Un problema inesperado.
Una de las ventajas de enfocarme siempre en mi trabajo, es que tengo mucho más tiempo de descanso que otros. Lo que quiere decir que puedo salir antes, por lo que cuento con más horas para arreglarme para la cita de hoy.
Apago el monitor y guardo los documentos en el cajón. Me levanto de la silla y tomo mi abrigo que está sobrepuesto en el respaldo. Veo a todos a mi al rededor enfocados en lo que hacen, ya sea trabajar o fingir que lo hacen mientras miran con interés lo que les aparece en redes sociales.
Mis amigas, amontonadas en el escritorio de Sofía, miran el computador con interés; siempre preparadas para el chisme. De no ser por ellas, yo no estaría enterada de nada de lo qué pasa a mi al rededor nunca.
Paso a su lado y me despido con un simple gesto; están tan concentradas en lo que sea que suceda del otro lado del portátil, que no me prestan mucha atención. Le quito importancia y sigo mi camino con mil pensamientos en la mente.
¿Qué estoy haciendo?
¿Caminar?
Es retórico.
Lo siento.
Como decía... Estoy haciendo mal las cosas. Yo debería seguir en la oficina, trabajando hasta altas horas, adelantando todo lo que pueda de los próximos días. Pero en cambio, estoy rumbo a mi casa, para buscar algo cómodo y al mismo tiempo formal, ¿para poder ver a un hombre?
Es decir, el sexo es maravilloso... ¿Pero quiero hacer esto de nuevo?
Comenzar a salir y, de nuevo, caer en la fragilidad que envuelve a una mujer torpemente enamorada.
Quizá me esté adelantando, pero me conozco, esa es la ruta que siempre toman las cosas.
He pensado en que sólo podría usarlo para pasar el rato, pero... ¿eso es lo que él quiere?
¿Y si él de verdad tiene otras intenciones que no sean liberar un simple deseo?
¿Podría hacerle daño si lo veo como alguien de un rato?
¿Soy capaz de tomarlo a la ligera?
Mierda, esto es justo lo que me molesta. Pensarlo de más. Pensar simplemente. No debería ser tan complicado... darle importancia o no dársela, así de fácil.
Pero noo.
Mi cabeza es un remolino de: puede ser, tal vez, a lo mejor.
No puedo solamente ir despacio, siempre parezco ir corriendo cuando se trata de las relaciones.
Por eso me prohibí salir con más personas, es por esto que todo terminó la última vez. Me hice ideas demasiado pronto, me ilusione como adolescente inexperta, ¿y cómo resultó? En una infidelidad de dos años que me destruyó la confianza.
Le entregue todo de mi a ese ser sin corazón que me desechó como a las pasitas que odiaba ver en el cereal.
Pero bueno, ¿a quién le gustan las pasas en su cereal?
Espera...
Ah.
En fin, no estoy lista para nuevas relaciones. Además, él no parece ser un hombre de relaciones. Quiero decir, es lindo, atento y romántico, pero todas sabemos que un hombre terriblemente guapo y aparentemente perfecto, jamás es literalmente perfecto.

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Enamorarte Otra Vez
Short StoryHeather Gray sufrió un trágico accidente automovilístico en el que perdió la memoria. El diagnóstico dice que es muy poco probable que vuelva a recordar algo alguna vez. Toda su vida ahora se encuentra en el olvido, y el futuro es lo único que podrí...