Capítulo 9

2.4K 196 81
                                    

Casi rosando esos labios tan tentadores, unos golpes en la puerta hicieron que Lexa saltara prácticamente hacia atrás, alejándose de Clarke en completo shock. Solo pudo pensar en ¡¿Qué cuernos estaba por hacer...?!

Clarke abrió sus ojos también sorprendida por los golpes, y además por la actitud de Lexa, que la miraba casi en pánico ahora algo alejada de ella.

-    ¡CLARKE! ¿Estás ahí dentro? ¿Te encuentras bien...? ¡CLARKE! – Octavia golpeó otra vez la puerta. No se oía enojada pero preocupada.

Lexa finalmente pudo reaccionar del shock inicial, y tras respirar profundo miró de nuevo esos azules ojos enrojecidos y confundidos. Ella elevó su mano y llevó un dedo tembloroso a sus propios labios, dándole a enteder a Clarke de que se mantuviera callada, y la rubia asi lo hizo.

Tras un par de minutos de insistencia, Octavia se dió por vencida, creyendo que Clarke no se hallaba allí. Lexa se dejó caer sobre sus talones, asi como liberó el aire de sus pulmones ante la atenta y confusa mirada de Clarke.

La rubia realmente estaba algo extrañada de la actitud de la pianista. En parte entendía que se hubiera lejado de ella, por la fobia que sufre. Probablemente esos golpes en la puerta la despertaron de alguna clase de trance que tuvo minutos atrás, cuando estuvo a punto de besarla en los labios. Pero además, el hecho de que le pidiera no decir palabra cuando su hermana golpeaba en la puerta. Eso le llamó la atención Clarke, quien en parte lo agradeció, porque aunque se sentía un poquito mejor gracias a Lexa y sus dulces cuidados, aun no se sentía con el espítiru de actuar y mostrarse o hablar con Octavia. A quien seguramente debía darle alguna tonta excusa, creíble, que ni siquiera aun había pensado.

Lo que Clarke supo fue que Lexa con su silencio, y sus suaves toques, habían logrado calmar su angustia. Lo hizo de una manera que nadie en su vida lo había logrado, solo sus hermanos de la manada de lobos. Simplemente pudo confirmar que Lexa era alguien especial, y que existía una conexión entre ellas. Una que no buscó o deseo tener con la pianista, ya que realmente no deseaba herirla, mucho menos usarla en sus planes.

Clarke se preguntaba cómo demonios podía dejarla a un lado ahora, sabiendo que Lexa es parte de la familia Woods, y la hija menor del desgraciado responsable por la muerte de su padre. Sabía que era imposible dejarla de lado, o impedir que no fuera un daño colateral de su misión. Era algo que le jodía en gran forma, y la ponía en una situación muy complicada y difícil.

Clarke se limitó a mantenerse en silencio, mirando a Lexa, y esperando lo que la pianista tenía en mente hacer, porque por algo le había pedido guardar silencio y hacer que su hermana se alejara de allí. Quizás era para ayudarla, sintiéndose familiar con ese tipo de reacciones... O porque realmente le importaba ella y deseaba ayduarla a superar el momento crítico.

Lexa, por su parte, había sido despertada de algún tipo de hechizo o trance en que el que estaba por su hermana, a quien agradeció en parte la intervención indirecta. Es que estaba a punto de besar a una completa extraña como Clarke Griffin. Se sintió de alguna manera expuesta, avergonzada y por sobre todo frustrada. Su hermana la había salvado de cometer una locura, o al menos algo a lo que ella no estaba acostumbrada, pero muy en el fondo la odió también. Estaba a punto de revivir su sueño pero esta vez real. Sus ojos conectaron nuevamente con esos enormes tristes de Clarke, que parecía estar esperando que ella siguiera guiando la situación.

Pestañeó un par de veces para concentrarse en lo que debía hacer allí, que era tan solo ayudar a Clarke a salir de ese momento, y nada más. Respiró profundamente y tras componerse, se acercó nuevamente a la rubia un poco, tan solo un poco.

Amanecer [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora