Suéteres.

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Desperté la mañana siguiente, me estire a ver el reloj y noté que era temprano todavía; me levante y me dirigí a la ducha. Una vez que salí me vestí con uno de los suéteres de Malfoy y arreglé mi cabello en una coleta alta como de costumbre. Tomé mi horario y bajé a la sala donde estaba Malfoy solo leyendo muy pacíficamente.

-Buenos días- saludé y le di un corto beso en los labios

-Buenos días- respondió con los ojos cerrados -Bajamos? - pregunto y yo asentí.

Bajamos y todavía estaba solo todo, había máximo dos personas en cada mesa y Malfoy y yo nos sentamos en nuestro lugar de siempre. Comenzamos a desayunar y a los pocos minutos el comedor comenzó a llenarse de gente, a lo lejos pude notar como Fred entraba junto con George, Hermione, Harry y Ron.

- ¿Hace calor cierto? - preguntó Malfoy llamando mi atención

-Un poco- respondí y él se quitó la bata dejando ver que traía puesto el suéter que Molly me hizo -Me sorprende lo bien que me quedo, ¿Te queda grande cierto cariño? - pregunto y yo me quede atónita, ese suéter me lo había regalado Molly y no sé cómo reaccionarán al ver que Draco lo tiene puesto; por lo que solo asentí con la cabeza y él sonrió. Rezaba con todo mi ser que ninguno volteara en dirección a la mesa, no fue hasta que Angelina señaló mi mesa que todos levantaron la mirada y la clavaron en Malfoy, el cual se encontraba tomando jugo de calabaza.

-Cariño- dije en cuanto posó el vaso en la mesa -Nos adelantamos al salón? - pregunté y él sonrió.

-Claro- respondió y en cuanto nos levantamos me tomo por la cintura.

El día avanzaba de manera pausada, parecía que habían agregado minutos a las horas haciéndolas más largas y tediosas.

-Cariño? - preguntó Malfoy pasando su mano frente mi rostro - Ya terminó la clase, solo tenemos defensa contra las artes oscuras en 10 minutos y terminamos- respondió y sonreí de manera forzada. - ¿Todo bien? - preguntó preocupado.

-Sí, solo me siento cansada- respondí mientras tomaba su rostro con ambas manos y acariciaba una mejilla, sabía que a él le encantaba, pero jamás lo iba a admitir.

-Te amo- respondió mirándome a los ojos causando que mi rostro se llenara de calor y aunque no podía verme sabía que estaba roja

-Y yo a ti- respondí y el me beso mientras yo sonreía. Me senté en la mesa más cercana y él se colocó frente mío, sus manos estaban en mi cadera y las mías en su cabello; estábamos tan unidos que a pesar del grosor de la bata podía sentir su varita. Me separe y baje de la mesa justo cuando sonó que alguien abrió la puerta.

-Perdón no sabía que interrumpía algo- respondió George y cerró la puerta, me maldije internamente diez mil veces, pero después de todo yo no estaba haciendo nada mal.

- Llegaremos tarde y ese sapo nos matara- respondí y Malfoy sonrió, amo la sonrisa que tiene, está llena de felicidad y arrogancia lo que causa que solo me encanté cada vez más.

El tomo sus pertenencias de la mesa y me asombro ver su varita entre ellas.

Llegamos al salón y aun había nadie, estaba completamente vacío, acomodé mis cosas a lado de Malfoy y comenzamos a "jugar".

-En tus sueños serás mejor que yo en hechizos- dije arrogante

-Ponme a prueba- respondió desafiante

- ¿Qué hechizo haces para ahuyentar dementores? - pregunte y su sonrisa desvaneció

-Expecto Patronum- respondió mirando el pupitre y jugando con la manga del suéter

No me dejes ir  (Un triángulo amoroso) (Fred Weasley & Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora