cap 6-¿que acaso la suerte me odia?

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Narra Lionel:

Ayer mismo fue el "incidente" con Tobías, y no dejo de darle vueltas.

–tequila sin alcohol... ¿Eso es real? ¿Pero para que carajos quiero Tequila si es sin el puto alcohol que lo hace deseable?– di otra vuelta en la cama –estupido y saludable Tobías, vamos, bebidas sin alcohol...– murmuré entre dientes –¿¡Como le voy a ver la cara ahora!? ¡Y para colmo es mi vecino!– me tape la cara con una almohada.

Rex entrando a mi pieza totalmente emocionado me hizo entrar en razón, no le e dado de comer al pobre

–huy... Pobrecito, no te puedo pasear hoy... ¿Ya tenes hambre?–Rex se movía animado mientras yo me reprochaba que estoy tan solo que hablo con mi perro.

Ahora que lo pienso, desde que estoy soltero estoy muy antisocial, el hecho del engaño me choco fuerte, de alguna manera, estar con Tobías me hizo bien, sin contar la vergonzosa "despedida" de ayer por la mañana, fue una noche increíble; me derrumbe en mi apartamento pensando en que soy una escoria y por eso me engañaron, para que el me conforte, con sus consejos y dulce voz, sus chistes, no pare de reír en toda la noche, y como cereza de la torta, me lleva al cielo con el mejor sexo que tuve jamás, es un buen tipo, y yo sin poder mirarlo a los ojos, creo que nisiquiera e mirado su departamento.

–oh... Ya no hay comida, deja voy a comprar y comes, debes tener hambre– sonreí al ver como mi perro se sentaba mirando mis manos en busca de comida, lo entrene para que se sentara antes de comer, y sabe tantos trucos más mi coshita bonita (momento de adorar al perrito >w<)

Finalmente llegue a la tienda que tiene la comida que le gusta a Rex, el muy caprichoso solo come de una marca así que tengo que ir a la otra punta de la ciudad para llegar al lugar (el único lugar) que vende esa prestigiosa comida de perros.

Caminando por el pasillo de premios, ya que de pasó voy a comprar mas cosas para Rex, pude notar una figura al fondo de este pasillo.

Alto, más que yo, vistiendo casual pero lindo, piel morocha, con el pelo oscuro, viendo premios para gatos, oh no...

¿No podia esperar mas tiempo? ¡Apenas paso un día y ya me encontré con el! ¿Que acaso la suerte me odia?

Trate de salir corriendo de ahí, fui a la caja registradora de inmediato, pero había una pequeña fila de 3 personas, y luego yo, espere nerviosa y (de alguna manera) pacientemente, atrás mio una señorita se posicionó a mis espaldas, y luego de la señorita, Tobías, estaba tan nervioso de tener que verle la cara después de lo que hicimos que me tape con la capucha de mi abrigo (algo sumamente sospechoso ya que estaba dentro de un local con cámaras) y espere mi turno, llegue, puse las cosas en el mostrador (el vendedor estaba muy atento) y, para mi mala o buena suerte, la señorita decidió ir a buscar algo más, por lo que Tobias se adelanto y se puso atrás mío, imagínense:

Hace solo un día lloraste como un idiota luego de que tu amigo se valla a su casa; saliste a fumar; te consoló tu vecino; follaste con ese mismo vecino convencido de estar borracho pero no; tuvieron un encuentro realmente incómodo en su departamento donde se hizo el indiferente; decidiste nunca más verlo a la cara y luego, ¡Bum! Esta detrás tuyo en la cola de una tienda X, justo pegado (no tanto) a tu espalda. Lindo, ¿No?

–¿Con efectivo señor?– preguntó el amable cajero quien sospechaba de mi, asentí, pague y me fui.

Estaba por llegar a la esquina para salir finalmente corriendo, llegar al departamento, alimentar a mi perro y no salir hasta que sea de vida o muerte.

–¡Hey, pibe!– oí una voz a mis espaldas, oí esa voz a mis espaldas –olvidaste esto– escuche que extendió la mano hacía mi, pero no volteé, no queria ni podía, no –lo.. quieres o que?...– no tuve más opcion que darme vuelta, tomar sea lo que sea que me olvidé y, nuevamente, salir corriendo.

Volteé, con la cabeza hacia el suelo, tome el cambio de mí compra (unos... 170 pesos?) Y intente voltearme denuevo pero él me interrumpió, sosteniéndome del brazo.

–no tenés que ocultarte, vos lo dijiste, fue solo sexo, de todos modos somos vecinos, no creo que puedas evitarme demaciado– se puso a mi lado –¿Vamos juntos o aun te mata la vergüenza?– solo atine a asentir y empezar a caminar a su lado.

Dios, si, la vergüenza me mata, ¿Esto es necesario?

El camino transcurrió silencioso, aun quedaba por recorrer pero no nos dirigimos una palabra, trate de pensar pero cada vez que queria decir algo los recuerdos de esa noche atormentaban mi cabeza.

Junte todo el valor que pude para preguntarle si podríamos salir como amigos alguna vez, no sé, para que no sea vergonzoso.

Gire a verlo pero el no lo noto, quize decir algo pero su cautivante mirada de color esmeralda me hipnotizo, sus ojos verdes como arboles en temporada de primavera contrastando con su piel en un tono más chocolate y con una salpicadura de pecas por su rostro y cuerpo (cosa que confirme... Esa noche) tan tranquilizador, tan reconfortante, tan... Lindo, su mirada me hace sentir calido y su expresión neutra me emboba cada vez más, el me miro de reojo y noto que tenía mis ojos clavados en el como si fuera un oasis en el desierto más seco, ruborizado volví mi mirada al frente pero sentí su sonrisa, esa que me hace adictivo... ¿Que cara...? ¿¡Porque pienso esto!? ¡¿Desde cuando tengo este lado tan jodidamente poético?! ¿¡Desde cuando soy gay!?

No, no, no y no, me niego rotundamente a enamorarme de este pelotudo al cual no conozco hace mas de un mes, y el cual, aunque jodidamente lindo, ¡Es un pelotudo de lo peor!

Desde el momento 0 que fuimos esos dos vecinos que se odian, yo con un perro y el un con gato, yo trabajo (trabajaré) de turno tarde y el nocturno, somos opuestos. Y ahora acá me vez, caminando con el, pensando en cosas como... Sus ojos... Sus pecas... Su cuerp... ¡A eso me refiero!

–¿No entras?– sin darme cuenta, ya estábamos en la puerta de los departamentos, algo nervioso asentí y mire denuevo a la puerta, pero otra vez, me sumerji en pensamientos que no queria tener. –te abro yo o que?– dijo en un tono burlón.

–solo pienso en...–

–en...?–

–en...– en voz, en todo tu jodido ser. –en mi ex?... Um.. ya sabes, tantos años juntos y eso...– no tengo que aclarar que mentí.

–um.. ¿Tu familia la queria?– la pregunta me tomo por sorpresa, desde pequeños somos Mariano, yo y la abuela que falleció ya hace años, el tenia 17 y yo 14, nos tuvimos que valer por nosotros, el es todo lo que me queda, mi unica familia.

–umm... Mi.. mi familia...– de solo mi hermano y yo– no, no la queria en verdad, le parecia interesada y una arpía, al final era cierto– reí al recordar a Mariano super enojado por llevarla en la cena de hermanos que hacíamos cada tanto.

–¿Vos la querias?– otra pregunta que me tomo por sorpresa.

Pensé por un momento –¿La verdad? Ya sabía todo lo que pasaba pero gire para no verlo, supongo que no la queria, pero encontrarla engañandome me rompió el corazon y mi debil autoestima más mi horrible carácter se multiplicaron en mi– el rió ante mi comentario, me quedé viendo esa risa que te hace adictivo, esa risa.

–pues entonces, no le des más vueltas, lo hecho hecho esta y no la queres, ¿No?– tiene razón, por lo que sonreí, asentí y entre al departamento.

Hablar con él me hace tan bien, ¿como puede ser tan reconfortante sin siquiera quererlo o sin siquiera yo conocerlo?

Mierda, no lo conozco y ya sueno como adolescente enamorado.


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Lamento los errores de ortografía, si ven uno diganme y lo corregiré, gracias por leer, comentar y votar, asi sabre que les gusta ;3

el chico del departamento 211~ (yaoi/gay ¡Alerta Lemmon +18!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora