✨ XI ✨

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Pequeños jadeos entrecortados escapaban entre mis labios a la vez que sentía como algunas gotas de sudor se iban deslizando por la piel de mi rostro; todo debido al calor que estaba sintiendo en estos momentos, a causa de la reciente actividad que...

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Pequeños jadeos entrecortados escapaban entre mis labios a la vez que sentía como algunas gotas de sudor se iban deslizando por la piel de mi rostro; todo debido al calor que estaba sintiendo en estos momentos, a causa de la reciente actividad que había estado realizando hacia prácticamente pocos minutos.

Me encontraba sentada en una de las sillas que estaban en la parte de atrás de la sala de prácticas, junto a las mesas, las cajas de cartón y todo lo que el equipo de staff guardaba allí temporalmente.

Giré mi cuerpo con lentitud, lo suficiente para tan solo tener que extender mi brazo para tomar una toalla que había traído y dejado en la mesa, y así comenzar a secar cualquier rastro de sudor que hubiese en mi rostro.

A pesar de que estábamos a domingo y "supuestamente" los fines de semana no teníamos que ir a la agencia, el día de hoy tuvimos que hacer una "excepción", ya que teníamos que continuar con los ensayos de baile que no habíamos podido hacer todos juntos debido a la ausencia de los chicos estos últimos días.

Los chicos habían vuelto a Corea ayer, después de haber estado más de una semana en el extranjero, debido tanto a los conciertos que tenían en Brasil y Nueva York, como la asistencia a la 13ª edición de la KCON en México.

Una cosa que tenía que admitir, en el tiempo que llevaba conviviendo con los miembros de Bangtan Sonyeondan, es que eran muy trabajadores. Era admirable la dedicación y el esfuerzo que ponían con cada cosa que hacían, incluyendo el nuevo álbum que aún se encontraba en desarrollo.

El sonido de unos pasos acercándose a donde me encontraba me saco de mis pensamientos y levante mi mirada del suelo, encontrándome que Hoseok era quien se estaba acercando, con su inseparable sonrisa en sus labios. Aunque se notaba un poco que él también estaba levemente agotado a causa de la intensidad de las prácticas.

- ¿Quieres un poco de agua, Elisabeth-shii? - me preguntó Hoseok nada más acercarse, para a continuación dejarse caer en la silla que había a un lado de mí. En ese momento, fue cuando me percaté de que en sus brazos traía algunas botellas de agua.

- Ne, chebal - no dude en responderle con una leve sonrisa en mis labios.

Nada más darle mi respuesta, él me entrego una de las botellas de agua que traía en sus manos, para después dejar las demás botellas en la superficie de la mesa que se encontraba detrás de nosotros. Abrí la botella de agua que me había dado y sin esperar ni un segundo más, lo acerque a mis labios para darle un sorbo bastante largo.

Cuando mi sed ya estuvo saciada y sentía que ya no podía más, separé la botella de mis labios, a la vez que dejaba escapar un suspiro de satisfacción. Con una sonrisa más grande que la anterior, dirigí mi mirada hacia Hoseok, de nuevo.

- Kamsamnida, Hoseok-shii - le agradecí, a lo cual él simplemente se encogió de hombros, quitándole importancia, sin dejar en ningún momento de sonreír.

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