❝I put a spell on you, and now you're mine. You can't stop the things i do, ain't lying.❞
Después de mudarse a Salem, Massachusetts, Max Dennison explora una casa abandonada con su hermana, Dani, y sus nuevas amigas, Agatha y Allison. Max accidental...
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— ¿Así que tu plan es engañarlas utilizando las luces del coche?— preguntó incrédula Agatha, antes de que Max asintiera sin sacar la vista de la carretera.— Genial, quince años y ya estoy robando coches para matar a tres brujas que murieron hace 300 años. ¿Estás seguro de que funcionará?
— Me ofendes con tus dudas. Soy el poderoso Max. Si se tragaron lo de la lluvia ardiente de la muerte, ¿crees que la luz artificial no las convenza?
— Buen punto.— admitió mientras se recostaba en el asiento del copiloto.— Ah, y por cierto. Si tenemos un accidente de coche por tu culpa, puedes apostar a que mi fantasma te perseguirá hasta el fin de los tiempos.
— ¿Me estás amenazando?— intentó no parecer asustado al preguntar.
—Tal vez.— habló cuando sus miradas chocaron.— Mirada al frente.— ordenó, haciendo que Max casi se partiera el cuello girándolo.
Cuando llegaron a la casa Sanderson, Allison se quedó en el coche preparada para encender las luces. Dejando a Thea y a Max entrar a la casa.
— ¡Chicas!— llamó la ojiazul mientras agitaba animadamente su mano.
— Disponeos a morir, otra vez.— habló esta vez Max. Dejándose ver a través de la puerta de entrada, haciendo que los nominados como capullos del cementerio exclamaran de felicidad soltando sus típicos, Hollywood y pijo.
Las hermanas giraron sus cabezas mirando a los chicos,— ¡Vosotros! ¡Tú!— apuntó la hermana pelirroja al chico.— ¡No tienes poderes!
—Puede que no, pero hay un poder mayor que vuestra magia. El conocimiento.— Max, al ver como Winnie no dejaba de ignorar sus palabras volvió a intentarlo.— Yo sé algo que vosotras ignoráis.
— ¿Y que es eso, pijo?— escrutó la mayor de las hermanas haciendo énfasis en la ultima palabra.
— El aprovechamiento de la luz solar.
— ¿El aprovechamiento de la luz solar?— rieron las tres brujas en sintonía. Pero sus sonrisas acompañadas de fuertes carcajadas cesaron con la luz que desprendía el coche, pero claro, eso ellas no lo sabían.— ¡El sol!
— ¡Agatha sácame de aquí!— chilló una Dani atada de pies a cabeza, mientras trataba de soltarse por ella misma.
Max, ayudó a su hermana a desatarse, dejando a Thea completar la tarea de descolgar a Binx. Dejándolo fuera del alcance de las llamas hechas por la chimenea.
La pequeña y la mayor salieron corriendo de la casa en cuanto pudieron, dejando a Max con los capullos del cementerio, pidiéndole que los soltaran de las jaulas en las que estaban colgados. Dejando que Max se acercara lo suficiente como para coger sus propias zapatillas, mientras que observaba con una gran sonrisa socarrona a los dos en la casa de las brujas. No sin antes deshacerse de la poción que tiempo antes habían estado haciendo las tres hermanas.
En cuanto llegó al lado del conductor, Dani se acercó a el desde la parte de atrás.— Quiero verlas idas, reducidas a cenizas.
