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El lugar estaba oscuro, solo era iluminado por la tenue luz de la luna. Veía las sombras del inmobiliario del lugar, lo que le daba un aspecto más aterrador de lo que ya era.

Caminaba con cautela, causando el menor ruido posible. Mantenía el cuchillo en mi mano derecha, lista para usarlo y defenderme ante cualquier señal de peligro. Estaba sudando frío, sentía como mi corazón bombeaba sangre de manera agitada. No se oía absolutamente nada, provocando así que mi ansiedad se incrementara.

Después de revisar todo el primer piso, que era la administración del lugar, y comprobar que estuviera solo avance hacia las escaleras del lugar que, suponía, daban a los cuartos de hospedaje. Con mis nervios a flor de piel comencé a subir.

Al llegar al segundo piso vi que eran 5 habitaciones. Tome valor suficiente y comencé a inspeccionar una por una, viendo incluso por debajo de las camas y dentro de los armarios.

Solo estaba yo en ese lugar, no había personas ni infectados.

Me relaje un poco, ya mi corazón latía con normalidad. Guarde mi cuchillo entre mi pantalón y mi correa, pues ya no era necesario mantenerlo en mi mano. Baje las escaleras hasta el primer piso, iba a salir para avisar a mis amigos que era seguro cuando vi una puerta de la que no me percate antes.

Al acercarme note que un mueble me bloqueaba el paso para lograr abrir la puerta. Me debatí mentalmente si moverlo y abrir esa puerta o dejar todo como estaba y no hacer nada al respecto.

Por algo bloquearon la puerta... no lo harían solo porque sí – Pensé –. No me arriesgare, no traeré a mis amigos adentro si no es seguro –

Y Con eso en mente hice a un lado el viejo mueble y me dispuse a abrir aquella puerta.


***


*Daniel*

--- ¿Quieres calmarte ya? Me pones más nerviosa de la que ya estoy – Se quejó Gaby colocando su mano en mi pierna para evitar que la siguiera moviendo.

--- Lo siento – Detuve mi movimiento. Ella alejo su mano –. Es difícil mantenerme calmado. Ella está ahí adentro desde hace diez minutos, Gaby. Tengo un mal presentimiento – Hablé mientras levaba mi mano hacia mi boca y mordía mis uñas.

--- Piensa en positivo, tonto. Seguro se ha tardado porque está revisando cada esquina del lugar. No nos dejaría entrar hasta que esté segura de que sea seguro, ya sabes cómo es cuando se vuelve protectora con nosotros – Me dijo intentando relajarme.

--- Si... – Murmure no muy convencido.

--- ¿Recuerdas que ella tomo clases de defensa personal solo por nosotros? – Pregunto Gaby intentando distraerme –. Fue muy clara cuando nos dijo que siempre nos protegería – Continúo con cierto tono de nostalgia.

--- Lo recuerdo – Respondí con una media sonrisa –. Ah, ella siempre nos protege, aunque no lo admita y se enoje cuando se lo decimos – Termine de decir con un pequeña risa –. Siempre porta esa mascara de indiferencia pero por dentro es muy tierna –

Gaby asintió de acuerdo con una pequeña sonrisa formándose en sus labios.

Justo antes de que pudiera volver a hablar la puerta de atrás del auto se abrió de golpe y Elena subió lo más rápido que pudo y cerró la puerta tras de sí.

Estaba a punto de preguntarle que paso cuando ella se desmayó encima de las piernas de Gaby y justo entonces me percate que toda su ropa estaba manchada de sangre.

InfectadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora