L E E

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- Ponle un gorrito - pidió el menor desde el baño - hace mucho frío

- Uno que combine - murmuró el alfa, rebuscando entre las prendas de la bebé con atención.

Una vez que encontró uno que se acomodó a su gusto se acercó a la pequeña niña que descansaba en su cuna, jugando con sus diminutos piecitos.

- Lía - sonrió orgulloso al recibir la mirada risueña de la pequeña - Papá ya casi está listo - la tomó con cuidado y se fue al borde de la cama para poner a la infante en sus piernas y así poder acomodar el cálido gorro sobre sus delgados y suaves cabellos oscuros, asegurándose de dejar bien acomodadas las orejitas de quién lo miraba con atención - iremos al doctor, no vas a llorar ¿Verdad? - acarició la punta de su naricita y la pequeña no tardó en sonreír grande, mostrando con empeño el par de dientitos que apenas se asomaban con timidez.

El corazón de Jooheon casi se sintió derretirse, era tan pura en inocente que no podía dejar de adorarla, se había prometido, incluso antes de verla por primera vez que la protegería a costa de su propia vida si llegase a ser necesario.

Y es que, por esa sonrisa tan llena de vida y pureza, él vivía.

- Ya estoy - avisó el omega saliendo del baño.

Jooheon vivía por y para su familia, vivía por ver, todos los días al amanecer, al hombre más hermoso del mundo ante sus ojos, durmiendo pacíficamente entre sus brazos, rodeados por el aroma impropio, vivía por las sonrisas que le regalaba diariamente, vivía por los besos y caricias que le brindaba, Jooheon vivía por y para Im Changkyun y su hija, el ser más puro y adorable, Lee Lía.

- Joo - llamó el menor tomando a la bebé de 8 meses de entre los brazos del mayor - ¿Estás bien, cariño? - inspeccionó el rostro del alfa sin levantar aún a la bebé de las piernas ajenas

- Bastante bien, pequeño - sonrió y besó los delgados labios de Changkyun, quién no tardó en sonreír para finalmente erguirse con la bebé en brazos.

- Entonces toma la maleta y vamos - señaló y apresurado salió con la pequeña rumbo al coche.

Librándose en el camino del rubor que se apoderaba de su cuello y mejillas, Jooheon a veces lo miraba de esa forma en la que casi podía sentir los bellos de su nuca erizarse, con esa mirada de ojos brillantes, oscuros y llenos de amor. 

Changkyun no podía sentirse más afortunado, su pecho estaba tan lleno de amor y felicidad que casi se escapaba por si sola y se entregaba sin medida a sus dos personas favoritas; la adorable bebé entre sus brazos, y el hermoso hombre que le seguía con un bolso negro colgando de uno de sus hombros. 

La blanca y regordeta mano de Lía se acercó a sus labios y Changkyun la atrapó con suavidad entre sus belfos fingiendo una mordida acompañado del típico "Ñyam", que provocó una carcajada infantil. Changkyun sonrió, disfrutando de aquel dulce sonido que llenaba sus oídos y su alma. 

De regreso a casa pasaron por una pastelería para conseguir un par de postres, y una vez dentro de la gran casa, Changkyun dejó a la pequeña en su patio de juegos tras quitarle las prendas más abrigadoras, y caminó hasta la cocina 

- Joo 

- Dime - el alfa se giró, cerrando la puerta de la nevera en el proceso 

- ¿Qué almorzaremos? 

- No lo sé, ¿Cocinamos o pedimos algo? 

- ¿Kimchi? - cuestionó mientras abría la aplicación de domicilios, recibió una respuesta afirmativa seguida de unos cuántos platos más y volvieron a la sala, junto a la bebé.

ABISMO [Jookyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora