My Guardian Angel (Mina x tú x Sana)

#53 Sana

Ambas chicas salieron de la habitación de la japonesa y caminaron hasta la cocina, siguiendo los pasos de la mujer.

"Aquí están las niñas, querido." La mujer dijo, dejando un beso en la mejilla del hombre.

"Padre." Sana dijo con una sonrisa, yendo a abrazar al hombre.

El hombre le correspondió el abrazo y luego miró a T/N con una ceja alzada.

"Y tú eres...?" El hombre dejó un espacio en su oración para que la menor se presentara.

"Park T/N, Sr. Minatozaki." La menor dio una leve reverencia, y el señor solo sonrió.

"Entonces tú eres la famosa Park T/N de la que mi hija tanto hablaba." El hombre rió, haciendo que Sana se sonrojara por completo. "Los encantos de mi hija por fin te atrajeron?"

T/N soltó una risilla para luego mirar de reojo a la mayor. "No se puede evitar, no? Su hija es muy apasionada cuando se trata de repartir amor."

El hombre alzó ambas cejas, y en su rostro se podía notar una sonrisa satisfecha.

"Esta chica me cae bien!" El hombre exclamó con entusiasmo. "Para cuando la boda?!"

T/N alzó las cejas de la sorpresa mientras que Sana se volvió un tomate andante.

"Padre!" Esta exclamó avergonzada.

El hombre rió. "Lo siento, lo siento." Este se disculpó. "Vamos a cenar que ya estoy emocionado de probar las delicias que preparó mi hermosa esposa."

Sana colocó una cara de asco. "Papá! Eso sonó muy meloso."

"Ya veremos cuando sea tu turno de decir esas palabras." El padre rió.

Todos se sentaron a comer y empezaron a charlar de muchas cosas.

T/N pudo notar que la familia de Sana era bastante amorosa y unida. La menor podía entender un poco mejor de dónde venía todo el amor que Sana podía dar.

Cuando la cena terminó, T/N trató de ofrecerse a lavar los platos, pero la madre negó y les dijo a las dos menores que volvieran a la habitación.

T/N y Sana volvieron a la habitación y la japonesa cerró la puerta con seguro.

"Mis padres te aman." Sana comentó, y recibió una risilla de T/N como respuesta.

"Quién no me amaría?" T/N bromeó, y Sana negó con la cabeza.

"Tienes razón." Sana dijo con una sonrisa y se acercó para abrazar a la menor.

Ambas perdieron el equilibrio y cayeron en la cama de la mayor.

"Oi, Sana." T/N quería levantarse, pero Sana se lo impedía. La japonesa apretaba un poco más el abrazo para no dejarla ir.

"Quédate quieta por un momento." La mayor pidió, colocando su cabeza en el hueco del cuello de la menor y aspiró su aroma. "Extrañaba esto."

T/N no pudo evitar sonrojarse con lo que Sana había dicho.

Ambas se quedaron así por un rato más hasta que el ladrido de alguien las interrumpió.

Ambas miraron hacia abajo y lograron ver a Cheese ladrando.

"Tú si que eres un chico muy ruidoso, no es así?" Sana preguntó, y el perro siguió ladrando.