y cerró la herida.
—Ha sido todo un placer, bibliotecario —dijo al terminar para luego desaparecer entre las mismas sombras.
—Top —dijo después.
La misma criatura que lo había detenido se acercó, era igual de alto aunque más delgado. Se acercó y dedicó la misma reverencia ligera a Leo.
—Ha sido un honor ayudarte, bibliotecario.
—El honor ha sido mío, vuelve ahora con tu pareja que debe estar esperándote.
La criatura sonrió levemente antes de tomar la mano de Leo y también morderla.
—Es igual de dulce que tu pareja, me estará esperando con un regaño por haber tardado, aunque claro que, para él, el tiempo ya no correrá igual —dijo al terminar para luego igual desaparecer.
Le siguió una criatura de patente fuerza, aunque su cara alargada era afable. Él solo estrechó la mano de Leo pero no lo mordió.
—¿Estás seguro, U-Know?
—Lo estoy, bibliotecario. No necesito más fuerza ya. —Sonrió a él y a Wonsik antes de partir.
La última criatura era un chico de apariencia joven quien sonrió a Leo tímidamente e hizo la misma reverencia que los otros.
—Muchas gracias por tu ayuda Shownu.
—Ha... ha sido un placer, bibliotecario. Aunque, de saber que vendrían otros tan fuertes no hubiera hecho falta que viniera.
—Te equivocas, toda la ayuda ha sido valiosa y significativa para nuestra victoria.
Le tendió la mano y con algo de indecisión Shownu la tomó y la mordió, Leo dejó que bebiera no uno, sino dos tragos.
—Muy bien Shownu, ahora vuelve con tu pareja que de seguro ya te extraña.
—Está bien, KiHyun y yo llevamos suficiente tiempo como para poder pasar un rato separados, él está bien.
Hizo una nueva reverencia antes de desaparecer igual que el resto, así quedaron Wonsik y Leo solos, rodeados por volátiles cenizas que ya se dispersaban.
—Volvamos a casa, mi dulce Ravi, —le dijo Leo tiernamente, abrazándolo contra su pecho.
***
Este capítulo tuvo un pequeño regalo para una lectora que me sigue desde Adicción feérica y me pidió a cierta pareja mencionada.
Mis bonitos lectores, nos leemos la siguiente semana para los últimos dos capítulos.