10.- Pastelería

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— Shalnark — llamó Uvog a su compañero que estaba conversando con Shizuku tras llegar de la ciudad, Kuroro derrotado decidió tomar una siesta en la choza de Pakunoda quién ahora era su protectora.

— ¿Sí, Uvog? — respondió Shalnark al escuchar que lo llamaba, el tono serio de ese hombre clamaba con seguridad una orden.

— Consigue el número de todas las pastelerías de la ciudad y pregunta si ahí trabaja 'Kurapika Kuruta'. — aquella petición hizo que Shalnark sonriera, de alguna manera era justo lo que quería escuchar. —  Kuroro ya no tiene valor para hacer justicia porque cree en suposiciones erroneas, nosotros le ayudaremos a descubrir la verdad.

— Entendido, llamaré a todos esos lugares y después te paso la dirección de su trabajo. — Apresurado consiguió un directorio que guardaba especialmente para encontrar lugares y tiendas de víveres, gracias al gusto de Paku por hacer pasteles tenían todos los números de las pastelerías de la ciudad.

La nueva misión había comenzado sin que Kurapika ni Kuroro lo supieran, como es su costumbre, el Genn'ei Ryodan se movía mientras los demás dormían.

La mirada de Paku sobre aquel hombre fracasado y herido azabache era aquella que una madre muestra a su hijo cuando está a punto de castigarlo, una molestia contenida que le impedía dormir, ella estaba decepcionada.

— Ya casi son las 10 de la noche, debo darme prisa antes de que cierre la última pastelería. — susurró Shalnark marcando el octavo número de la lista, desesperado por escuchar que alguien conociera a Kurapika Kuruta.

Al otro lado de la línea, contestó por fin alguien que podría ayudarlo.

— Pastelerías Diamante de azúcar, le atiende Mizaistom, ¿en qué le puedo ayudar?

— Buenas noches — saludo Shal con el entusiasmo amigable de siempre — estoy tratando de localizar a Kurapika Kuruta, ¿trabaja con ustedes?

Al mencionar aquél nombre, Mizaistom recibió un microinfarto, podría ser la policía o agentes de investigación y se empezó a poner nervioso.

— ¿Q...quién lo busca?

Shalnark no tenía idea de qué contestar, así que improvisó una respuesta al azar, cualquier cosa que recibiera como respuesta le serviría.

— Soy un primo suyo, necesito hablar con él.

Mizaistom al escuchar esa frase se llenó más de nervios, Kurapika era huérfano, se suponía que no tenía familia, ¿quién diablos estaba buscándolo? Si daba razón de él, arruinaría los planes de Leorio y ya estaba bastante amenazado como para meterse más en el asunto.

— Lo lamento, él no trabaja aquí, buenas noches. — bruscamente se corta la línea dejando a Shalnark más que satisfecho con aquella respuesta.

— ¿Qué pasó? — preguntó Feitan al verlo tan pensativo.

— Aún quedan 15 minutos para las 10 pm — dijo Shalnark observando el reloj de su celular —  Feitan, ¿vienes conmigo?

— ¿A dónde?

— Por un pastel. — contestó sonriente.

— ¿A está hora? creía que los antojos sólo se daban en mujeres embarazadas. — Feitan no entendía mucho de lo que pasaba por la cabeza de Shalnark pero si se trataba de causar problemas estaba más que apuntado.

— No estoy muy seguro pero, el tipo que contestó mi llamada sabe algo sobre el atentado contra Kuroro y posiblemente sepa dónde está su esposo. ¿Porqué me preguntaría quién lo busca en lugar de decirme directamente que no lo conoce?

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