❝I put a spell on you, and now you're mine. You can't stop the things i do, ain't lying.❞
Después de mudarse a Salem, Massachusetts, Max Dennison explora una casa abandonada con su hermana, Dani, y sus nuevas amigas, Agatha y Allison. Max accidental...
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— Según la leyenda, los huesos de 100 niños están enterrados tras estos muros.— explicó Allison mientras caminaban por la acera que les llevaría a al museo.
Agatha hacía rato ya que desconectó completamente de la clase clandestina de historia. Pensando en su vida, sus cosas y ¿por qué mentir?, también en Max. El recién nombrado iba justo al lado de Thea, pensando en como le quedaría su chaqueta a la chica. Ella, se fijó en el bolsillo trasero del chico, en el que una cantidad de tela sobresalía del compartimento.
— ¿Qué llevas ahí?— le preguntó ella mirándolo.
— Ah, ¿esto?— dijo sacando una gorra.— Me la regalaron mis a 13 años. De hecho, fue el día de mi cumpleaños.— informó mientras se le extendía a Thea.— Ese día hubo un partido de los Clippers contra los Pelícanos de Nueva Orleans. Evidentemente ganamos nosotros.— recordó mientras se ponía su gorra con las letras L.A.C gravadas en ella.
— Los Lakers son mejores.— declaró Agatha.
— No vayas por ese camino, Agatha.— le advirtió Max. Él más que nadie defendería a su equipo de nacimiento.— No te lo tomes a mal, pero... ¿Y tu de que equipo eres?
— De los Boston Celtics.
Max no pudo evitar que una risita se le escapara de la boca.— Eso si que es un equipo pésimo.— habló entre risas.
— Ten cuidado con lo que dices Dennison.— le regañó Thea, con una mirada reprochadora. Porqué tan bien como él, protegería a su equipo a muerte.— Lo único que yo pienso, es tan sencillo como que, Lakers contra Clippers, sería claro que ganarían los Lakers. A diferencia de ellos, no necesitamos dos equipos que se estén peleando por el puesto de equipo representativo del estado, porqué anda, mira tu por donde, somos únicos para representar a Boston.
El chico por un momento se quedó sin habla, se enfadó. Pero porqué tenía razón, pero más enfadada estaba ella, que desde un principio no había dicho nada con mala fe.
— Lo si-siento. De verd-dad.— tartamudeó Max, se aclaró la garganta y probó de nuevo.— Lo siento.— habló más firme, por poco que fuera.— No quería que te enfadaras. ¿Me perdonas Agatha?— esto de pedir disculpas ya se estaba haciendo una costumbre.
— Thea,— le extendió la mano al muchacho.— llámame Thea.— recalcó mientras le quitaba la gorra de la cabeza a Max y se la ponía. Por ultimo le guiñó un ojo y se fue a alcanzar a las chicas.
Max, sintió algo en su mano y la abrió. Mostrando un pequeño papel doblado. El chico lo abrió, dejando ver escrito con rotulador azul:
AGATHA BRADBURY
289 - 9583
El, vitoreó orgulloso. "¡Ya lo tengo!" Pensó mientras volvía con su hermana y las chicas. Cuando se encontró con ellas, ya estaban a las puertas de la casa Sanderson. El, se fijó en Thea, quien llevaba su gorra. Ella al darse cuenta de eso le preguntó —¿Que?
