𝖍𝖔𝖈𝖚𝖘 𝖕𝖔𝖈𝖚𝖘
CAPÍTULO DOS
— Huelo un niño.
— ¿Sí? ¿Y como llamáis a esto? — chilló su hermana señalando a la pequeña Emily.
— ¿Una niña?
Winifred ignoró a su hermana y se dirigió al gran caldero en el centro de la sala, llamando a sus parientes con ella.— ¡Hermanas! Acercaos, una cosa más y ya estará lista. Añadid un poco de vuestra lengua.— Acto seguido, ella y sus hermanas ya habían escupido su pequeño trozo de lengua.— Una gota de esto y sus vidas serán mías, digo, nuestras.— Ella giró sobre sus talones y miró a la niña.— Vamos, eso és. Abre la boca.
— ¡NO! — gritó el hermano saltando hacia las hermanas.
— ¡Un niño! — gritaron las tres hermanas al unisono.
— ¡Atrapadlo! — ordenó la mayor de las hermanas.
Thackery esquivaba a las dos hermanas, aprovechó un movimiento del caldero para derribar a las hermanas, y a la vez, poder volcar la poción en el suelo.— ¡Mi poción! — se lamentó Winnie. Pero la tristeza duró poco cuando consiguió tumbar al niño con los pequeños rayos que salían de sus manos.
Mary fue la primera en levantarse, siendo también la primera en poder ver el logro de las brujas. — Winnie... Mirad
La mayor de las hermanas Sanderson miró en dirección a la niña, y felizmente pudo ver la brillante aura que la rodeaba.— Hermanas, estad alerta. Su fuerza vital... ¡La poción a dado resultado! Cogeos de la manos, la compartiremos.
— Oh, Winnie que generosa sois.— alabó Mary a Winifred mientras se acercaban a Emily. Aspiraron de esa misteriosa aura mientras escalofríos recorrían sus espaldas. Mary soltó un pequeño pero pestilente eructo mientras seguía sorbiendo.— ¡Hermanas contemplad!
— Soy hermosa. ¡Los chicos me adorarán! — se emocionó Sarah tocándose el sedoso cabello rubio que remplazó a la mata de pelo que antes solo eran canas.
— ¡Somos jóvenes! — esta vez, Mary mientras se tocaba la cara.
— Bueno, más jóvenes. Pero... ¡Por algo se empieza! — dijo Winifred mientras bailaba con sus hermanas.
— Winnie, nos habéis convertido en unas chiquillas.— volvió a alabar Mary a su hermana mayor.
— Pero lo seré eternamente cuando haya absorbido la vida de todos los niños de Salem.— declaró mientras se dirigía a un pobre Thackery que intentaba incorporarse con la ayuda de una escalera.— Vamos a preparar otra poción.
— ¡Bruja, ni con todos los niños del mundo seriáis joven y hermosa! — se defendió el muchacho.
— ¿Bruja? ¿Hermanas, habéis visto como os ha llamado? ¿Qué podemos hacer con él? — le preguntó a sus hermanas. A lo que sus hermanas respondieron: "Cortemos-le y asemos-le" "Colguemos-le de un gancho y dejadme jugar con el" — ¡NO! — declaró Winnie — Libro cariño, ven con mamá. Si, su castigo debe de se mucho más severo, más lento. Deslúmbrame cariño.— le pidió al libro.
El libro paró en una página.— A ver, a ver... Amnesia, juanetes, sabañones, cólera... Mmm, vamos a hacer algo mucho mejor.— aseguró la gran hermana, mientras buscaba ella misma en su libro. — ¡Oh perfecto! Como siempre... Así que su castigo no será la muerte.— a lo que el niño tragó duro por el miedo — Si no vivir eternamente con su culpa.
— ¿Cómo qué Winnie? — preguntaron sus hermanas a la vez, esperando algo realmente retorcido.
— ¡Atrás! — pidió la mayor de las hermanas, justo antes de empezar a recitar.— Torcedle los huesos y dobladle la espalda. Despojadle de su grasa infantil. Dadle un pelaje más negro que negro, así.— dijo señalando con su mano al pequeño Binx.
Las hermanas siseaban cuales serpientes mientras el muchacho se retorcía de dolor en el suelo, cambiando su piel por un pelaje como la noche, sus manos por unas patas con garras afiladas y sus orbes azules por ojos gatunos verdes. Las tres brujas se reían juntas por su maravilloso trabajo, cosa que no duró mucho gracias a las exigencias que se escuchaban desde el otro lado de la puerta.
— Esconded-la.— le pidió Winnie a Mary.
— ¿Brujas? Aquí no hay ninguna bruja señor.— defendió la ultima nombrada.
A lo que Winifred saltó al rescate declarando — No os pongáis nerviosos. Solo somos tres amables damas solteronas.
— Pasando una agradable agradable velada en casa.— colaboró Mary
— Sorbiéndole la vida a unos niños pequeños.— acabó por decir Sarah
— Winifred Sanderson — nombró el Señor Binx
— ¿Si?
— Os lo preguntaré por última vez.
— ¿Si?
— ¿Qué habéis hecho con mi hijo Thackery? — preguntó abrazando a su esposa.
— ¿Thackery? Mmm... — fingió pensar.— Veréis no los sé. ¡Se me ha comido la lengua el gato! — declaró haciendo reír a sus hermanas colgadas con ella.
— Esto es realmente incómodo.— espetó Sarah, intentando acomodar la soga de su cuello.
— Hermanas, ¡Cantad! — ordenó la mayor de las Sanderson justo antes de empezar a afinar.— ¡Tres veces yo con mercurio purifico, y escupo sobre las doce cabras! — cantaron las tres hermanas a la vez mientras lanzaban tres besos al aire.
— ¡No las escuchéis!
Elijah, que sostenía el libro de Winnie, lo soltó para poder taparse los oídos, esto causo que el mágico libro se abriera y le enseñara a Winifred cosas que para la gente no eran si no tonterías de horribles brujas.
— ¡Locos, estáis locos! Mi impío libro os está hablando. Una noche de Halloween con luna llena, una virgen nos llamará cuando estemos bajo tierra.— declaró riendo.— ¡Regresaremos! ¡Y las vidas de todos los niños serán mías!
Y en apenas cinco segundos, las vidas de las brujas fueron enviadas directas al infierno. Acompañadas de una soga en el cuello y espectadores silenciosos.
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𝖍𝖔𝖈𝖚𝖘 𝖕𝖔𝖈𝖚𝖘 | max dennison
Fanfiction❝I put a spell on you, and now you're mine. You can't stop the things i do, ain't lying.❞ Después de mudarse a Salem, Massachusetts, Max Dennison explora una casa abandonada con su hermana, Dani, y sus nuevas amigas, Agatha y Allison. Max accidental...